**Es asi pues como el joven aspirante se dirije hacia el Coliseo, lleno de batallas e historias, el astro rey funge como testigo de lo que puede ser el surgimiento de un gran santo, asi pues el peliverde entra por la puerta principal del recinto mirando hacia las gradas, lleno de polvo y algo sudoroso se detiene en el centro de aquel lugar, mirando hacia todos lados, pensando para mis mismo "Este es el momento, es ahora cuando sere un Santo de Athena" asi pues el joven Shion muestra euforia ante tal acto, esperando la entrada de su oponente este se limita a permanecer en silencio, entrando en una concentracion para su combate**

 

*De esta forma, de manera paralela a los hechos descritos, el viento comienza a cambiar su rumbo y presión, siendo más fuerte trayendo con sigo numerosas hojas del lugar y levantando piedrecillas del mítico Coliseo como si estuviera anunciando a una nueva presencia, así es que, en ese mismo lugar, que desde la entrada principal, una figura delgada y de estampa elegante comienza a ser aparición, siendo el sol, el contraste perfecto para su anatomía, en la cual destaca su cabellera azulada que se mece al viento - así que finalmente has llegado Shion - deja escapar de sus labios de una manera sutil, viéndose como en aquel acto una sonrisa gallarda y confortable se posa sobre él, transmitiendo con sólo sus palabras y presencia, respeto y jerarquía dirigiéndose con pasos cortos hasta el centro del recinto, siendo su llegada extraña y sorpresiva para cualquiera, ya que aquella persona es la misma, que podría ser en un futuro cercano, el siguiente Patriarca, el conocido en Grecia como Aspros*

Aspros

** La prueba esta por iniciar, y el corazon de Shion late rapidamente, un nerviosismo aparece en su rostro al escuchar la voz de aquel que es reconocido como uno de los mas fuertes santos dentro de los doce, asi pues este voltea su mirar al entrante, -Aspros, aqui estoy, listo- voficera mientras que en su mente recorren todos los entrenamientos y enseñanzas que ha recibido por parte de su maestro, los rayos del sol impactan en el coliseo iluminando cada rincon, como si el sol no quisiera perder detalle de aquel encuentro**