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 En cada año nuevo pedimos… pedimos que sea mejor, y nos entregamos a los sueños, a la fe, a la esperanza. Que este nuevo año, cada uno, desde su lugar, exija: Al sistema, más reparto. A los jueces, más justicia. A los poderosos, más humildad. A los que trabajan, más empeño. A los maestros, más paciencia. A los niños, más estudio. A los jóvenes, más participación. A los violentos, más tolerancia. A los gobernantes, más honestidad. A todos, más compromiso. Si lo hacemos, nos sentiremos: más solidarios, más respetados, más queridos, más felices, más unidos. 
  
   
  
   
  
  
  
 "Un nuevo año comienza. Entonces, en este mismo instante, empecemos a 
  
 recrear un mundo distinto, un mundo mejor: 
  
sin violencia, sin armas, sin fronteras, con amor, con dignidad; con menos policías
  
 y más maestros, con menos cárceles y más escuelas, con menos ricos y menos 
 pobres. 
Unamos nuestras manos y formemos una cadena humana de niños, jóvenes y 
  
 viejos, hasta sentir que un calor va pasando de un cuerpo a otro, el calor del 
  
 amor, el calor que tanta falta nos hace. 
  
Si queremos, podemos conseguirlo, y si no lo hacemos estamos perdidos, porque 
  
 nadie más que nosotros podrá construir nuestra propia felicidad". 
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