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 Aquel ser humano…
 
 
 
 
 
  
 
 
 
 Un hombre cualquiera,
 de los tantos que transitan este mundo,
 en algún lugar…
 diariamente visitaba a su esposa,
 internada en un psiquiátrico.
 
 Ella…
 padecía Alzheimer
 desde hacía mucho tiempo,
 pese a que, la mujer no lo reconocía
 preguntándose…
 ¿ quién será este extraño,
 que viene a verme todos los días,
 que me habla, besa, acaricia
 y, deja una flor en mi mano?.
 
 
 Él iba a verla y hacerle compañía, porque se decía:
 
 
 “Ella, ciertamente, no sabe quién soy yo,
 pero yo afortunadamente, aún sé quien es ella".
 
 
 
 Y porque además,
 tal es el amor que siempre deseé dar y recibir
 aquél que no sólo es físico y romántico,
 sino que sabe aceptar, que es, ha sido,
 será y no será.
 
 
 “No se trata de cómo sobrevivir a la tormenta,
 sino de bailar bajo la lluvia…”
 
 *
 
 Ann Louise Gordon
 l.h.q.c.e.l.l.
 Noviembre, 4, 2011
 
 
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