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Las ropas desteñidas, desnudas las espaldas
en el dintel de oro de la puerta
dos ángeles velaban.
Me aproxime a los hierros
que defienden la entrada
y de las dobles rejas en el fondo
la vi, confusa y blanca
La vi , como la imagen , que en un sueño pasa
como un rayo de luz tenue y difuso
que entre tinieblas nada.
Me sentí de un ardiente deseo
llena el alma ..
¡ como atrae un abismo aquel misterio hacia mi,
me arrastraba !
Mas ¡ ay ! que de los ángeles
parecían decirme las miradas ..
¡ El umbral de esta puerta , solo Dios
la traspasa !

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