De la llama de la vela, que solo se quedará quieta, cuando el aire no se mueve, igual sucede con los pensamientos y emociones se serenarán en el silencio.

El cuerpo tiene que estar tranquilo, para que puedas estar en sintonía con la placidez.

Tú poder es saber controlarte ante las dificultades, que hay alrededor, sin esfuerzo alguno.

De la percepción del eco del viento, de las gotas que caen de las nubes, expresa la fuerza natural.

De la habilidad de manifestar nuestra alegría hacia los demás.

No apegarse jamás a algo que nos perjudique, para no sufrir un infierno insoportable.

El corazón es el que desprende una inmensa energía positiva, por ello hay que escucharlo.

De la autoestima, es imprescindible tenerla siempre en cuenta, a cada momento, para confiar en nuestra dignidad.

El apaciguar y domesticar las emotividades negativas, nos puede salvar la vida sin darnos cuenta.

De las respiraciones profundas, automáticamente llegamos a la relajación que necesitamos en los momentos precisos.

Del agua transparente y clara, solo se turbia cuando removemos el barro, lo mismo ocurre con los ecosistemas.

Que vivan grandiosos momentos constantemente.

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