Como filas de mendigasson las chozas harapientas,junto a las cuales se arrastranlos muchachitos de greda.Y la montaña monstruosa,con un gesto de hambre eterna,está detrás de los niños,¡abriendo su boca negra!...Sus padres y sus abuelos,perdidos en las cavernas,son sólo radiografías,que brillan en las tinieblas.Y gruñe aún la montaña,con la piel llena de lepras,pidiendo al pueblo minerobocados de carne fresca.Y cada niño que creceagarra sus herramientas...¡Da un salto mortal al airey cae en la noche eterna!¡Ay la montaña se tragageneraciones enteras!¿Quién salvará a los chiquillosde sus fauces carniceras?
