Una canción de despedida
Adiós, amor que se queda, dormido y desnudo al viento; huellas en tus callejones prolongarán mis ensueños, huellas adentro del alma cultivarán tu recuerdo; adiós, mi tierra de amor, dormida y desnuda al viento.
Del vasto mundo, del mundo ya nada tengo ni quiero; mas guardado en las montañas hay un rincón de silencio, una embriaguez a los ojos, una ansiedad a los pechos, y una canción a los labios que me aguarda en todo tiempo.
Y he de tornar y tornar como el péndulo viajero, y como torna la niña cuando se mira al espejo. Silencio de mis montañas, Pátzcuaro de doble cielo, yo he de tornar y tornar como el péndulo viajero!
Concha Urquiza
10.02.13

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