De una en una gotas de llluvia impactan en cada rincón del santuario de Grecia provocando que la mayoría de los ohcenta y ocho combatientes se encuentren en sus respectivas sin embargo un niño de apenas nueve años se encuentra en el centro del coliseo entranando con una determinación que se transmite en su semblante pero en especial en sus dos ojos pues su deseo es volverse un digno santo que pueda cuidar a la Diosa Athena y a la humanidad.
- Su determinación es tan grande como su amor por la humanidad
Menciona unos cuantos soldados que observan desde un refugio cada uno de los movimientos del que muy pronto se va a convertir en el santo dorado de Sagitario quien pese a su corta edad ya es muy respetado como admirado además de que es una gentil persona que le brinda la mano a los que necesitan ayuda.
- Aioros, un hombre que se volverá una leyenda.
Comenta otro de los guardianes momentos antes de que una estrella fugaz recorra el cielo nocturno anunciando un mal presagio que solamente una persona es capaz de entender ya que tiene la habilidad de leer el futuro en las estrellas. Ese hombre tan misterioso permanece sentado en un trono de oro en lo más alto de la colina estrellada mientras una suave corriente de aire empuja hacia atrás su extensa túnica de tonalidad blanca.
- "Diferentes sellos de la Diosa Athena se debilitan alrededor del mundo"
Es el pensamiento que recorre la mente del sumo pontífice cuya edad antigua no se aprecia por causa de una máscara de plata que oculta su rostro y que al mismo tiempo le entrega un toque sagrado
- "La armada de Athena no está lista completamente, y aunque todavía falta tiempo para el enfrentamiento definitivo, debemos prepararnos"
Continúa analizando en su mente recordando solamente por unos segundos diferentes escenas de los terribles enfrentamientos que se vivieron en la última guerra santa contra Hades en donde sus amigos perdieron de uno en uno la vida quedando solamente en pie él y el viejo maestro de los cinco picos que permanece vigilando el sello de las estrellas malignas.
- "Una sombra a la distancia se aproxima hacia la humanidad"
En las lejanas tierras de China permanece sentado en una roca un hombre muy viejo que se protege únicamente de la lluvia con un sombrero de paja a medida que el fuerte sonido de la cascada de rozan descendiendo se deja escuchar como si fuese una melodía relajante.
- "Ni nosotros, en aquella época, nos enfrentamos a lo que se aproxima"
Así una extraña ilusión se forma frente a él, haciendo acto de presencia extrañas entidades en sombras que vuelan hacia diferentes partes del planeta tierra dando a entender con esa señal que una amenaza divina va a llegar al mundo tal y como se conoce.
- "Shion, mi viejo amigo, lamento no poder ayudarte en la batalla que se acerca"
Días después de la tormenta, los nuevos aspirantes a armaduras están por ir a diferentes regiones de la tierra para recibir el entrenamiento por lo que se reunen en una plaza enorme esperando la llegada del gran maestro el que avanza con lentitud y estando a punto de dar unas cuantas palabras de despedida.
- Ustedes serán la nueva generación que cuidará al planeta tierra y seguirá la voluntad de la amada Diosa Athena. ¡Sienten el poder del Cosmos!
En una clara muestra de respeto como emoción los aspirantes elevan sus manos para acto seguido dar un grito que se prolonga por varios segundos. En otro punto del santuario, un soldado impacta el suelo sin tener ya el conocimiento lo cual se debe al ataque de un joven aspírante.
- Ya se los dije, yo Shura, me convertiré en un santo de oro
Declara con frialidad entremezclada con autoridad al observar de manera cortante cada uno de los vigilantes que lo rodean sabiendo a su vez que posiblemente no pueda contra todos ya que no tiene ningún entrenamiento de por medio tan sólo su profunda determinación de ser un fuerte guerrero.
- ¡Idiota muchacho! siempre has sido tan irritante por eso no te dejaremos ir.
De esa manera los enemigos de Shura se arrojan en frenética carrera hacia él y de repente una luz dorada los detiene causando que sean empujados varios metros hacia atrás quedando ellos completamente sorprendidos.
- ¿Qué sucede?
Se preguntan al observar al valiente Aioros cuidando a Shura
- Ustedes tienen una misión, cuidar el santuario de Grecia donde muy pronto regresará la diosa Athena. Su comportamiento no es propio.
Inevitablemente Shura queda sorprendido y hasta admirado por la presencia de Aioros por lo que una serie de pensamientos recorre su mente
- "El más cercano a convertirse en un santo de oro, Aioros"
- Shura, sigue adelante porque debes partir al lugar donde vas a ser entrenado
Y así observa sobre su hombro al honorable Shura al tiempo de dibujar en el rostro de Aioros una sonrisa de satisfacción como si quisiese transmitir que todo va a estar bien
- Eres como una espada, firme y estoy seguro que te volverás un santo de oro. Y cuando llegue el momento nos volveremos a ver como hermanos de armas
Con esa promesa de amigos, es como Shura se da la media vuelta con ayuda de sus talones iniciando un avance hacia el sitio donde lo espera entendiendo que se acaba de formar un lazo con Aioros del que no se puede quebrar. Así como un peligro nuevo se aproxima, una nueva esperanza nace entre esos dos guerreros que seguramente serán los héroes de la nueva generación
Continuará...
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