A veces, la leyenda se mezcla con la historia, hasta el punto de que se torna difícil distinguir una de otra. Es el caso de la llamada "Piedra de los enamorados", un conjunto enorme de rocas que pretenden ser testigos de una historia de amor poco afortunado.
El conjunto pétreo se encuentra a pocos metros de la antigua carretera nacional 120, al otro lado de la subida al monte de A
Picaraña, en la parroquia de Arcos. El enorme conjunto de piedras, de 25 metros de largo y 3 de alto0, está pulido y apoyado en dos rocas, una de ellas de considerable tamaño. Todo el conjunto parece estar en un cuidado equilibrio.
La roca guarda una leyenda de una mor imposible que se remonta a las épocas en que Álvaro de Sarmiento vivía en el vecino castillo de El Sobroso.
Este hombre tenía una hija que la leyenda recuerda con el nombre de Alda, o Aldina; cuya principal diversión consistía en realizar largos paseos a caballo por el condado de su padre e incluía visitas a Tristán de Albarca, joven caballero que no estaba bien visto por su noble vecino de Villasobroso.
Cuenta la leyenda que el noble padre de la condesita, que había estado luchando en Granada contra los moros, regresó de su excursión militar por tierras andaluzas y tuvo conocimiento de los amoríos de su hija por un paje. El propio padre de la joven
bajó al día siguiente hasta la piedra, y en un descuido dio muerte a Tristán. Luego ocultó su cuerpo en unos matorrales y volvió al castillo dando un rodeo para no encontrarse con su hija. Aldina esperó en vano a su enamorado, y triste regresó al castillo de su padre. Al día siguiente volvió a la
piedra, aunque no sabía que el cuerpo sin vida de su enamorado había sido ya encontrado por sus allegados.
En éste momento, la historia se vuelve mas fantástica y relata que un joven vestido de negro se acercó hasta la joven cuando el sol estaba ocultándose, y Aldina reconoció la figura de Tristán. Unas campanas sonaban en la lejanía y el jinete le dijo a la joven que anunciaba su entierro y que su amor había sido truncado por la muerte.
Tras estas palabras lapidarias, el aparecido se perdió entre los matorrales. Aldina se recluyó en sus aposentos del castillo y a los pocos días murió. Así, la piedra fue testigo del amor y de la muerte del caballero, segun recoge la leyenda. Y es por ese motivo que se reconoce con el nombre de "dos Namorados".
Este conjunto de rocas se convirtió con los años en una especie de oráculo, donde los jóvenes del pueblo iban a preguntarle si encontrarían el amor. El rito consiste en tirar una piedra de espaldas a la enorme roca, al tiempo que se preguntaba por el amor deseado. Si la piedra arrojada caía al suelo, la respuesta era negativa. Si quedaba en la parte superior, el amor llegaría a la brevedad.
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