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 Cabalgata de Reyes Original de
 Francisco Álvarez Hidalgo 
 
 
 
   
 Cabalgata de Reyes
 Abre los ojos, niño, bien redondos,
 con imaginación, sin parpadeo.
 En esta noche hay Reyes cabalgando
 tras una estrella mágica en el cielo.
 Ya los viste avanzar entre colinas
 de musgo, por senderos
 de arena blanca, atravesar el río
 de estática corriente, sin descenso
 de su papel de plata, río helado,
 bajo el claro cristal del 'nacimiento'.
 Hoy llegan al portal, con sus ofrendas
 de oro, mirra e incienso.
 Y el otro Niño, afable, les sonríe…,
 o tal vez es a un pájaro en el sueño.
 Que es como tú este Niño,
 aunque menor, pero con más misterio.
 
 Las calles se alborotan,
 y danzan en el viento
 voces, y músicas, y campanillas
 en confuso, festivo tintineo.
 En esta cabalgata
 los Reyes sí se mueven, pretendiendo
 ser reyes de verdad, capas al hombro,
 y exóticos sombreros.
 No me sueltes la mano,
 que yo me perdería si te pierdo.
 Mejor sube a mis hombros, que me cuelguen
 tus piernas sobre el pecho,
 y saluda a los Reyes, que ya saben
 cómo has sido y quién eres. Todo el pueblo
 se ha lanzado a la calle a recibirlos,
 pero esta noche volverán de nuevo,
 cuando dormido estés, tan sigilosos
 que no se enterarán ni los espejos.
 
 Pasaron ya, se alejan. Vamos, niño,
 a dormir y soñar, que entre los dedos
 se te desliza el frío de la noche.
 Ya es hora de acostarse, mi pequeño.
 
 Los Angeles, 4 de enero de 2008
   
   
 
 
 
 
 
                                                                      
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