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para escapar de no mirarte,
Tus ojos fueron puerta
á la atracción en respirarte toda esa cabellera
que jugabas con sólo los dedos pasarte,
Miradas tuyas jugando al adivino y cada
segundo mi cuerpo en fuego libido,
Provocando un aire espeso
con el juego de tus labios una mordida
bastó para absorber gramo a gramo
lo que tus poros soltaban para mi olfato,
Sin mirarte un instante ventile mi camisa
qué eso te provocó fantasía e incomodidad
en lo frágil de tu cintura,
Alcance a oir la profundidad de tu respiro
que mis manos ya deseaban acariciar tú semblante,
Alguien llegó a la sala y tú con calma
acomodaste la falda,
Más el aire iba y venía con los pechos tuyos
y míos en sintonía,
No escondimos más nuestras miradas
y en jadeos torrentes mis manos lleve sobre mis piernas
y las tuyas más juntas presionabas
a lo que sin decir palabra ya el aire nos mataba.
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