Una de las mayores dificultades para conseguir algo es el problema que la persona no entrenada, no consciente de sí, tiene un conjunto de pensamientos y emociones, teniendo cada uno propósitos distintos. Un pensamiento puede decir "quiero comer esto" y otro puede decir "no debo comer eso". Finalmente triunfa el más fuerte o el propósito común a la mayoría de los yoes.
Conviene que tome consciencia que tiene que transformar los viejos hábitos inconscientes por otros conscientemente determinados. Para ello puede empezar a actuar con pequeños esfuerzos diarios, pequeñas cuotas. La perseverancia en ello le llevará a construir nuevos hábitos.
Trasladar una montaña de piedra puede parecernos algo muy complicado, pero podemos hacerlo piedra por piedra y pronto nos encontraremos con la montaña trasladada. Recordemos el cuento de Gulliver y los Liliputienses. Estos últimos eran seres muy pequeñitos que aprovecharon el hecho que el gigante estaba dormido para atarlo. Lo hicieron con unos hilos muy finos, pero le dieron tantas vueltas que finalmente lo consiguieron y el gigante con toda su fuerza no logró liberarse. Los Liliputienses tuvieron paciencia, perseverancia, claridad de objetivos y confianza en sí mismos.
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