Los maestros pueden cambiar el mundo abriendo las mentes de sus estudiantes, expandiendo sus horizontes y creando nuevos senderos de posibilidades. Los maestros siembran creatividad, la cual florece como pensamientos creativos y metas.
Al orar bendigo a los maestros por su paciencia, inspiración y comprensión. Los veo alentados y apreciados por su dedicación. Con gratitud, recuerdo a aquellos maestros que me ayudaron a creer en mí, quienes reconocieron y alimentaron mis cualidades y me ayudaron a desarrollar las habilidades necesarias para una vida plena. Bendigo y doy gracias por los maestros que guían a los estudiantes de hoy a alcanzar su potencial y a vivir sus sueños.