En esta íntima habitación,
donde habitan y yacen
gratos y casi
olvidados recuerdos,
de poemas que fueron escritos,
y que se fueron gastando
con cada cosa
que se fueron inventando,
en este lugar
hay presagio de locura,
aquí se esconden
tristes atardeceres
y amargos amaneceres,
lágrimas que brotan
con desespero, en este lugar
se rompió la rutina,
las que provocaron la ruina
de todo aquello
que tuvo que terminar,
sin necesidad a un pañuelo
cayeron mis lágrimas al suelo,
aquí existe la pena y el duelo,
la estaciún feliz de primavera
ha dado paso
a un gélido in vierno,
se terminaron los sueños,
la ilusión dejo su morada,
solo queda el refugio
de unos recuerdos rotos.
El Caminante...