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ALEJANDRA STAMATEAS: ¿POR QUE HAGO DIFICIL LO FACIL?
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensagem original) Enviado: 21/11/2009 01:09

Por qué hago difícil lo fácil?

Marcos 9:23 Lucas 1:37

Marcos 9:23 " Si puedes creer para el que cree todo es posible."

Lucas 1:37 " porque nada hay imposible para Dios"

Los problemas tienen la habilidad de capturar nuestra mente, ocupar el mayor espacio posible y no permitirnos avanzar sino quedarnos detenidas analizando el conflicto durante las veinticuatro horas.

Las mujeres tenemos el arte de expandir los problemas, somos expertas en agrandar y así ocupar nuestra vida, y la de los demás, con un solo problema.
Por ejemplo, ¿cuántas le vimos una manchita en la camisa a alguien y quisimos limpiársela, y luego le quedó una aureola enorme? Quisimos hacer un bien y se transformó en un problema que no sabemos cómo solucionar ni qué decir.
Generalmente transformamos lo pequeño en grande, las cucarachas se hacen dinosaurios, y aunque muchas veces son cosas sencillas, las complicamos al poner nuestro toque y nos transformamos en las víctimas, poniendo toda nuestra energía en buscar una solución, quedando nuestra mente aprisionada haciendo el problema cada vez más grande.

¿Por qué complicamos lo simple?

1-Para llamar la atención.
2-Para distraernos y no aburrirnos,
3-Para que el día sea divertido.
4-Para arruinarle la vida a otro.
5-Porque aprendimos a enredarnos y pensamos que nada es sencillo, todo es una catástrofe.

Toda nuestra actitud está relacionada con la culpa y no podemos creer que algo se dé simplemente, ni los milagros de Dios porque la mente está acostumbrada a meterse en laberintos que el pensamiento debe recorrer hasta encontrar la salida.

Cuando damos vueltas a las situaciones complicadas, toda nuestra energía la ponemos en la mente y no en Dios, por eso lo primero que desaparece es la fe que no podremos accionar ni ver el respuesta sobrenatural que Dios quiere darnos. Para no complicarnos y hacerlo sencillo debemos desterrar un mito:

Todo tiene un por qué.

¿Porque soy así? ¿Por qué me tocó a mí? ¿Por qué me pasó? ¿Por qué tengo que vivir esta desgracia? ¿Por qué a la otra le va bien y a mí mal? ¿Por qué me tocan a mí todos los hombres pobres? Y adquirimos el papel de víctimas.

Entre los dos o tres años de edad, hay una etapa en que los niños preguntan todo "por qué" y los padres intentamos responderles, pero si no tenemos respuesta ellos seguirán insistiendo, preguntando "por qué" y "por qué" hasta que le digamos algo, y a veces les respondemos para que dejen de preguntar.

De esa manera nos acostumbramos a que toda pregunta tiene una explicación, y al llegar la adolescencia nos jactamos de saberlo todo, respondiendo a cualquier pregunta que nos hagan porque tenemos el concepto erróneo de que todo tiene un por qué. En la madurez también pretendemos que cada situación tenga una respuesta.

Y todos los "por qué" no tienen respuesta.

No hay una única causa para un problema, quizás son varios los motivos que lo originaron y siempre buscamos una explicación, especialmente las mujeres y en la iglesia: "¿Sabes por qué te llevas mal con tu marido? Porque no le das amor"; "Esa enfermedad te vino porque algún pecado oculto tendrás."

Muchas veces no hay una causa y por más que lo expliquen no tiene solución pero lo importante es la reacción a cada situación.

Cuando no tengas explicaciones y te pregunten por qué te está pasando, respondé: "No sé".
¿Por qué mi marido me abandonó? "No sé".
¿Por qué esa persona me trató mal si siempre la traté bien? "No sé".
¿Por qué mi hijo adolescente es tan rebelde? "No sé".

Cuando las ideas dejen de darte vueltas en la cabeza serás una mujer feliz y aprenderás dos decretos espirituales surgidos de la Palabra de Dios, harás que lo sencillo siga siéndolo hasta desaparecer y no habrá situación difícil.

1º- No hay nada imposible para Dios. Decreto que en mi vida no hay nada imposible.

2º- Para el que cree todo es posible.

El primer decreto tiene que ver con lo que Dios hace y el segundo con lo que yo hago.
"Esta enfermedad es complicada", en el mundo natural", "Cómo podré sobrellevarla", pero en el plano espiritual decreto "No hay nada imposible para Dios, El me sanará" y al decretar mi sanidad será posible.

Murió Lázaro, y Marta, su hermana, llegó angustiada donde estaba Jesús y le dijo: Si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto. Y Jesús le dijo: Voy a resucitar a Lázaro .
Marta siguió dando explicaciones teológicas (como hacemos muchos líderes y pastores que para todo tenemos una respuesta teológica) y le dijo: " Sí, yo sé que lo vas resucitar en el día postrero"

Pero Jesús le dijo: " Te estoy diciendo que ahora lo resucitaré." Y Jesús se quedó creyendo solo, porque nadie creía.

¡Cuantas veces dejamos a Jesús creyendo solo!
Cuando no le creemos complicamos la situación, y nos dice: "
No te preocupes porque no hay nada imposible."
¡No te compliques! Creer es creer. ¿Es tan difícil? Jesús ya te dijo, como a Marta: "Si crees verás la gloria de Dios".

Las mujeres somos complicadas hasta para orar, hablamos con detalles, con puntos y comas, y volvemos loco a Dios, siendo algo sencillo, lo complicamos. Y Jesús nos dice: " Si crees, para el que cree todo es posible " y " No te preocupes si no crees, para mí no hay nada imposible."

Nuestra oración debe ser simple y sencilla, decretemos en nuestra mente y veremos su gloria.

La mujer no pidió nada a Eliseo, pero el profeta le preguntó al sirviente que podría querer ella, y éste le dijo: "querrá un hijo". Y ella concibió un hijo, pero tiempo después murió en sus brazos. La mujer fue a ver al profeta sin que nadie supiera y le dijo: "Me diste un hijo sin que yo te lo pidiera, así que mejor que lo devuelvas, resucítalo sí o sí."
Y el profeta le devolvió al niño la vida.

Ella simplemente fue y pidió, en cambio nosotras lo complicamos, si nos ocurriera eso diríamos: "Seré una mala madre, por eso Dios me lo arrancó", "¿Estaré pasando una prueba y por eso me lo quitó?", "¿Y cómo voy a ir al profeta, estará ocupado, cómo le voy a decir que venga a verme?" Ninguna de esas preguntas le hizo, fue decidida y sencillamente le dijo: "Vos me lo diste, ahora me lo devolvés."

No te compliques, sé sencilla y simple.

Debemos educar los pensamientos y cuando aparezcan elevarlos al plano espiritual.
El pensamiento es limitado, tiene opciones, y la mente no puede abarcarlas todas porque enloquecería pero el mundo espiritual es ilimitado.
Es como si viniera un médico y te dijera: "Hay dos posibilidades te operás o morís", y te complicás en los pensamientos sin saber qué decisión tomar y te limitás. Pero si cuando viene el pensamiento lo llevo al plano espiritual digo: "Para Dios y para el que cree no hay nada imposible."

Yo sé lo que Dios hará en mi vida porque le creo y hay más de una posibilidad, porque para Dios todo es posible.
Todo lo que decretemos en el plano espiritual ocurrirá en lo natural.
Dios no nos llamó a vivir en confusión, cuando nos movamos por la fe en el plano espiritual no habrá límites y nuestra vida se ubicará en la correcta perspectiva de Dios.

Recibimos a Jesucristo para vivir mejor, no peor.
Dios quiere conceder las peticiones de nuestro corazón para que el gozo
sea cumplido.
Por ejemplo cuando le damos a nuestros hijos lo que ellos nos pidieron, nos ponemos felices de verlos alegres, de la misma manera Dios se goza cuando ve nuestro rostro gozoso.

Dios no te hizo una mujer complicada sino para que disfrutes y tu gozo sea cumplido.

Elías solo desafió a ochocientos profetas, cuatrocientos de Baal y cuatrocientos de Asera, dijo: "El Dios que conteste por fuego, ése es Dios y le adoraremos".
Estuvieron toda la mañana haciendo distintas prácticas pero no pasó nada, se complicaron la vida, ya no sabían más que hacer para que Dios le respondiera.

Así nos pasa, no sabemos qué hacer para que Dios responda y Él dice: "Dos decretos: para el que cree no hay nada imposible; todo es posible para Dios". Todo o nada.
Todo se puede lograr y nada hay imposible, en el plano espiritual el pensamiento será todo o nada.

En el mundo espiritual: lo simple seguirá siendo simple y lo complejo se reducirá a nada.

Cuando le llegó el turno a Elías, acomodó el altar (era un razonamiento simple), echó agua y el fuego del cielo cayó. Si Dios le respondió a Elías también nos responderá, somos sus hijas, para Dios no hay nada imposible y todo es posible para los que creemos. Dios tiene las respuestas, si el camino está cerrado Él lo abrirá.

¡Basta de preguntar por qué!

Reconocer que nos está pasando y solo dos respuestas me sacarán del conflicto, todo o nada. Debo confiar y no complicarme.
No le eches la culpa a nadie, no seas más obsesiva con el pensamiento, sos hija del gran rey y El tiene las respuestas; si un camino no funciona ve por otro, y si te equivocás no te preocupes, dejalo a Dios que es especialista en problemas, si una puerta se cerró, pateá y tirala abajo.

El tomar decisiones y vivir en victoria, debe ser un ejercicio.

Un hombre tenía su hija en terapia intensiva, los médicos le dieron la noticia de que había muerto y el hombre se quedó congelado por la noticia. Los médicos comenzaron a salir de la sala hasta que sólo quedaron dos enfermeras con él, el padre se acercó al cuerpo de la chica y le dijo: "Hija vive", y no pasó nada. Una enfermera salió y el hombre seguía ahí. Nuevamente volvió al cuerpo y le dijo: "Hija vive", tampoco sucedió nada. Corría el tiempo y nada sobrevino, al retirarse la última enfermera se quedó solo, volvió al cuerpo y le gritó con fe: "¡Hija vive!" Al instante abrió los ojos.

En el plano espiritual lo que estaba muerto resucitará; activá tu fe, no lo compliques preguntando ¿Por qué me pasa? ¿Por qué mis hijos están pasando esa situación? ¿Por qué siempre tengo problemas económicos? ¿Justo apareció a esta altura de mi vida esta enfermedad y se vino todo abajo? ¿Por qué si he tenido tanto éxito, perdí todo?

Y Dios dice: "No preguntes más "por qué", aunque no halles respuestas a tus preguntas seguirás viviendo. Seguí subiendo al trono, todo es posible y nada imposible."

No preguntes más, elevate y recibirás un nuevo nivel de autoridad, dejá de hacer conjeturas en los laberintos de tu mente, no te compliques, no seas como el mulo o el caballo que hay que sujetarlos para que puedan entender, toma mi mano, y decretá. Y Dios dice:

No te he dicho mujer que si crees verás mi gloria en todo problema .

Y cuando lo decretes todo se solucionará.

¡No te rindas! Que tu espíritu cautive tu mente, no tu mente a tu espíritu. Tu espíritu tiene poder para cautivar tu mente, atraparla y no dejarla actuar: Mi espíritu hoy me está diciendo que para el que cree no hay nada imposible.

Por Alejandra Stamateas

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