CUÁNDO POR FIN...
Dormía, la embriagaban sensaciones,
parecía notar suaves caricias.
Se acomodo la almohada,
pero seguían con ella,
sentía su aliento en su mejilla.
Su olor parecía estar en el aire,
aquel tacto de sus dedos rozando su hombro.
Una brisa fresca parecía posarse en sus labios.
Suaves caricias soñadas, se repetían,
sus labios besando su cuello, podía sentir su piel.
Aquella cálida sensación de estar en sus brazos.
¡Quiso abrir los ojos!
Temiendo que aquel mundo
de sensaciones se desvaneciera.
Se quedó muy quieta, esperando
que aquel sueño volviera a abrazarla.