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La felicidad y el dolor son dos componentes de la vida,
todos los días, y a todas horas, nos encontramos con
estos sentimientos. Con el tiempo hemos aprendido a
no dar demasiada importancia a aquellas cosas que no
nos dan felicidad, y hemos aprendido a vivir con más motivos
para ser felices que para estar todo el tiempo tristes.
Eso ya es pasado, basta de llorar, somos mujeres valientes.
¿Acaso podemos cambiar la esencia del ser humano
que por naturaleza es cazador? Y caza todo lo que se le pone a la vista.
Hace unos días hablaba con una persona y le preguntaba
“¿Pero por qué no se puede ser fiel? ¿Por qué siempre
están buscando afuera lo que en casa tienen?”
Y me sorprendió con su respuesta, “Ambos, tanto hombres
como mujeres son infieles”. Me quedé pensando y la verdad
que sí, que no podemos sólo culpar de nuestras desventuras
a los hombres, porque sí, las mujeres también pueden
ser infieles. Salvo excepciones minoritarias, el hombre
no puede ser infiel sin una mujer.
Hay que pensar que no todo en la vida es de color de
rosa, hay sufrimientos y dolores profundos que producen,
por ejemplo, la muerte de un ser amado. Se aprende a vivir
con todo ese dolor, se aprende a luchar a salir adelante,
y se aprende a llevar las penas sin que molesten a nadie.
Siempre habrá días de mucha tristeza por las cosas que
no pudimos tener o lograr, siempre habrá vacíos en nuestras
vidas por las cosas que dejamos atrás y que tal vez era lo
que soñábamos. Pero debemos aprender a vivir con
el todo y la nada que la vida nos da.
Miremos con optimismo aquello que hemos logrado mejorar,
ahora somos más fuertes que hace un tiempo atrás,
las palabras hirientes del pasado han quedado
atrás, y ya nos han dejado de doler, ya no somos
las mismas del ayer, hemos madurado, ya nada nos
puede dañar del modo que lo hizo en el
pasado, somos mujeres más poderosas.
Muchos recuerdos quedarán en nuestros corazones, pero
sabremos ponerle llave y tirarlos bien lejos para que no
se vuelvan abrir esas heridas. No busquemos olvidar porque
es parte de nuestra vida, como lo es la felicidad, sigamos
adelante pero con más valentía y sabiendo que la vida
aún nos puede dar muchas sorpresas tanto buenas como
malas, pero que sabremos enfrentarlos con valentía y
mucha confianza, que en cada cosa que hacemos
Dios siempre nos sabrá dar paz en el corazón.
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