UN RAYO DE SU RISA
Se ahogan los sentimientos heridos de muerte, sin saber el motivo se enciende el fuego que inmola el cuerpo, esas caricias que fueron mi sueño desaparecen iracundas
por no entenderse el verso.
No nos entendemos dice la aurora al mar muerto,
¿qué hizo la sal que arruinó el templo?, -nada-,
responde la gaviota de paso, -nada-,
dice el sol que se abre paso.
Dejemos volar las aves que aman el mar y vuelan su brisa de ensueño, visten de azul sus plumas blancas, pincel es su pico rosado, déjalas que escriban entre las nubes, déjalas que hablen aunque no lluevan, ¡déjalas!
Y cayó un rayo de su risa, esa escondida en su sayo, descubrió el mundo irisado de su pensamiento
vacío y vano, pero sonó bonito a su espíritu aireado.
¡Ay vacío de la nada!, cuna de espanto, no quiera la luna perderse, no quiera mirarse en el lago,
¡ay lago que muere!, ¡ay espejo de su mirar mal dado!,
no quiera la noche,
¡no!, no quiera rozar mis labios.
Claudia Ballester Grifo



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