Siento gratitud por todo lo que soy y por todo lo que espero experimentar.
Hoy pienso en las intenciones que me he fijado para el nuevo año y tomo tiempo para reflexionar en lo que es importante para mí. Al hacerlo, mi corazón se llena de gratitud por todo lo que yo soy, por todo lo que tengo y por todo lo que deseo expresar en mi vida.
Hago de la gratitud una prioridad. Determino expresar agradecimiento tanto como me sea posible. Elijo mis palabras con cuidado y propósito. Sé que cada palabra dicha con cortesía bendice a los demás. Finalizo mi día con oraciones de gratitud, pensando en los momentos que tuvieron un significado especial. Mi corazón agradecido, mis palabras y acciones consideradas abren el camino para que bendiciones maravillosas fluyan a mí.
Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.—1 Tesalonicenses 5:18
El libro de Génesis narra la historia de José, un joven que fue vendido como esclavo por sus hermanos. Sin embargo, aun ante tal injusticia, José tuvo presente siempre que “Dios cambió todo para bien”. Este conocimiento le sirvió como base para el perdón.
Lo que quiera que enfrente en la vida, proclamo el bien en todo. Gracias a mi fe, mi enfoque permanece en mis habilidades espirituales para transformar circunstancias en oportunidades que benefician a todos. Debido a que mi habilidad para trabajar pacíficamente a través de todo aumenta, mi capacidad para dejar ir y perdonar es fortalecida. Siento la libertad y el gozo que produce el perdón absoluto. Busco el bien en todo y en todas las personas.
Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió todo para bien.—Génesis 50:20
Celebro con fe la verdad de que no importa lo que mi situación financiera pueda ser, he sido bendecido abundantemente con dones espirituales para satisfacer todas mis necesidades.
Yo soy próspero porque existe una abundancia de ideas divinas disponibles para mí. Las ideas divinas lo abarcan todo en el universo, desde la partícula más pequeña hasta cada célula de mi cuerpo. Todo tipo de bien está presente en mí. Doy libremente de ese bien sin agotar mi inventario interno de recursos. Mi ser verdadero es ilimitado. Me veo como un canal de abundancia, y busco maneras de compartir mis dones. ¡Es una experiencia gozosa dar del bien que tengo para ofrecer! Yo soy un canal para el fluir de la abundancia.
Reconcíliate con Dios, y recupera la paz; así él te devolverá la prosperidad.—Job22:21
Confío en que la guía del Espíritu me guía a través de los cambios.
He aprendido por medio de la experiencia que el cambio es un elemento esencial de mi viaje espiritual. También he aprendido que tengo en mí toda la guía que necesito para tomar las decisiones que me harán avanzar de manera efectiva.
El cambio es simplemente la consecuencia de una decisión. No necesito resistirlo ni buscarlo. Descanso y confío en la guía del Espíritu en mí para que me muestre lo que debo hacer y me aparte de los cambios que no son necesarios en mi camino.
Si maneras de pensar antiguas y negativas surgen, me dirijo a mi interior para afianzarme de nuevo en Dios. Confío en que la guía del Espíritu me guía a través de los cambios.
Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un camino.—Isaías 43:19
Hola Tatis...Siempre he creido que la gratitud y el perdon junto con el amor son los sentimientos mas bellos que nos llevan a la felicidad y paz espiritual....
Las palabras son símbolos que utilizamos para expresar nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones. Cada expresión demuestra nuestra energía. La palabra sí es particularmente poderosa. Un sí sincero abre nuestros corazones y declara: “Estoy listo, dispuesto y soy capaz”.
En su libro Los cinco principios, Ellen Debenport dice: “Cada pensamiento, cada sentimiento es una oración. Y la respuesta siempre es sí”. El universo opera en un fluir divino, en una energía cooperativa de creación y crecimiento perpetuos, buscando alinearse y apoyar aquello que mantenemos en nuestra conciencia. Cuando vivimos en la vibración energética del sí, todo lo que encontramos es recibido con una conciencia expansiva de aceptación y voluntad.
Porque todas las promesas de Dios en él son “Sí”.—2
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