Alabado sea Jesucristo…
 Hoy    es el día que dedicamos a recordar en su conjunto a todos los fieles    difuntos. La tradición de rezar por los muertos se remonta a los    primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo y    se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos.
 Cuando    una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo;   sin  embargo, los vivos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el    difunto alcance la salvación. Con las buenas obras y la oración se puede    ayudar a los seres queridos a conseguir el perdón y la purificación  de   sus pecados para poder participar de la gloria de Dios. A estas    oraciones se les llama sufragios. El mejor sufragio es ofrecer la Santa    Misa por los difuntos.
 
 San    Agustín nos ha dejado un pensamiento que lo dice todo: "Una flor  sobre   su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora.  Una   oración por su alma, la recibe Dios"
 
Sagrado    Corzón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y    servirte. Hagamos como decia San Agustin:" Señor a Ti solo busco, a  Ti   solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y  amarte.(Sol   1,1 ). Es la palabras de Dios. Alabado sea Jesucristo.  Amén. Yo siembro   cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo  de que se  propague  la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús, y suplico a  todos los  creyentes y  no creyentes, que en oración pidan al Señor  Jesucristo, que  no haya mas  guerras ni hambre en el Mundo y reine la  Paz en todos los  rincones del  Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado  Corazón de Jesús está  conmigo.  Casimiro López