Muchas religiones meditan. ¿Cómo es esto diferente?
 

 

La diferencia entre la meditación Cristiana y todos los otros tipos de meditación es que es Cristo quién hace el esfuerzo por nosotros. No tenemos que preocuparnos por ninguna técnica: incienso, mantras, campanas etc.. solamente hemos de alabar y adorar su bendito nombre que está sobre todo nombre; Él hace el resto. Nosotros vamos a Él para aprender y ser cambiados por su gracia. Muchas religiones enseñan a ignorar los pensamientos y la voz (no pueden oír ninguna voz porque sus dioses no están vivos), pero a menos de usted obedezca los mandamientos y que oiga y entienda, no habrá progreso espiritual.

La obediencia es la cruz; la obediencia es negar su propia voluntad y obedecer la voluntad de Dios. Y la recompensa por la cuál nos esforzamos excede grandemente sobre cualquier cosa que los demás puedan imaginar; no sólo la pureza, después de la purificación: La unión con Dios a través de Cristo; morar en el Reino de Dios mientras estemos en la tierra; comunión con el cielo con Cristo; comunión en el Espíritu con otros creyentes; y que cada uno de nosotros tenga un oficio y una función en el cuerpo de Cristo. Así es como usted aprende de Él, es limpiado por Él, es guiado por Él y llega a conocerle a Él. El Espíritu Santo o Consolador o Espíritu de la Verdad le enseñará acerca del pecado y de la justicia, lo llevará a toda verdad, y le enseñará todas las cosas.

"Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando venga él venga convencerá al mundo de pecad, de justicia y de juicio. De pecado por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al padre, y no me veréis mas; y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado"

(Juan 16:7-11).

"Pero cuando venga el Espíritu de verdad iará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir" Juan 16:13-14.

"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho" Juan 14:26.