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BERNARDO STAMATEAS: ORGULLO MENTAL
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2009 02:37

Orgullo mental

Lucas 4: 38; Juan 5

El orgullo tiene mala prensa, cuando pensamos en alguien orgulloso nos imaginamos a un fanfarrón, narcisista, prepotente, soberbio, que pisotea a los demás, insulta o descalifica.

En esta historia veremos cómo Jesús trata a un hombre paralítico que era orgulloso en su mente. Durante muchos años estuvo tirado con otros enfermos junto a una fuente, esperando. Según la creencia de aquel tiempo, cada tanto se producía una corriente en el interior del agua que la agitaba y por una superstición se creía que un ángel movía las aguas y el enfermo que entrara justo en ese momento quedaría sano. Por eso todos los enfermos esperaban el mover del agua para entrar al estanque porque uno sólo era el que se sanaba.

Jesús se enteró que el paralítico hacía treinta y ocho años que estaba así, se acercó y le preguntó: "¿ Quieres ser sano? "

¿Por qué Jesús se le acercó a un hombre de tantos años sin caminar y le preguntó si quería ser sano? ¿No es obvia la pregunta?

Porque el paralítico tenía que oír, no sólo lo que Jesús le preguntó sino su respuesta, debía entender que el problema no eran sus piernas inmóviles sino su orgullo mental.
El hombre respondió: "No tengo quién me ponga en el estanque."

Tenía una creencia orgullosa en su mente rígida, un exceso de confianza en su idea, y cuando Jesús le hizo la pregunta, se la manifestó: "No tengo a nadie que me lleve al estanque para verme libre."
El problema no era la parálisis física sino una parálisis mental, una creencia que le paralizó la mente, por eso Jesús debía sanar primero la mente y después el cuerpo.

Orgullo en la Biblia es exceso de confianza.

Tener confianza es bueno pero un exceso de confianza en una idea, paraliza.

El exceso de confianza no da margen para mejorar, dice: "Lo que hice está perfecto". No analiza, "¿Cómo podría hacer para mejorarlo?"
No hablo de la autoexigencia del perfeccionismo sino que una persona sana siempre debe dejar un margen de duda para analizar lo que ha hecho.
Si lo que hace tiene un exceso de confianza, esa persona explica todo, justifica todo, nunca deja margen para analizar: ¿Podría pensar de una manera mejor?
Una persona con exceso de confianza no puede mejorar y sin darse cuenta, se estanca.

Hay tres tipos de excesos de confianza :

1- Hay gente que se cree única en el desierto.
"Si yo no estoy, la iglesia no funciona", "Si no estoy en video se cae", "Sin mí el trabajo se hunde". Se creen los únicos porque tienen exceso de confianza en sí mismo o sea orgullo.

" Dios resiste al orgulloso ", dice la Biblia.
Dios se aleja porque viene para cambiarlo pero, como tiene exceso de confianza y no puede sentarse para ver "en qué mejorar", entonces Dios lo humilla levantando a otra persona que se lleve el premio que el orgulloso cree que le corresponde.
El orgulloso siempre es humillado.

Elías estaba en la cueva y el ángel le preguntó: ¿Qué haces? y él respondió: "Sólo yo he quedado."
Cuando alguien se siente imprescindible en un área, Dios lo quebranta levantando a más gente que hace mejor las cosas y se lleva el premio

2- Exceso de confianza en su capacidad.
En lo que hace. Podemos decirle: "Esto lo podrías haber hecho de otra manera" y responden: "No, no, porque así estuvo bien." Todo lo que hacen siempre tiene una explicación y dicen: "Yo soy así".

Cuando Jesús le dijo: "¿ Quieres ser sano ?" El tenía una creencia rígida y en vez de decirle: "Sí Señor, quiero ser sano", le declaro la creencia: "Estoy esperando que alguien se compadezca de mí y me meta en el estanque, hace treinta y ocho años que estoy esperando eso."
La persona que no hace un análisis para mejorar siempre será un mediocre y no se dará cuenta, se va a estancar, creerán que son los mejores hasta que aparezca alguien que tiene más fruto y dirán: ¿Qué pasa?

3-Exceso de confianza en la manera de pensar.
-"Yo pienso así", "Yo lo veo así".
-"Sí, pero tu matrimonio se está reventando,
-"No importa, para mí es así y punto."

Orgullo mental.
El Señor los quebrantará alejándose de ellos para que vean que las creencias no funcionan creyéndose la única Coca Cola del desierto y que hay otros que han hecho las cosas mejor porque se han preguntado cómo mejorar.
Los que siempre están de vuelta en todo son los que nunca fueron a ninguna parte y el orgullo es como el mal aliento se dan cuenta todos menos el que lo tiene.

1- Dios quebrará mi exceso de confianza en mí para ponerlo en Él.
No es lo que creo sino lo que le crea a Él.
Jesús le preguntó si quería ser sano y el hombre tenía que haberle dicho: "Sí Señor, creo en Ti", la confianza debe estar en lo que el Señor te prometió no en vos.

Podemos poner confianza en nosotros y en los demás pero también dejar un margen para mejorar, para cuestionar, para reconocer los errores, porque hay gente que nunca se equivocan, nunca tienen la culpa de nada, son perfectos siempre.

Cuando ponemos la confianza en el Señor, creemos a lo que nos dijo, sabremos que lo que creemos, pensamos y como interpretamos las cosas se pueden mejorar.

2-"Excesiva confianza en lo que el Señor me prometió.
Jesús le quebró la visión y gritó: " Levántate, toma tu camilla y anda " y cuando escuchó esas palabras fue sano y se levantó.
Cuando Jesús le rompe el exceso de confianza a un hombre, dejará de pensar que tiene que ir al estanque, tendrá claridad para ir a los montes y conquistar todo lo que Dios le prometió.
Cuando Dios rompa mi excesiva confianza cambiaré mi recorrido, tendré frutos grandes y haré lo que nunca hice.

El hombre era rígido en su mentalidad y visión y cuando Jesús lo sanó empezó a andar, porque la palabra cargada del poder de Dios lo había sanado.
El estanque era un recuerdo, ya no estaba más en su meta, porque cuando el Señor te sana las metas rígidas que estaban en tu corazón van a desaparecer y te moverás con libertad hacia los lugares que Dios ponga.

"¡Levántate! Toma tu lecho y anda"
Después Jesús desapareció.
El hombre empezó a caminar y se acercó un fariseo (legalista) que le preguntó: ¿Quién te sanó?

" Uno que me dijo: "Toma tu lecho y anda " (¡No! Primero dijo: "Levántate") ¡Desagradecido! En vez de decir " Dios me ha sanado ", ni con la camilla en la mano le pudo dar gracias a Dios porque su espíritu seguía paralítico. Y fue al templo y Jesús estaba allí.

Jesús le dio un poco de tiempo para ver si el orgullo mental que mantuvo durante treinta y ocho años desaparecía.
Se encontraron en el templo y Jesús le dijo: "No peques para que no venga algo peor."

Su pecado era su mente orgullosa. Y Jesús le dijo: "No sigas con esa actitud de orgullo porque si no te va a venir algo peor". Y cuando lo oyó el hombre no dijo nada, ni se postró a sus pies, por orgullo.
"No sigas pecando, como pecaste durante treinta y ocho años de orgullo" Y el hombre fue a contarles a los fariseos que fue Jesús quien lo había sanado. Ni le dio las gracias.

A los orgullosos Dios los mira de lejos.

La suegra de Pedro estaba enferma, tenía fiebre alta (que era para morirse) y Jesús llegaba de la sinagoga, después de sacar unos demonios.

Ejerceré el poder de mi hablar sobre todo lo que me pasa.

No le preguntó a la mujer si quería ser sana, porque su problema no era el orgullo, ella debía aprender a tomar autoridad sobre su enfermedad.
Reprendió, y le estaba enseñando a caminar en victoria.
Cuando una mujer aprende a pararse sobre una circunstancia y decir: " Victoria me ha dado Jesucristo, todo lo puedo en El que me fortalece", cuando sabe que el poder de Dios está en su boca, esa mujer es libre de toda enfermedad.

El problema de las mujeres no es el orgullo, sino que no toman autoridad sobre sus crisis.

Jesús la tomó de la mano.
En la época de Jesús se creía que toda mujer con fiebre estaba bajo el juicio y la culpabilidad de Dios, basado en una interpretación legalista de Deuteronomio, y la mujer se sentía culpable y cuando Jesús la tocó le estaba dando un mensaje a su espíritu. Generalmente tocamos lo que amamos, lo que aceptamos, y Jesús le estaba diciendo: "Yo te acepto."
El Señor ya puso su mano sobre tu vida, no hay más culpa, ni condenación ni nada más malo de lo que te haya pasado.

La mujer se levantó y le sirvió.

En los dos casos estaban postrados: uno criticó y la otra le sirvió. Esa es la gente que Dios va a usar, la gente agradecida que experimentó el amor del Señor.
"La mujer se levantó y enseguida adoró, le sirvió la mesa".
Hay gente que fue levantada de la misma muerte, que ha experimentado un milagro y le está sirviendo, esa es la gente que Dios levanta.

No la gente que se hace conocida, porque eso es fama, pero el que reconoce que Dios lo sanó, se paró sobre sus pies y le sirvió, que le reconoce y quiere adorarle, servirle porque es todo en su vida, esa es la gente que Dios ama.

Y cuando el hombre se fue de la sinagoga, Jesús miró a sus discípulos y les dijo: " Mi Padre trabaja y yo trabajo " Les estaba diciendo: "No me importa que no vino a dar las gracias, yo seguiré trabajando para mi Padre, seguiré creyendo en Él."
Hay gente que fue defraudada y tiene que decir lo mismo que Jesús.

No es el tamaño de las cosas en las que Dios te levantó sino el tamaño de tu gratitud.

Jesús le dijo: No peques para que no te venga algo peor . Si por pecar viene algo peor, agradecer y adorar trae algo mejor. El espíritu de agradecimiento por lo que Jesús ha hecho por nosotros es la fuerza que puede tener motivado a un cristiano.

Hay gente que hace mucho tiempo que no da gracias o adoración al Señor con un corazón agradecido, Jesús vino para ver tu actitud.

Por Bernardo Stamateas

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