LIMPIEZA 
La semana pasada tiré el preocuparme, se estaba poniendo viejo y me estorbaba. Me impedía ser yo misma, no podía actuar a mi modo. 
Tiré esas inhibiciones, no dejaban lugar para mí. 
Hice lugar para mi nuevo crecimiento; me deshice de mis viejos sueños y dudas. Tiré un libro sobre mi pasado (igual no tenía tiempo para leerlo). 
Lo reemplacé con nuevas metas y empecé a leerlo hoy. 
Tiré los juguetes de mi niñez (¿recuerdan cuánto les estorbaba yo?) 
Conseguí una nueva filosofía y también tiré la de mucho tiempo atrás. 
Compré algunos libros nuevos llamados: puedo, haré y debo. 
Tiré el podría, haría y debería. ¡Ah!, si hubieran visto el polvo... 
Me topé con un viejo amigo, a quien no lo había visto hace bastante tiempo, creo que su nombre es Dios. 
Si, realmente me gusta su forma de ser. Me ayudó con la limpieza y agregó algunas cosas, tales como: oración, esperanza y fe. 
Sí, las puse en mi estante. 
Tomé algo especial y lo coloqué en la puerta principal. La encontré se llama paz. 
Ya nada me puede abatir. Ahora mi casa esta muy linda, todo se ve bastante bien. 
Para preocupaciones y problemas, simplemente no hay lugar. 
Es bueno limpiar la casa, especialmente la interior; ya que deshacerse de tanta cosa que estorba, hace todo más alegre. 
A lo mejor tú deberías tratar de hacer lo mismo.