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 La noche llega a mí con su embelesoy es imposible cobijar tus manos
 con el calor de fértiles veranos
 o la ternura de mi ardiente beso.
 
 
 Mis afiebrados sueños al procesode dar afecto a tus caprichos vanos
 se lanzan con la furia y los desganos
 de la impotencia en que me tienes preso.
 
 
 Quiero dejar aquí los consabidosproblemas que doblegan mis amores
 para nunca llorar por tus olvidos.
 
 
 Y marcharme a los prados y a las floresahogando entre mi pecho los gemidos
 que tu abandono asfixia con dolores.
 
 
 Hunberto Garza Cañamar |