Hola Miryam,
Verás es un tema muy parloteado y casi nunca me convence lo que leo.
Yo eso del olvido creo que es simplemente falta de memoria o que no te afectó lo más mínimo... y en tal caso ésa es otra historia muy distinta al olvido a que aquí y cuando se trata el tema se suele hacer referencia,
Así que no me creo nada. Otra cosa es que uno realmente perdone y entonces, no olvida sino que lo supera y el afecto que tiene a la persona que insultó, ofendió, etc…, es más fuerte que el daño causado por grande que este fuera.
O bien es el afecto o es la comprensión del momento o situación por la que la persona que hace la afrenta estaba pasando o.., las circunstancias de la misma que tal vez justificaron su equívoco si ese fuera el caso.
De todas formas, este es un tema del que se suele hablar mucho generalizando y a mí se me hace tan difícil en temas tan personales poder generalizar. En las conductas que podemos proponernos y lograr hacer algo concreto que nos imponemos como norma, pero . en ésto de los sentimientos, emociones, etc, no puede uno imponérselas siempre y con todos, tiene tendencias, tendencias que a veces son innatas o adoptadas muy tempranamente y otras son adquiridas y fomentadas con esfuerzo en edad más adulta.
Tampoco estoy de acuerdo en esa expresión de “ no ofende quien quiere, sino quien puede”, con el sentido que suele dársele, es decir, que , al parecer todo aquél que nos ofenda, si tenemos por norma no aceptar que nos ha ofendido, resulta que no nos ofende. Creo que el que emite una ofensa nos ofende en función del aprecio o afecto que le tengamos o la ascendencia que tenga de alguna forma sobre nosotros. La verdad es que algunas ofensas muy grandes (objetivamente) provienen de personas a las que no tenemos ningún aprecio y sin embargo nos duele o nos indigna y reclamamos que pida las correspondientes disculpas.
Antes puse “objetivamente” y es que así es, hay algunas ofensas que nos llegan y que de no ser de forma subjetiva pudiera no ser apreciada por otros, pero todos sabemos que si alguien, por poco que nos importe el fulano , nos mienta la madre ( como ejemplo típico, tópico y facilón) vamos a “reaccionar” en conducta de una u otra forma en función de nuestro autocontrol y norma que tengamos, pero de que nos “sube la sangre”… nos sube.
Me gusta este tema, es de los que yo suelo citar como “no me creo”, y parto mucho de la autoobservación y de mi reconocimiento y aceptación. Punto primero para poder modificar lo que no nos gusta.
En fin, no sé qué tanto quieran otros, pero yo desde luego sí voy a retomarlo.
Te agradezco la introducción
Saludos
TalVez 
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