Mateo 6:19-21 hermanos prestes atencion: 
 
  
 
 
 
Había una vez un rey que 
tenia cuatro esposas. 
 
Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás 
y la adornaba con ricas vestiduras y la complacía con las delicadezas 
más finas. Solo le daba lo mejor. 
 
También amaba mucho a su tercera 
esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que 
algún día ella se fuera con otro. 
 
También amaba a su segunda esposa. 
Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y 
paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella 
para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.
 
 La primera esposa del 
rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para 
mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no 
amaba a su primera esposa y aunque ella lo amaba profundamente, apenas 
el se fijaba en el. 
 
 
Un día, el rey enfermo y se dio cuenta de que 
le quedaba poco tiempo de vida. 
 
Pensó acerca de su vida de lujo y 
derroche""Ahora tengo cuatro esposas conmigo pero, cuando muera, estaré 
solo."
 
así que le pregunto a su cuarta esposa: "Te he amado mas que a las 
demás,te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado 
con esmero. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y 
ser mi compañía?" "¡Ni pensarlo!", contesto la cuarta esposa y se alejó 
sin decir mas palabras.
 
Su respuesta penetro en su corazón como un 
cuchillo filoso. 
 
El entristecido monarca le pregunto a su tercera esposa: 
"Te he amado toda mi vida; Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta 
a seguirme y ser mi compañía?" "¡No!", contesto su tercera esposa. 
"¡La vida es demasiado buena! ¡Cuándo mueras, pienso volverme a casar!" 
Su corazón experimento una fuerte sacudida y se puso frió.
 
 Entonces 
pregunto a su segunda esposa:"Siempre he venido a ti por ayuda y siempre 
has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y 
ser mi compañía?""¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez!", contestó la 
segunda esposa. "Lo mas que puedo hacer por ti es enterrarte".Su 
respuesta vino como un relámpago estruendoso que devasto al 
rey. 
 
 
Entonces escucho una voz:"Me iré contigo y te seguiré doquiera tu 
vayas".El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su 
primera esposa. Sé veía tan delgaducha, sufría de desnutrición. 
Profundamente afectado, el monarca dijo:"¡Debí haberte atendido mejor 
cuando tuve la oportunidad de hacerlo!" 
 
 
En realidad, todos tenemos cuatro 
esposas en nuestras vidas. 
 
Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo 
físico. 
No importa cuanto tiempo y esfuerzo invirtamos en hacerlo lucir 
bien, nos dejara cuando muramos. 
 
Nuestra tercera esposa es 
nuestras posesiones, condición social y riqueza. Cuando muramos, irán a 
parar a otros.
 
 Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No 
importa cuanto nos hayan sido de apoyo a nosotros aquí, lo más 
que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro.
 
Y nuestra primera 
esposa es nuestra relación con Jehová, frecuentemente olvidada en la 
búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. 
 
Sin embargo 
nuestra relación con Jehová es la única que se va con nosotros. 
 
Así 
que... ¡cultívala, fortalécela y cuídala ahora! "Dejen de Acumular 
para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y 
donde ladrones entran por fuerza y hurtan. 
 
Más bien, acumulen para 
sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde 
ladrones no entran por fuerza y hurtan. Porque donde esté tu tesoro, allí 
también estará tu corazón" 
 
(Mateo 6: 19 – 21) 
 
si lo deseas reenvia este mensaje a 
otros hermanos, quizas necesiten que les recuerdes que es lo que de verdad 
vale la pena en este mundo. Nuestra relacion con Jehova...