Página principal  |  Contato  

Correio eletrónico:

Palavra-passe:

Registrar-se agora!

Esqueceu-se da palavra-passe?

Amigosdeaquiydeallacompartiendo
 
Novidades
  Entre agora
  Painel de mensagens 
  Galeria de imagens 
 Arquivos e documentos 
 Inquéritos e Testes 
  Lista de participantes
 General 
 ♥.·:*BIENVENIDO AL GRUPO*:·. ♥ 
  
 Presentate aqui 
  
 Cartelitos para responder 
 Dia de la semana 
  
 Amparito--clase psp 
 Tutoriales varios 
  
 Poemas 
 Reflexiones 
 Fondos listos 
 Retos 
 Hogar-Varios 
 Buzones personales ... 
  
 
 
  Ferramentas
 
General: Bondad
Escolher outro painel de mensagens
Assunto anterior  Assunto seguinte
Resposta  Mensagem 1 de 3 no assunto 
De: stefy1945  (Mensagem original) Enviado: 20/06/2011 00:47
Bondad                                     

  

Durante la Guerra Civil, el presidente Abraham Lincoln visitaba a menudo los hospitales para conversar con los soldados heridos.

Una vez los médicos le señalaron a un joven soldado, ya próximo a la muerte, y Lincoln se acercó a su cama.

-¿Puedo hacer algo por usted?- preguntó.

 

Era obvio que el soldado no había reconocido al presidente; haciendo un esfuerzo, pudo susurrar:

-Por favor, ¿me escribiría una carta para mi madre?

 

Alguien le dio lápiz y papel; el presidente comenzó a escribir cuidadosamente lo que el joven lograba dictar:

"Mi queridísima madre: Fui malherido mientras cumplía con mi deber.

Temo que no podré recuperarme.  Por favor, no te aflijas demasiado por mí.

Besa de mi parte a Mary y a John.  Que Dios los bendiga, a tí y a mi padre.

 

Como el soldado estaba demasiado débil para continuar, Lincoln decidió firmar la carta por él y agregó:

"Escrita en nombre de su hijo por Abraham Lincoln".

 

El joven pidió ver la nota y quedó atónito al saber quién la había escrito.

-¿De veras es el presidente?- preguntó.

-Sí, lo soy -replicó Lincoln tranquilamente.  Luego quiso saber si había alguna otra cosa que pudiera hacer por él.

-Por favor, ¿quiere darme la mano?- pidió el soldado-.  Eso me ayudará cuando llegue el fin.

 

En la silenciosa habitación, el alto y enjuto presidente tomó la mano del muchacho y pronunció unas cálidas palabra de aliento hasta que llegó la muerte.

 

 

Debes dar tu tiempo al prójimo; aunque sea algo pequeño, haz algo por los demás, algo por lo que no obtengas más recompensa que el privilegio de hacerlo.

 

 

Albert Schweitzer

 



Primeira  Anterior  2 a 3 de 3  Seguinte   Última  
Resposta  Mensagem 2 de 3 no assunto 
De: Karol Enviado: 20/06/2011 16:56
A veces lo que más escatimamos es nuestro tiempo, no nos detenemos pensar que un solo instante puede cambiar la vida de alguien más.

Resposta  Mensagem 3 de 3 no assunto 
De: Taty Enviado: 20/06/2011 16:57

"Debes dar tu tiempo al prójimo; aunque sea algo pequeño, haz algo por los demás, algo por lo que no obtengas más recompensa que el privilegio de hacerlo. "

 

 






 
©2025 - Gabitos - Todos os direitos reservados