Si el dolor o la tristeza nos invade, 

brotan del alma, silenciosamente...

Son como lluvia caída en una fuente, 

que viniendo del cielo,... no lo saben.

Las lágrimas se dan furtivamente 

y ruedan, en humedad, por la mejilla.

Nos llegan desde el alma, simplemente.

   Son heridas de dolor que nos humilla...

¿...O lágrimas de amor? 

Seguramente. 

O, la expresión  de una inmensa pena...

Las lágrimas se dan sencillamente, 

cuando a llorar, la vida nos condena...

Se pueden observar con la mirada, 

cuando resbalan caudalosamente,

como sordo rumor de una cascada

   que luego se convierte en torrente...

Las lágrimas que hieren nuestros ojos,

   son evidencia de una historia triste...

O parte de los últimos despojos 

    del amor que se fue y aun persiste... 

OSCAR JIMÉNEZ EFREZ

(OSCAR.J)