1-La manera en que ves los cambios en el mundo

Al traer a un ser a este mundo, temas como el calentamiento global, la guerra y las mujeres en los anuncios de cerveza cambian completamente de significado. Comienzas a pensar en las implicancias de estas cuestiones y en el mundo que le dejarás. Un mundo mejor para tus hijos y nietos se transforma en algo más que palabras

2-Sentir fracaso

Muchas veces, aunque lo intentes con ahínco, no lograrás hacerlo feliz. Te verás diciendo muchas veces "no", insistiendo machaconamente para que limpie su cuarto, o reprimiendo sus deseos de bajar al hermanito por las escaleras sujeto con una soga. Aunque se queje por no tener una Wii o por que la madre de fulanito le permite ver películas no aptas para menores de 13, tú buscas firmeza para sostenerte en lo que crees mejor para él.

3-No tener tiempo

Parece obvio, pero no podrás creer el poco tiempo de que dispones. Comienzas a medir las cosas en minutos y segundos. "Si sigue mirando "Jorge el curioso" 20 segundos más, puedo ir al baño", o "si su siesta se estira otros 10 minutos, podría tomarme una ducha".

4-No ir al baño solo

Cuando tus hijos son pequeños, el baño es el único sitio en el que puedes pensar con claridad. Es, de hecho, el único lugar donde puedes leer. Cuando mi hijo menor era bebé, leí completo en una semana el libro de Bill Simmons de ESPN en el baño. Y entonces tenía dos años. Si no resulta que quiere irrumpir por la fuerza para ver qué pasa, golpea la puerta pidiendo entrar o pasa todos sus libros por debajo. Con un niño pequeño no hay tregua.

5-La paternidad reblandece

Esto les pega especialmente a los varones. Te encontrarás lagrimeando con cualquier película tonta que tenga algo que ver con la paternidad y si tienes una hija no te sorprenderá encontrarte jugando con "Mi pequeño Pony" antes de ir a trabajar. La frutilla del postre es pararse, una vez al año, frente a la tienda de alimentos sin poder sacarle los ojos a las galletitas de las niñas exploradoras.

6-Ellos te avergonzarán

Este es un gran golpe para el cual nunca estarás preparado. Para ti son unos angelitos pero en realidad son personas pequeñas tratando de hacerse un camino en el mundo. Desafortunadamente, dicen lo que quieren y cuando quieren. Puede ser algo tan divertido como anunciarle a su clase de preescolar que el papá se tira pedos todo el tiempo, o algo tan humillante como un berrinche en una tienda o decirle a los padres que la "próxima vez quiero un juguete" luego de recibir un pijama de regalo. Estás preparado para avergonzarlos cuando lleguen a cierta edad pero nunca estarás preparado para ser tú el humillado.