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 TU PARTIDA Que te fuiste lo sé. La pesadumbrede tu ausencia enfermó todas las cosas:
 Ya el cielo no es azul sobre la cumbre
 ni el verso es verso, ni las rosas rosas.
 La lámpara votiva está sin lumbrepara el martirio de las mariposas,
 y ya el reloj tiene la certidumbre
 de un rosario de noches silenciosas.
 Bien sé que tu partida sin regreso,encerró entre paréntesis un beso
 que ya ensayaba su primer pecado.
 No tienes que explicarme que te has ido,pues hasta un niño sabe cuando un nido
 quedó por el amor abandonado.
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   VÁMONOS CORAZÓN Vámonos, corazón, hemos perdido,ya nunca espigarán tus ilusiones.
 Recoge tu esperanza y tus canciones
 y partamos en busca del olvido.
 Vámonos, corazón, ya tu latidosólo podrá contar renunciaciones.
 Guarda su nombre con tus oraciones
 y si debes sangrar, sangra escondido.
 Vámonos, corazón, tu fe no existe.Al fin y al cabo tu naciste triste
 y triste en cualquier puerto morirás.
 Vámonos, corazón, ya no la esperes.Bendice su recuerdo si así quieres,
 pero marchemos sin mirar atrás.
 
 JORGE ROBLEDO ORTIZ |  |  |  |  
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 YA NO MÁS CORAZÓN Ya no más, corazón, te he permitidoque la quieras sin tiempo y sin medida,
 que bordes tu esperanza inadvertida
 al ruedo juguetón de tu vestido.
 Ya no más, corazón. ¿No has comprendidoque ella no quiere entrar en nuestra vida?
 Si eras tan débil en la despedida,
 corazón, no debiste haber querido.
 Te advertí, corazón, que era inasible,que no adoraras tanto un imposible
 para que no sufrieras su desdén.
 No me creíste, corazón cobarde,y hoy ya comprendes demasiado tarde
 que yo te lo decía por tu bien.
 
 JORGE ROBLEDO ORTIZ 
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