Hay decisiones que delatan una ambición. Rafael Nadal debuta hoy (Eurosport, 17.30) en la gira de hierba con su primer partido en el torneo de Halle, que le enfrenta a Dustin Brown, un alemán de origen jamaicano. El lunes, cuando no habían pasado ni 24 horas de su victoria en Roland Garros, el número uno ya se entrenaba sobre césped. Casi al mismo tiempo, Novak Djokovic, su rival en el partido decisivo de París, se paseaba por Ibiza con sus amigos y se dejaba ver cargando una muñeca hinchable sobre los hombros. La apuesta divergente de los dos mejores del mundo es significativa. El español, que lleva dos años de decepciones en Wimbledon, ha decidido arriesgarse sin descansar en Halle, donde pone a prueba su espalda y sus rodillas, con la esperanza de que eso mejore sus opciones en Londres.

“Estoy muy motivado”, explicó el campeón de 14 grandes en declaraciones recogidas por AFP. “Quiero intentar ser competitivo aquí. Todo el mundo sabe que la transición [de la tierra a la hierba] es difícil. La hierba siempre es un poco de lotería”, prosiguió. “Aquí hay que estar al ciento por ciento, porque los desplazamientos son decisivos. Amo esta superficie, pero sé que en ella cualquier cosa puede pasar, también una derrota a la primera”.

Brown, alérgico al juego de fondo, le propondrá al mallorquín un difícil partido sin ritmo. Para Nadal hay algo más en juego que el pase a la siguiente ronda. Si gana, el número uno sumará la victoria 700 de su carrera con 28 años. Con 1.253, Jimmy Connors encabeza el listado de más triunfos individuales. De entre los tenistas en activo, solo Roger Federer (954), supera al español, undécimo en la clasificación.