Edilberto era fiel en los cultos, especialmente los 
domingos en la mañana. "Como soy carpintero, trabajo hasta el sábado en la 
noche", solía repetir. Lo que me llamaba poderosamente la atención era que, 
apenas leía una cita bíblica, inmediatamente la apuntaba en una libreta. Supuse 
que era lo normal en alguien depuesto a aprender de las 
prédicas.
Un martes en la noche, la situación fue diferente. Debido a 
que el mensaje versaba en torno a Filipenses 4:13, el hombre lo apuntó. Insisto, 
supuse que era normal. Terminado el servicio, salió rápidamente. Yo iba deprisa 
y salí minutos después. Y lo encontré, a boca de jarro, jugando a la lotería 
electrónica. Y, ¿a qué no imagina por qué número estaba apostando el hombre? 
Pues el 413.
Él tomaba apuntes de las citas bíblicas para hacer la Lotto 
o el "chance", como le llamamos en Colombia a las apuestas 
ocasionales.
Aunque resulte sorprendente, muchos 
cristianos confían más en las loterías, los juegos o las apuestas, antes que en 
Dios. No, no mire con el ceño fruncido ni menee la cabeza con incredulidad. 
Ocurre y más cerca suyo de lo que se imagina.¿Existe la 
suerte?
Al interrogante en torno a sí en verdad "existe la 
suerte", le responderé con un tajante sí.
En la Biblia leemos un pasaje revelador del salmista: 
"Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tu sustentas mi suerte. 
Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha 
tocado" (Salmo 16:5, 6).
La primera conclusión a la que llegamos es que Dios es 
nuestra suerte. Si estamos asidos de Él, sin apartarnos por encima de las 
circunstancias alrededor, nos irá bien. El autor sagrado señala que "Jehová 
es la porción de mi herencia...". Si lo tenemos a Él con nosotros, lo 
tenemos todo.
El pasaje precisa además que el territorio 
que nos asignen, cualquiera que sea, se convertirá en la más fértil de las vegas 
si tan solo dejamos que Dios tome control de nuestras metas, acciones y 
finanzas.¿Por qué los cristianos no participamos de los juegos de 
azar?
La respuesta está en las Escrituras. La provisión 
para nuestras necesidades no depende de los demás ni tampoco de las 
circunstancias, sino de Dios: "Mi carne y mi corazón desfallecieron; más la 
roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre" (salmo 
73:26).
Depositar nuestras esperanzas en las apuestas, en las 
rifas, en la Lotto o cualquier otro género de sistema que ofrece ganancias a 
cambio de una mínima inversión, es tanto con desconfiar de la misericordia y 
provisión divinas.
Es importante que revise sus acciones. 
Probablemente profesa ser cristiano, pero todavía tiene afincados sus sueños en 
ganarse una fortuna con un billete de Lotería. ¿Considera cercana esa 
posibilidad? Probablemente sí, pero permítame aterrizarlo a la realidad: las 
probabilidades son mínimas. Una pequeña oportunidad en un abanico de millones de 
números apostados.¿Desea confiar en Dios? 
Hasta tanto ponga su esperanza en Dios, no comprobará que 
Él provee para todas nuestras necesidades. Es imprescindible confiar en Él. Y el 
proceso comienza con entregarle el control de nuestro ser, bajo la certeza de 
que Él nos guiará por la senda correcta.
Si desea confiar realmente en su Creador, comience 
ahora. Recíbalo en su corazón. Pídale a su hijo Jesús que entre a su ser. 
Dígale: "Señor Jesucristo, gracias por perdonar nuestros pecados en la cruz y 
abrirme las puertas a una nueva vida. Te recibo en mi corazón. Haz de mí la 
persona que tú quieres que yo sea. Amén"
Felicitaciones. Es la mejor decisión que haya podido tomar 
jamás. Ahora tengo tres sugerencias que le ayudarán en el proceso de crecimiento 
personal y espiritual. La primera, ore cada día al Señor. La segunda, aprenda en 
la Biblia principios que transformarán su existencia. Y la tercera, comience a 
congregarse en una iglesia. La comunión con otros hermanos en la fe será 
altamente beneficiosa.
Ánimo. Recuerde siempre que Cristo lo llamó a 
vencer, no a la derrota.. Fernando Alexis 
Jiménez