pero en nuestro rincón de amor
siempre habrá calor
preparas tu chimenea
yo pongo mi madera
tú frotas y acomodas los troncos
mientras abro tus puertas
tú tienes la chispa perfecta
para una cálida hoguera
encendemos nuestro fuego
las llamas se avivan
tras resoplidos
tú pones tu combustible
suave óleo que se prende al instante
yo pongo mi madero
duro y frondoso
empujandolo al centro
que arde a un rojo vivo
el frío se ha ido
huyendo de cuerpos encendidos
propiciando el mágico momento
de un cálido encuentro
habia un frío invernal
gélido y letal
ahora hay un calor veraniego
y nos quedamos alli
sumergidos en nosotros
e hipnotizados por la danza del fuego.
Argomento precedente
Primo 
