Un nuevo fallo judicial deja en suspenso el nombramiento de Lula

SÁBADO, 19 DE MARZO DEL 2016 - 10:05 CET

“No vamos a aceptar el fin de la democracia ni un golpe en este país”,  aseguró Luiz Inacio da Silva ante miles de personas que fueron a apoyarlo en las calles de Sao Paulo. A esa hora, un tribunal lo había confirmado como jefe de la Casa Civil y, en los hechos, “superministro” de la presidenta Dilma Rousseff, al rechazar la impugnación de un juez abiertamente opositor. Pero media hora después de hablar y ser aclamado, el Supremo Tribunal Federal (STF) puso otra vez en suspenso su nombramiento demostrando hasta qué punto la crisis política de Brasil es también una guerra entre las interpretaciones de los jueces. La polarización en Brasil es tal que, mientras la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) decidió apoyar el pedido de juicio político contra Rousseff, un grupo de destacados juristas  acusaron a Moro de ser parte de un proceso de desestabilización.

El nuevo fallo adverso argumenta que Lula busca blindarse frente a las investigaciones de los casos de corrupción en Petrobras. De esta manera, y al menos hasta que el Gobierno apele, el juez provincial,Sergio Moro vuelve a tener al ex mandatario dentro de su órbita. Moro es el gran héroe de los que quieren ver a Rousseff fuera del Gobierno y a Lula en la cárcel. Por el contrario, en el Partido de los Trabajadores (PT), consideran que es el rostro visible de una conjura en la que confluyen jueces, medios de comunicación y la centro derecha. Por lo pronto, y hasta que una instancia judicial superior vuelva a discutir su Lula es o no ministro, el ex mandatario no tiene fueros que lo protejan.

“Quiero decirles a los que no simpatizan con nosotros que tal vez les falta información, pero intentaremos convencerlos de que en democracia hay que aceptar el voto de la mayoría del pueblo brasileño”, dijo Lula en su discurso. El ex presidente criticó especialmente al Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), al que visualiza como el motor de las acciones contra Rousseff. “Cuando Dilma ganó, ellos, que se dicen socialdemócratas y personas de estudio, no aceptaron el resultado. Eso ocurrió hace un año y tres meses”.