Quince años, Dios mío
no se cumplen todos los días,
cual botón de primavera
dócil flor tempranera,
como mariposa
que yace dormida,
de golpe despiertas,
ante la luz
de tus quince años,
eres ternura,
rubor brillante,
pasas de niña a mujer
en un instante,
eres pequeña
pero de corazón grande
cual libélula con luz propia,
brillas en las noches oscuras
como estrellas de los cielos,
despejando los temores
de los vientos, arremetes
contra todos los dolores,
tu ternura
es dueña de tu alma,
en ti misma esta la calma
eres dueña de tus pasos
cuando pretendes
ser ya mujer,
todo lo tienes a tus pies
pisa firme para no caer,
son tus quince años
que nunca lo vas perder,
todo es hermoso
cuando no hay de que padecer,
sigue adelante
y que tu sombra te siga detrás,
te cuidará mientras vivas,
triunfa y goza
de tu mundo creado por ti,
guarda todo lo bueno
en lo más profundo de tu ser,
ahí donde el corazón
a veces suele padecer,
tenlo y llevalo presente
cuando te llegue por fin
la madurez, por que tu vida
a partir de ahora florecerá,
son tus quince años
que nunca se olvidará.
El Caminante...