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General: CON BLOQUEO Y SIN GUANTÁNAMO , NO A LAS RELACIONES USA-CUBA
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Respuesta  Mensaje 1 de 43 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/06/2017 15:55

(Por Atilio A. Boron) Pasaron poco más de seis meses desde el histórico anuncio realizado conjuntamente por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el 17 de Diciembre pasado. Dado que no es Cuba quien ha acosa a Estados Unidos sino Washington quien bloquea a la isla caribeña parece oportuno indagar sobre lo ocurrido con esa política, que viene siendo repudiada por la comunidad internacional con cada vez mayor fuerza. Al hacerlo, no deja de sorprender que en lo tocante al bloqueo la situación permanece sin mayores cambios. Han habido varias rondas de conversaciones tendientes a normalizar las relaciones cubano-americanas pero, hasta ahora, los gestos y las decisiones concretas que tiene que tomar la Casa Blanca han sido escasas y de poca monta. Peor aún, el día previo al del anuncio el Departamento del Tesoro sancionó al Commerzbank de Alemania con una multa cercana a los mil millones de dólares por realizar operaciones financieras con Cuba. La decisión de eliminar a ese país de la lista de países patrocinadores del terrorismo -lugar en el que había absurdamente sido incluida desde los años de Ronald Reagan, en 1982- puede facilitar el relanzamiento de las relaciones económicas pero, hasta ahora, es muy poco lo que se ha hecho. 


       Del lado norteamericano se dice que el Congreso no acompaña a las políticas de la Casa Blanca y que obstaculiza el avance del proceso de normalización. Sin embargo, un equipo de abogados estadounidenses ha demostrado que existe un amplio campo de atribuciones en manos del ejecutivo y que si Obama quisiera podría impulsar algunas decisiones que reducirían significativamente los perniciosos efectos del bloqueo. A título meramente ilustrativo argumentan que podría autorizar el establecimiento de conexiones aéreas regulares servidas por transportadores de Estados Unidos y Cuba; o que los visitantes norteamericanos a la isla pudieran traer de regreso, para uso personal o como regalos, toda clase de bienes producidos sin limitaciones discriminatorias (en relación a lo permitido para otros países) según el tipo de artículos (ron, tabaco, etcétera) o el valor de los mismos; posibilitar el establecimiento de relaciones de corresponsalía entre instituciones bancarias de ambos países; eliminar o atenuar, para ciertos productos estadounidenses, la necesidad de que Cuba pague sus compras “en efectivo y por anticipado”; autorizar el uso de dólares norteamericanos en las transacciones comerciales que realicen las empresas cubanas y facilitar las operaciones de “clearing” a través del sistema bancario estadounidense; suprimir la política de “veto a Cuba” en las instituciones financieras internacionales a la hora de aprobar créditos o donaciones a la isla; abolir la prohibición que impide a barcos que hayan transportado cargas desde o hacia Cuba a amarrar en puertos de los Estados Unidos antes de 180 días después de abandonar un puerto cubano, así como autorizar a navíos que transporten bienes o pasajeros hacia o desde Cuba ingresar a puertos de los Estados Unidos; otorgar una licencia general que permita el flujo sin límites y frecuencias de remesas destinadas a individuos u organizaciones no gubernamentales radicadas en Cuba, incluyendo pequeñas granjas; facilitar la exportación de equipos informáticos y software de origen estadounidense a Cuba, así como materiales dedicados al desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones; autorizar a ciudadanos de Estados Unidos a recibir tratamientos médicos en Cuba, la exportación de medicinas, insumos y equipos para la atención de pacientes cubanos o para facilitar la  producción biotecnológica de la isla y permitir el ingreso a Estados Unidos de medicamentos cubanos para su venta en ese país. Este listado, que podría extenderse con muchas otras medidas, es suficientemente ilustrativo de que es posible aminorar el criminal impacto del bloqueo si hubiera la voluntad política de sentar sobre nuevas bases las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. La gran pregunta es: ¿por qué no lo hace? 
     Podría conjeturarse que la pasividad de Obama es una estrategia para debilitar a Cuba y negociar desde una posición de fuerza la normalización de las relaciones diplomáticas; o para apaciguar a sus críticos de derecha, tanto dentro de su propio partido como entre los republicanos; o que la maquinaria burocrática del estado impone ritmos y erige limitaciones a lo que el ocupante de la Casa Blanca quiera hacer, como lo demuestra su incapacidad para cerrar la cárcel de Guantánamo a pesar de sus promesas de campaña; o una combinación de todo lo anterior. Pero lo cierto es que, cualesquiera que fueren las razones por las que Obama no hace uso de sus atribuciones, el bloqueo sigue su curso ocasionando graves daños a la economía cubana y provocando crueles sufrimientos a su población. Tal vez en el fondo de esta política se encuentre la ilusión de que la permanencia del bloqueo y la irritación que este produce precipitarán un estallido de protesta popular que ponga fin a la revolución cubana. Hace más de medio siglo que Washington adhirió a esa estúpida creencia, refutada por la historia, pero sabemos que una de las cosas que distingue al imperio es su enfermiza obcecación por apoderarse de Cuba, una ambición hecha pública en los albores de la república norteamericana por John Adams, el segundo presidente de ese país, cuando en Junio de 1783 declaró la necesidad de anexar la isla caribeña a los Estados Unidos. Dado que Obama aclaró que la normalización de relaciones bilaterales no significa que su país abandone la idea de producir un “cambio de régimen” en Cuba para, según él, facilitar el advenimiento de la democracia y la libertad en la isla –preguntemos: ¿como en Libia, Irak, Siria, Honduras?-, no sería de extrañar que su actitud fuera expresión de aquella prepotente necesidad sentida por Adams hace ya más de dos siglos y que el actual ocupante de la Casa Blanca no se atreve a desechar pese a su inmoralidad y a su insalvable anacronismo. A seis meses del anuncio del 17 de Diciembre pasado Obama podría haber hecho algo más. Aunque nomás sea por respeto a sus propias palabras.


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Respuesta  Mensaje 14 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 16:39

Coronela estadounidense pide disculpa por la base naval de su país en Guantánamo

23 noviembre 2015 | +
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Foto: Archivo.

Foto: Archivo.

La estadounidense Ann Wright, coronela retirada del ejército de su país, se pronunció este lunes en la ciudad de Guantánamo por la abolición de las bases militares y denunció el aumento de la presencia de militar de Estados Unidos en el mundo.

En nombre de la delegación de su país al IV Seminario Internacional por la Paz y la Abolición de las Bases Militares Extranjeras y de la organización Mujeres por la Paz, la pacifista pidió disculpas al pueblo cubano por la ocupación ilegal del territorio donde está enclavada base de Guantánamo.

“Nos disculpamos por la continua presencia de la Base Naval de Estados Unidos aquí en Guantánamo, la prisión militar estadounidense ha puesto una oscura sombra sobre el nombre de la hermosa ciudad de Guantánamo”, afirmó.

La sórdida historia de los últimos catorce años con el encarcelamiento de 779 personas de 48 países en ese enclave, como parte de su guerra global presuntamente “contra el terrorismo”, refleja la mentalidad de los que gobiernan en mi país, expresó.

Es aberrante la intervención global por razones políticas o económicas, la invasión, la ocupación de otros países y el establecimiento casi perpetuo de esos recintos militares en todo el mundo, aseguró.

Wright explicó que su participación podría parecer paradójica debido a que durante 40 años trabajó para el gobierno, primero como militar y luego como diplomática.

Pero en marzo de 2003, puntualizó, fui uno de los tres empleados de Washington que renunciaron en oposición a la guerra de Iraq, desde entonces me he dedicado a denunciar cada irregularidad.

Desde encarcelamiento ilegal, tortura, drones asesinos, la brutalidad policial, la encarcelación en masa, hasta las bases militares estadounidenses en todo el mundo, incluyendo la prisión de Guantánamo.

En el año 2006 estuve aquí con una delegación que llevó a cabo una protesta en la puerta trasera de ese enclave, para exigir el cierre de la prisión y la devolución de ese territorio al pueblo cubano, recordó.

Al finalizar su intervención agradeció al Movimiento Cubano por la paz y al Instituto de Amistad con los Pueblos por invitarla al IV Seminario y se comprometió a seguir su lucha por el cierre de la ilegal base de Guantánamo.

(Con información de PL)


Respuesta  Mensaje 15 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 16:46

EL MUNDO › ONG DE 15 PAISES LE RECUERDAN A OBAMA QUE URGE CERRAR LA BASE DE GUANTANAMO

A siete años de una promesa incumplida

Organismos de defensa de los DD.HH. señalaron la necesidad de que Washington dicte la clausura de la cárcel, como un primer paso de justicia y reparación de los crímenes perpetrados por EE.UU. en el marco de la lucha contra el terrorismo.

A siete años de efectuada la promesa del presidente estadounidense, Barack Obama, de cerrar la base de Guantánamo, 59 organizaciones de 15 países del continente americano reclamaron su clausura. En el escrito, del que forman parte ONG y organizaciones de defensa de los derechos humanos señalaron la necesidad de que Washington dicte la clausura de la cárcel, como un primer paso de justicia y reparación de los crímenes perpetrados por Estados Unidos en el marco de la lucha contra el terrorismo.

En el comunicado conjunto, al que adhirieron el argentino Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el venezolano Programa Venezolano de Educación (Provea), recordaron el motivo por el cual fue abierta la base naval estadounidense en Cuba. “El 11 de enero de 2002, siguiendo la oleada de ‘medidas antiterroristas’ dictadas por el gobierno de Estados Unidos luego de los atentados del 11/9, el ex presidente de ese país, George Bush, abrió el centro de detención de Guantánamo.” Sin embargo, catorce años después, el centro de detención permanece abierto. “Guantánamo es una aberración y una solución falsa a la amenaza terrorista. Es imposible que alguien alegue desconocer los abusos cometidos contra las personas alguna vez (o aún) recluidas allí: desde las torturas hasta la detención indefinida”, publicaron.

El mandatario estadounidense, demócrata, aprovechó su último discurso sobre el estado de la Unión antes de abandonar la Casa Blanca, en 2017, y renovó su compromiso de cerrar la prisión. Pero el cumplimiento de su promesa se ve dificultado por el Congreso, de mayoría republicana, que se niega a sumarse al esfuerzo. “La promesa no es nueva, la hizo por primera vez cuando se postuló a la presidencia en 2008, y una vez más cuando asumió sus funciones en 2009. Ahora, sólo le queda un año de mandato para finalmente cumplirla”, recuerda el comunicado, firmado por las estadounidenses Washington Office on Latin America (WOLA) y Center for Constitutional Rights.

En los últimos 14 años, casi 780 hombres, e incluso niños, fueron detenidos en la base, todos ellos musulmanes. Actualmente, todavía quedan 91 personas privadas de su libertad. Un informe reciente elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala que durante la última casi década y media, los internos padecieron abusos tales como tortura y malos tratos, detención indefinida, acceso limitado o inexistente a la protección judicial y ausencia de elementos básicos del debido proceso. La Comisión urgió a la administración del presidente Obama a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, cerrando la prisión, procesando adecuadamente a los responsables por las violaciones de derechos y asegurando una reparación efectiva a las víctimas. “Guantánamo es un ejemplo de acciones ilegales, impunidad, ausencia del debido proceso y vulneración del derecho a la verdad, justicia y reparación. Su continua existencia transmite el peligroso mensaje de que cualquier abuso futuro no tendrá consecuencias.”

Las organizaciones firmantes exigieron además inspecciones a los presos cuya situación todavía no fue regularizada. “(exhortamos) Asegurar un proceso oportuno y significativo ante la Junta de Revisión Periódica para los detenidos cuya situación procesal aún esté pendiente”, solicitaron. Además, pidieron que sean tribunales federales los que traten los casos de los internos de Guantánamo. “Poner fin al injusto sistema de comisiones militares, transfiriendo los casos en curso a los tribunales federales y oponiéndose a cualquier iniciativa que amplíe los caos de detención legal indefinida.” Además, solicitaron transferir y reubicar sin demoras a todos los detenidos cuya liberación no fue autorizada, así como una investigación criminal efectiva e independiente de todos los casos de torturas y malos tratos dentro de la prisión.

Las entidades recordaron los esfuerzos de los gobiernos latinoamericanos en la búsqueda de la verdad y la justicia por los crímenes de lesa humanidad relacionados a la detención ilegal y la tortura, y llamaron a replicar esas iniciativas con el cierre de la base estadounidense. “Ellos también pueden contribuir a resolver esta crisis humanitaria y de derechos humanos apoyando un esfuerzo regional de acogida a los detenidos de Guantánamo”, señalaron.



“Guantánamo es una aberración y una solución falsa a la amenaza terrorista

Respuesta  Mensaje 16 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 16:55
Unasur espera que proceso con EE.UU. permita fin del bloqueo a Cuba PDF Print E-mail
  

Imagen activaLa Habana, 22 ene (PL) La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) espera que el proceso de restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos lleve al fin del bloqueo impuesto contra la isla, aseguró hoy su secretario general, Ernesto Samper.(PLRadio)

El también exmandatario colombiano (1994-1998), quien se reunió este viernes con el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, Esteban Lazo, afirmó que la organización ve con interés el proceso anunciado el 17 de diciembre de 2014 por los gobernantes Raúl Castro y Barack Obama.

Pero indicó a la prensa que, más allá de la alegría por ese diálogo, es preciso eliminar dos símbolos de la injerencia en la región: el bloqueo económico, comercial y financiero, y la base naval norteamericana ubicada en Guantánamo, en el este de Cuba, contra la voluntad del pueblo y el Gobierno de la isla.

De acuerdo con Samper, la causa de la defensa de la nación caribeña no solo compete a los cubanos, sino a toda América del Sur, y es una solidaridad que se ha manifestado en las últimas décadas.

Al mismo tiempo, sostuvo que este proceso de restablecimiento de los nexos con Washington debe conducir también a que se construya una nueva relación de Sudamérica con el país norteño, tal y como lo está haciendo el Estado antillano.

Cuba y Estados Unidos restablecieron sus relaciones diplomáticas el 20 de julio de 2015 y comenzaron un proceso de normalización de los nexos bilaterales, para lo cual la isla ha expresado la necesidad de resolver temas como el fin del bloqueo y la devolución del territorio ocupado por la base naval.

Samper arribó anoche a La Habana para participar en la segunda conferencia internacional Con todos y para el bien de todos, centrada en el ideario del Héroe Nacional de Cuba, José Martí.

El evento, con sede en el capitalino Palacio de Convenciones del 25 al 28 de enero, reunirá a más de 600 intelectuales, investigadores y académicos de 45 países de todos los continentes.

A su llegada a esta capital, el secretario general de la Unasur adelantó que dedicará su intervención en la conferencia a los nexos existentes entre el ideario martiano y el del Libertador, Simón Bolívar, ambos con plena vigencia en los actuales procesos integracionistas de la región.

mgt/ma

Respuesta  Mensaje 17 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 16:57

El fantasma de la Enmienda Platt ronda en Guantánamo

7 febrero 2016 | +
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enmienda plattLas relaciones entre Cuba y Estados Unidos no alcanzarán la normalización plena que, ambos pueblos merecen, mientras se mantengan vigentes el bloqueo económico, comercial y financiero, la política de subversión y la ilegal Base Naval de Guantánamo.

El 23 de febrero de 1903 la ilegítima Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo cumplirá 113 años. Está ubicada en la mejor bahía de cuba, ocupando un espacio de tierra y mar equivalente a 117.6 km2. Fue la primera base de Estados Unidos en nuestro hemisferio, la más antigua del mundo y la única donde el país sede carece de autoridad contractual para revocarla unilateralmente.

Según el repudiado acuerdo, Cuba posee la “soberanía” del territorio ocupado, pero la plena jurisdicción y señorío lo detenta la potencia ocupante.

Al influjo de la llamada política del “buen vecino” proclamada por el presidente F.D. Roosevelt, y bajo el amparo y complicidad de Fulgencio Batista, hombre de confianza del diplomático estadounidense Sumner Welles, en 1934 se firmó un nuevo acuerdo de relaciones entre ambos países abrogando la injuriosa Enmienda Platt, que ya resultaba innecesaria para la preeminencia del dominio sobre Cuba, pero manteniendo intocable el inciso referido al enclave naval en Guantánamo.

Los 22 presidentes que han pasado por la Casa Blanca desde 1903 la han mantenido inmutable, menospreciando el rechazo histórico del pueblo cubano y en desacato flagrante de las leyes que rigen el derecho internacional.

Lo mismo se puede afirmar de los presidentes cubanos de la seudo-república que, por oportunismo, entreguismo o vocación anexionista, dieron la espalda a los reclamos de su pueblo y a la dignidad de la patria.

En Estados Unidos y en cuba, con honorables excepciones, la base se presentaba no como una ignominiosa imposición, símbolo temprano del advenimiento del imperio estadounidense, que Martí nos anticipara, sino de la manera más irreal posible.

Veamos como un ejemplo ilustrativo, lo que en este sentido, refiere el profesor de Harvard Jonathan Hansen en su más reciente libro titulado “Guantánamo”, escrito después de sus varias visitas a la base:

” … los oficiales de relaciones públicas que me atendieron en mis visitas a la base, repitieron el mismo libreto: … los gallardos marines tomaron la bahía en el primer combate con las fuerzas españolas. Cuba, infinitamente agradecida, consintió el establecimiento de la base naval al final de la guerra española americana; … en los años que lleva la base las fuerzas basificadas en la misma retribuyeron a los cubanos actuando como buenos vecinos, estimulando su economía y, gentilmente, pero con firmeza, interviniendo en las volátiles provincias orientales para salvaguardar la libertad, independencia, estabilidad y la propiedad privada; … tristemente los Castro pusieron punto final a la idílica situación. La guerra levantó una impenetrable barrera entre aliados naturales y le añadió importancia estratégica a la base como garante de libertad en la región.”

Fue a partir del Triunfo de la Revolución, que la devolución del territorio ocupado se convirtió en un tema constitucional y de interés nacional, mientras que para Estados Unidos pasó a ser, durante más de 40 años, un espacio privilegiado para el derrocamiento de la Revolución incluyendo toda clase de provocaciones, conspiraciones y planes subversivos, entre los cuales, según documentos desclasificados por el gobierno estadounidense, se mencionaban la agresión de Playa Girón, la Crisis de Octubre, el Plan Mangosta, Patty–Candela, operaciones bingo, verano, tomar y cargar.

La mayoría de los planes contemplaban los asesinatos de Fidel y Raúl, así como la invasión a Cuba por los marines.

Aún así, cabe mencionar que a partir de la década de los 90 el nivel de tensión en el perímetro entre ambos lados de la frontera registró cierto grado de disminución devenido del comienzo de conversaciones sobre asuntos de interés común, como control de incendios, eventos meteorológicos, operaciones de salvamento, tráfico de drogas, etc.

Me atrevería a afirmar que las nuevas generaciones de estadounidenses poco conocen la verdadera historia.

La base es más conocida como un simple legado de la dependencia cubana de EE.UU., como centro migratorio de reclusión y tránsito de haitianos y cubanos que, como un perenne vestigio imperial, concertado en condiciones de absoluta desigualdad.

A partir del 11 de septiembre, adquirió destacada notoriedad mediática internacional como campo de concentración para los prisioneros de las guerras en Afganistán e Iraq, sospechosos de pertenecer a la organización terrorista Al Qaeda, enjaulados y sometidos a sistemáticos abusos y crueles prácticas de tortura contraviniendo los más elementales preceptos del derecho humanitario y de la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra.

Las intenciones y promesas del Presidente Obama de cerrar la cárcel de Guantánamo permanecen incumplidas por la oposición política y pública y no implican, según sus propias declaraciones, el cierre de la ilegal base naval militar.
Igualmente, los altos mandos del Pentágono se han manifestado opuestos al cierre, basándose en el carácter estratégico de la base.

Otros ex militares de alta gradación consideran lo contrario. A ellos se suman no pocos académicos y significativas figuras de la diplomacia estadounidense, entre los cuales se encuentran varios ex jefes de la otrora Oficina de Intereses de Washington en La Habana.

El supuesto carácter estratégico de la base carece de sustentación, no vivimos en el 1903 cuando la instalación era única en toda la región latinoamericana y caribeña; hoy el imperio cuenta con 36 bases repartidas por toda la América Latina y el Caribe.

Tampoco vivimos en tiempos de Guerra Fría sino en tiempos en que nuestra región transpira paz y ejemplo de ello es la Declaración de la CELAC a la América Latina y el Caribe como zona de paz.

Cuba ya no es el país subordinado a Estados Unidos; es un país libre, soberano e independiente que reclama patrióticamente y como interés nacional la devolución del territorio ocupado bajo condiciones de fuerza.

El Presidente Obama reconoció públicamente el fracaso de la política que, por más de 50 años consecutivos 11 administraciones, impusieron a Cuba. En su calidad de Jefe de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, debería reconocer también el fracaso de la política imperial que por más de un siglo mantienen en nuestro país y cuyo oprobioso símbolo es la Base Naval de Guantánamo.


Respuesta  Mensaje 18 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:01

El Tratado de Relaciones de 1934 y la base naval norteamericana en Guantánamo. Nuevo rostro de una ilegalidad

6 febrero 2016 | 9
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base naval de guantanamo

Territorio ocupado por la ilegal Base Naval de Guantánamo.

1934 fue un año que marcó un punto de inflexión en la historia de la República Neocolonial Burguesa. El llamado Gobierno de los Cien Días –realmente fueron 127- por el hecho de haber intentado modificar los términos de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, adoptado posiciones antiinjerencistas y tomado medidas de beneficio social –bajo el impulso fundamental de su secretario de Gobernación, Guerra y Marina, Antonio Guiteras Holmes, el héroe antiimperialista más relevante de la Revolución del 30-, pasaría a la posteridad como el único gobierno del período que no fue reconocido por Washington y contra el cual conspiró hasta facilitar su caída, dando paso a un gobierno dócil a sus intereses, presidido por el coronel Carlos Mendieta.

No obstante, las riendas del país realmente las llevaría desde la jefatura del ejército, Fulgencio Batista, convertido ya a esas alturas, en el más fiel aliado de los norteamericanos en la Isla. Completaría la tríada de poder en la Mayor de las Antillas, el embajador estadounidense, Jefferson Caffery, quien había sustituido a Sumner Welles en diciembre de 1933.

Por su parte, la crisis del sistema neocolonial burgués instaurado por el gobierno de los Estados Unidos en la Isla en 1902 había entrado en una profunda crisis desde la década del 20. Agravada por la gran depresión económica mundial de 1929 a 1933.

En medio del impacto funesto de esa crisis en los Estados Unidos, el 4 de marzo de 1933 había llegado a la Casa Blanca por el partido demócrata, Franklin Delano Roosevelt, quien enfrentó la difícil situación heredada con reformas tanto a lo interno de la sociedad estadounidense –el llamado New Deal- como en la proyección internacional del país.

Su propuesta hacia América Latina y el Caribe, sería la llamada política del Buen Vecino.“Dedicaré esta nación a la política del Buen Vecino –el vecino que resueltamente se respeta a sí mismo y por ello respeta los derechos de los otros-, el vecino que respeta sus obligaciones y respeta la santidad de los acuerdos en y con un mundo de vecinos”, expresó en su discurso inaugural.

En diciembre de 1933, durante la celebración de la Séptima Conferencia de Estados Americanos, efectuada en Montevideo, Uruguay, la administración demócrata, representada por su secretario de Estado, Cordell Hull, se comprometió solemnemente a resolver “por medios pacíficos y procedimientos multilaterales” las diferencias que pudieran surgir entre gobiernos del hemisferio occidental y a que en el futuro no emprendería, de manera unilateral, ninguna nueva “intervención militar” en el continente.

Pero esto no significaba, que los Estados Unidos renunciaban a la utilización de otros recursos indirectos y directos de injerencia en los asuntos internos de los países de América Latina y el Caribe, así como a las “intervenciones colectivas” propugnadas por el presidente Roosevelt. De lo que se trataba era que las reglas del juego para ejercer la dominación serían otras, mucho más modernizadas.

Cuba, ubicada en el traspatio más inmediato de los Estados Unidos, sería pieza clave en el diseño estratégico de Washington hacia el resto de la región.

Las sucesivas intervenciones de los Estados Unidos en el hemisferio -Haití, República Dominicana, Honduras, Panamá, Nicaragua, Cuba, México- habían lastrado profundamente la imagen del país del norte y creado dificultades para el cumplimiento de sus objetivos hegemónicos ante las constantes rebeldías desatadas, en especial en Cuba, donde el antiinjerencismo y antiplattismo de las primeras décadas del siglo XX, había ido madurado cada vez más hacia el antiimperialismo.

Lo cierto es que la Revolución del 30 no se había ido del todo a bolina, al obligar al propio sistema neocolonial burgués instaurado, a recomponer su hegemonía a través de ciertas concesiones a los reclamos populares en la búsqueda de un mayor consenso, que garantizara la supervivencia del régimen y que no hubiera más revolución en Cuba.

A esas alturas, el imperialismo norteamericano tenía no pocas condiciones para llevar adelante ese proyecto de recomposición hegemónica y reformulación de la dominación burguesa neocolonial, luego de tres décadas de creación laboriosa de las bases y prácticas necesarias de dominación económica y política con el fin de afianzar sus intereses expoliadores en la Isla por largo tiempo.

El poder económico y financiero estaba prácticamente en sus manos, lo que les garantizaba en gran medida el poder político.

El nuevo tratado de reciprocidad comercial que firmarían ambos países en 1934 se encargaría de fijar aún más las cadenas de la dominación económica sobre la Isla. Bajo esas condiciones la administración Roosevelt no tenía necesidad de desembarcar los marines para subyugar a Cuba. La Enmienda Platt no era ya un recurso de dominación imprescindible y su abrogación más que posible, resultaba útil a la imagen de “Buen Vecino” que Washington quería vender al resto de los países latinoamericanos y caribeños, en un momento de crisis de su economía y disputa por los mercados internacionales -en especial en Asia-Pacífico- frente a otras potencias de la época como: Japón, Alemania e Inglaterra.

El célebre historiador cubano Ramiro Guerra, captaba con gran precisión el momento: “La Enmienda Platt de Cuba no responde ahora a ninguna necesidad internacional, puesto que en el mundo no hay una potencia que pueda ni que quiera crearle dificultades a los Estados Unidos dentro de su zona de influencia; cabe, en tal virtud, abandonar la Enmienda sin peligro alguno, como instrumento que cumplió su destino y ya es inútil, mientras que la propaganda destaca el hecho, a título de expresión de una política de buena vecindad y se obtiene un Tratado de comercio ventajoso”.

Fue en ese contexto que los Estados Unidos y el gobierno cubano, negociaron en silencio y con gran celeridad el Tratado de Relaciones de 1934, firmado en Washington el 29 de mayo de ese año, por el secretario de estado Cordell Hull y el subsecretario de estado Sumner Welles, en representación del gobierno de los Estados Unidos, mientras que del lado cubano lo haría el embajador en ese país, Manuel Márquez Sterling.

La firma del tratado se produjo cuando aun en la bahía de La Habana permanecían unidades navales norteamericanas, que amenazantemente les recordaban a los cubanos que debían portarse bien para evitar futuras intervenciones.

Esta infausta presencia de navíos norteamericanos en la rada habanera se extendería todavía durante varios meses del año 1934. Roosevelt no había desembarcado marines en Cuba, pero a través de otros instrumentos había intervenido en los asuntos internos de la Isla, sacado y puesto gobiernos de acuerdo a sus intereses.

El solo hecho de reconocer o no un gobierno se había convertido en un recurso que Estados Unidos utilizaba para torcer el curso de los acontecimientos en Cuba. Esto lo tenía bien claro el nuevo gobierno de la Isla que se inauguró en enero de 1934.

Las negociaciones

Desde su arribo a la Casa Blanca, Roosevelt había expresado su interés de negociar la abrogación de la Enmienda Platt, aunque aclarando que solo iba a ser posible el día en que en Cuba existiera un gobierno reconocido por los Estados Unidos. Ese gobierno sería el de Caffery-Batista-Mendieta, al cual el gobierno estadounidense de inmediato dio su beneplácito.

Las negociaciones comenzaron cuando el 17 de abril de 1934, el subsecretario de Estado, Sumner Welles, puso en manos del embajador de Cuba una copia del Proyecto de Tratado destinado a sustituir el Tratado Permanente de 1903 como base para iniciar las conversaciones.

El documento señalaba que el Tratado de Relaciones, concluido el 22 de mayo de 1903 dejaba de tener validez, a excepción de las cláusulas contenidas en el artículo IV, en relación con la ratificación y validación de todos los actos realizados por los Estados Unidos durante la ocupación militar.

También, que no implicaba cambio alguno en la obligación de la República de Cuba a venderle o arrendarle a los Estados Unidos tierras para carboneras o estaciones navales, ni se alteraban las estipulaciones en los Convenios existentes concluidos por los dos gobiernos en cumplimiento de dicha obligación, del 16-23 de febrero de 1903 y el complementario correspondiente a ese arrendamiento del 2 de julio de 1903.

Como se ve, la propuesta inicial del gobierno de los Estados Unidos en relación con el artículo VII de la Enmienda Platt era mantenerlo sin la más ligera modificación.Pero en este caso, a diferencia de 1901, los Estados Unidos se mostraron dispuestos -al menos en un inicio- a aceptar algunas enmiendas del lado cubano a la redacción del proyecto de tratado.

De haber sido aceptada sin modificaciones la propuesta inicial presentada por Washington,hubiera implicado para Cuba la posibilidad de verse impelida a la venta o arrendamiento no solo de Guantánamo, sino de otras tierras para carboneras y bases navales, como Bahía Honda, a la que los propios Estados Unidos anteriormente habían renunciado por un tratado firmado el 27 de diciembre de 1912 con el gobierno cubano a cambio de la ampliación de los límites de Guantánamo. Tratado que después no sería ratificado por ninguna de las partes.

Márquez Sterling consideró que el borrador recibido no era sincero al propósito de cancelar la Enmienda Platt. En nota enviada a la cancillería cubana expresaría:

“Si a este convenio que negociamos incorporan los Estados Unidos como condición expresa de nuestras relaciones con ellos el deber perpetuo de consentir en nuestro territorio sus carboneras o estaciones navales, no podremos nunca blasonar de haber librado a nuestra patria de la coyunda humillante de la Enmienda PlattNo debe aceptarse que la cláusula creadora de carboneras continúe significando una condición impuesta a nuestro país en sus relaciones de buen vecino con este poderoso imperio”.

Sin embargo, el criterio de Márquez Sterling era la aceptación del status quo ilegal e injerencista de la base en Guantánamo, incluso hasta la ampliación de sus límites como estaba dispuesto en el tratado no ratificado de 1912, a cambio de una modificación del lenguaje recogido en el artículo III del proyecto de nuevo tratado de relaciones.

Es decir, que no pareciera una imposición o condición obligatoria fijada a Cuba el arrendamiento o venta de bases navales o carboneras y que esa modificación dejara claro que solo se ratificaban los acuerdos de 1903 con relación a Guantánamo, para evitar otorgar derechos a Estados Unidos sobre otros territorios de la Isla.

¿Por qué Márquez Sterling transigió tan fácil en este asunto? ¿Por qué no intentó siquiera luchar también por que se eliminara la base naval norteamericana en Guantánamo?

Es evidente que el error de Márquez Sterling estuvo en utilizar ese aspecto relacionado con la soberanía territorial cubana, como una concesión, como una carta negociadora que le garantizaría la eliminación del resto de los artículos de la Enmienda Platt, en especial el III, que le dada el derecho a intervenir a los Estados Unidos en los asuntos internos de Cuba cuando lo estimaran conveniente.

Ni Cosme de la Torriente, secretario de Estado, ni el presidente cubano, Carlos Mendieta, tuvieron ninguna contradicción fundamental con los criterios de Márquez Sterling sobre el primer borrador del tratado recibido de los Estados Unidos. Estaban dispuestos a lograr librarse del menoscabo de la soberanía política que significaba el artículo III de la Enmienda, a cambio de la aceptación del VII modificado en relación con la permanencia de la base naval norteamericana en Guantánamo.

No tenían ni la menor idea de que esa base en el futuro no solo serviría para agredir a Cuba, sino a otros países de América Latina y el Caribe, y mucho menos, que se convertiría en una prisión ilegal norteamericana donde se pondrían en práctica las más horrendas torturas, en violación flagrante del derecho internacional.

Márquez Sterling se apresuró en comentar a su secretario personal después de firmar el tratado de relaciones: “Ya puedo morir tranquilo”. Olvidaba que si bien se había dado un paso importante, la Enmienda Platt subsistía en el nuevo tratado de relaciones al ratificar la situación de facto de la ilegal base naval norteamericana en Guantánamo, también establecida a la fuerza contra la voluntad del pueblo cubano en 1901.

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Respuesta  Mensaje 19 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:04

Enviado: 21/06/2017 12:03

“Y hiere tanto los sentimientos del país la pretensión de que se arriende o venda parte del territorio nacional –había expresado Juan Gualberto Gómez el 26 de marzo de 1901-, que de todas las cláusulas de la enmienda a la Ley del Presupuesto, la que más ha desagradado a nuestro pueblo es la que se refiere a las estaciones navales. El grito de Nada de carboneras es el que ha dominado en todas las manifestaciones populares celebradas contra la enmienda referida”.

Paradójicamente a la amnesia histórica y política de Márquez Sterling, Cosme de la Torriente y Mendieta, una comisión de la Foreing Policy Association, que visitaría la Isla en 1934, con la intención de realizar una propuesta mucho más elaborada desde las ciencias sociales para el reacomodo de las relaciones de dominación de los Estados Unidos en Cuba y la preservación del sistema, recomendaría a Washington en un informe titulado Problemas de la Nueva Cuba, dar consideración a la política de renunciar a sus derechos de la base naval en Guantánamo, porque numerosos cubanos encontraban difícil de conciliar la base naval en Guantánamo con la soberanía de la república cubana. “Su existencia en suelo cubano sigue siendo una anomalía”, recalcaban.

El 30 de mayo del propio año 1934, al conocerse la noticia de la abrogación del fatídico ins¬trumento, el olfato político del pueblo cubano lo llevó -según reportó el periódico Ahora- a recibir con desgano y escepticismo la noticia, a los discursos oficialmente patrióticos (más bien patrioteros) seguidos de iluminación y música, respondió el pueblo con una ausencia casi total de las plazas públicas.

Como destaca el historiador Rolando Rodríguez: “contra lo que se esperaba casi no hubo el regocijo popular. Se publicó la noticia en los periódicos de la tarde, fuertemente des¬tacadas, en las primeras planas pero el público lo leyó con sorpresa y nada más. Los comentarios en la calle, en los parques, en los hogares, más la de los extranjeros, era de sorpresa y nada más”.

Con una visión casi fotográfica del momento escribiría el destacado escritor estadounidense Waldo Frank:

“Franklin Delano Roosevelt canceló la Enmienda Platt, pero retuvo la base naval de Guantánamo. Si se vierte substancia blanda en un molde y se endurece, puede quitársele el molde y la substancia conservará su forma. La Enmienda Platt ya no era necesaria: la dependencia de Cuba de los Estados Unidos era una realidad estructural, que sólo un golpe contra la estructura misma podía destruir”.

La invalidación jurídica del artículo III del Tratado de Relaciones de 1934

En la conferencia de Montevideo en diciembre de 1933, el profesor Herminio Portell Vilá, en representación de Cuba, expuso argumentos que aun en nuestros días tienen total validez:

“Cuba nació con un vicio congénito de intervención pero esa intervención representada en la Enmienda Platt, ha sido el sustituto de la anexión de Cuba. Y declaro, Señor Presidente, que la Enmienda Platt y el Tratado Permanente tienen vicios de coacción, porque el pueblo de Cuba no aceptó libremente el Tratado ni la Enmienda Platt, ya que mi país estaba intervenido por las bayonetas americanas. // De acuerdo con eso, la intervención comenzada en Cuba ha seguido hasta hoy, con otro carácter pero la hay. El otro día, lo dijo el doctor Giraudy aquí y lo repito: hay intervención y la coacción de ejerce sobre ese pueblo tratando de obligarlo a aceptar situaciones que son intolerables. Cuba es y será contraria a la intervención. Cuba declara que la Enmienda Platt y el Tratado Permanente tienen vicios de ilegitimidad y fueron impuestos por la coacción ejercida sobre ella en momentos de los más críticos que en un pueblo puede afrontar”.

A pesar de que Estados Unidos trató de convertir el tratado de Relaciones de 1934 en un gran hecho propagandístico de limpieza de imagen hacia Cuba y el resto de la región y el propio gobierno cubano blasonó con el hecho de que se había logrado eliminar la “coyunda humillante”, lo cierto es que la abrogación de la Enmienda Platt, además de responder más al interés del propio gobierno de los Estados Unidos, que a las gestiones del cubano, fue solo parcial.

La IV cláusula de su articulado, en relación con la validación de “los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba durante la ocupación militar” se mantuvo con ligeras modificaciones y la VII, que daba derechos a Estados Unidos de arrendar o comprar tierras en Cuba para estaciones navales y carboneras, quedó también reelaborada al expresar en el artículo III del nuevo tratado:

“En tanto las dos partes contratantes no se pongan de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones del Convenio firmado por el Presidente de la República de Cuba el 16 de febrero de 1903, y por el Presidente de los Estados Unidos de América el 23 del mismo mes y año, en cuanto al arrendamiento a los Estados Unidos de América de terrenos en Cuba para estaciones carboneras o navales, seguirán en vigor las estipulaciones de ese Convenio en cuanto a la Estación Naval de Guantánamo. Respecto a esta estación naval seguirá también en vigor en las mismas formas y condiciones el arrendamiento suplementario referente a estaciones navales y carboneras terminado entre los dos Gobiernos el 2 de julio de 1903.

Mientras no se abandone por parte de los Estados Unidos de América la dicha Estación Naval de Guantánamo o mientras los dos Gobiernos no acuerden una modificación de sus límites actuales, seguirá teniendo la extensión territorial que ahora ocupa, con los límites que tiene en la fecha de la firma del presente Tratado”.

Este artículo reelaborado atentaba contra la propia política del “Buen Vecino” proclamada por Roosevelt y la Convención sobre los Derechos y Deberes de los Estados, que habían firmado los Estados Unidos en Montevideo meses antes, que en su artículo once estipulaba:

“Los Estados contratantes consagran en definitiva como norma de su conducta, la obligación precisa de no reconocer las adquisiciones territoriales o de ventajas especiales que se realicen por la fuerza, ya sea que esta consiste en el uso de las armas, en representaciones diplomáticas conminatorias o en cualquier otro medio de coacción efectiva. El territorio de un Estado es inviolable y no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza impuesta por otro Estado, directa o indirectamente, aunque sea temporal”.

Se le dio un nuevo rostro a la ilegalidad y la afrenta a la soberanía territorial que significaba la presencia de la base militar yanqui en suelo cubano. Como expresara la doctora Olga Miranda en su obra Vecinos Indeseables. La base naval de Guantánamo:

“Es máxima aceptada en derecho que derogar una ley es disponer algo contra ella y abrogar una legislación es enteramente destruirla. La Enmienda Platt no fue abrogada, pervive en el Tratado de 1934 en cuanto a la Base Naval en Guantánamo”.

Los vicios de nulidad de origen están presentes en el Tratado de 1934 en tanto arrastra –con algunas modificaciones- el artículo VII de la Enmienda Platt, que como sabemos no contó con la libertad de consentimiento de Cuba al ser aprobada en 1901 bajo la coacción del gobierno interventor de los Estados Unidos, ejercida no solo contra los constituyentes cubanos, sino hacia toda la nación. En su discurso ante la asamblea de la ONU en septiembre de 1960, el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, profirió:

“Se le impuso a nuestra patria, por el órgano legislativo de un país extranjero, se le impuso por la fuerza el derecho a intervenir y el derecho a arrendar bases o estaciones navales”.

No hubo manifestación libre y espontánea de la voluntad del pueblo cubano a la hora de aprobarse la Enmienda Platt, ni los tratados de 1903 y el de relaciones de 1934. O había Constitución con el bochornoso apéndice o de lo contrario se mantendría la ocupación norteamericana de la Isla, esa fue la condición fijada por el gobierno de los Estados Unidos en 1901.

No hubo concierto de voluntades como es propio de un tratado bilateral, ni tampoco buena fe por parte de Washington antes, durante y después de la firma de los tratados. “Un tratado viciado de nulidad de origen, como el Convenio para las estaciones carboneras y navales de 16/23 de febrero de 1903 -explica también Olga Miranda- no puede convalidarse por el simple hecho del transcurso del tiempo, sino únicamente cuando cesa la causa del vicio…”.

El tratado de relaciones de 1934 al contener artículos modificados de la Enmienda Platt no cesó la causa del vicio.

Asimismo, el tratado de arrendamiento para la Base de Guantánamo está viciado en su origen de nulidad absoluta por incapacidad radical de los gobiernos de la época para ceder un pedazo de territorio nacional disfrazando esa cesión de arrendamiento a perpetuidad, en violación del derecho constitucional de la nación.

El convenio sobre la Base de Guantánamo de 1903, al otorgar durante el período en que los Estados Unidos ocuparan las áreas arrendadas, la jurisdicción y señorío completo sobre las mismas, convertían el acuerdo en un procedimiento engañoso para burlar el principio de integridad territorial consagrado en el artículo segundo de la Constitución Cubana de 1901.

Habría que añadir que ese espurio “arrendamiento” violentó no solo el articulado de la constitución de 1901, sino también años más tarde la de 1940 y continúa hoy violentando la constitución socialista cubana, refrendada por el 97,7 % de los votantes cubanos en 1976.

La Constitución del 40 establecía: “(…) el territorio de la República de Cuba está integrado por la Isla de Cuba, la Isla de Pinos y las demás islas y cayos adyacentes que con ella estuvieron bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de Paris del 10 de diciembre de 1898. La República de Cuba no concertará ni ratificará pactos o tratados que en forma alguna limiten o menoscaben la soberanía nacional o la integridad del territorio”.

La Constitución del 24 de febrero de 1976, en su artículo once fue aun más enfática: “La República de Cuba repudia y considera nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en condiciones de desigualdad o que desconocen o disminuyen su soberanía y su integridad territorial. Las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera”.

Por otro lado, jurídicamente no existe la posibilidad de un arrendamiento que pueda ser perpetuo. El tratado de relaciones de 1934 contenía algunas trampas alevosas como la de no fijar tiempo límite del arriendo de la base naval en Guantánamo y dejar solo a una de las partes, en este caso a los Estados Unidos, la potestad de terminación del contrato.

Como hemos explicado el tratado de relaciones de 1934 contenía vicios de nulidad de origen, pero a partir del triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y hasta nuestros días, los tratados relacionados con la base naval norteamericana en Guantánamo son aun más insostenibles jurídicamente.

Universalmente se considera que los tratados sin término contienen una condición tácita, solo se sostienen en el tiempo mientras duren las circunstancias existentes en el momento de su celebración. Es contrario a la razón y la naturaleza, que los tratados sean perpetuos. Cuba hace mucho que no es una neocolonia yanqui, de ahí que ninguno de los tratados firmados en ese período pueda ser tomado como válido ante el profundo cambio de circunstancias. Mucho menos aquellos tratados espurios que fueron establecidos bajo amenazas y presiones, desde posiciones de fuerza.

Por otro lado, según el derecho internacional la permanencia de la base naval de Guantánamo contra la voluntad del pueblo cubano en quebranto de la integridad territorial de la isla, califica como un acto de colonialismo. Así lo recoge la resolución No.1514, conocida como “Declaración contra el colonialismo”, aprobada en la asamblea general de naciones unidas el 14 de diciembre de 1960. Ese enclave colonial ha obstaculizado el ejercicio pleno de Cuba de su soberanía y usado como punto de agresión contra nuestra Isla durante varias administraciones estadounidenses. Otros tratados internacionales han sido violados.

En la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho de Tratados, celebrada en Viena, en 1969, se aprobó el 20 de mayo, la Declaración sobre la Coacción Militar, Política o Económica en la Celebración de Tratados, texto que forma parte de su Acta Final, en la cual se condena: “(…) solemnemente el recurso a la amenaza o al uso de la presión en todas sus formas, ya sea militar, política o económica, por un Estado, con el fin de coaccionar a otro Estado para que realice un acto relativo a la celebración de un tratado en violación de los principios de igualdad soberana de los Estados y de la libertad de consentimiento”.

Al propio tiempo, la mencionada Declaración de Viena deploró:

“(…) El hecho de que en el pasado los Estados se hayan visto alguna veces forzados a celebrar tratados ante las presiones ejercidas en diversas formas por otros Estados”.

En caso de una negociación bilateral sobre la base naval de Guantánamo los Estados Unidos tomarían como base el tratado de relaciones de 1934, pero como ya hemos explicado eso es un error, en tanto ese tratado arrastró los vicios de nulidad del Convenio de 1903 que se sustentaba en la cláusula VII de la Enmienda Platt.

En 1962, el destacado jurista cubano Fernando Álvarez Tabío, en un ensayo publicado en la revista Cuba Socialista, donde se fundamenta ampliamente la ilegalidad de la base naval norteamericana en Guantánamo, concluyó:

“El contrato de arrendamiento a perpetuidad de los terrenos y mar territorial que integraban la Base de Caimanera carece de existencia legal y validez jurídica, está viciado en sus elementos esenciales: a) incapacidad radical del gobierno de Cuba para ceder a perpetuidad un pedazo del territorio nacional; b) por la misma razón el objeto y la causa son ilícitos; c) el consentimiento fue arrancado mediante violencia moral irresistible e injusta. (…) Un tratado inconstitucional y nulo de eficacia jurídica, no confiere derechos, no impone obligaciones, no proporciona protección, carece de impositividad inexorable; es desde el punto de vista legal, tan inoperante como si nunca se hubiese sancionado (…)”.

Breve Epílogo

Desde 1959 la devolución del territorio que hoy ocupa la Base Naval norteamericana en Guantánamo ha estado en la agenda de Cuba ante un posible proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.

Cuba ha guardado los cheques de pago por el “arriendo” de la base desde 1960. Se guardan, como ha dicho el General de Ejército Raúl Castro, para exhibirlos el día que devuelta la tierra ocupada, se haga un museo de lo que fue y significó esa oprobiosa base naval yanqui. Esta actitud de Cuba es también una manera de ratificar su rechazo a la existencia de la base naval norteamericana en nuestro territorio.

Durante la crisis de octubre de 1962 la devolución de la base fue uno de los cinco puntos planteados por Cuba. Quizás, si la dirección soviética en ese momento, en lugar del retiro de los cohetes nucleares estadounidenses en Turquía e Italia, que nada tenía que ver con la soberanía de Cuba, hubiese exigido a la administración Kennedy la devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo, no existiera hoy esa base ignominiosa.

No obstante, Cuba siempre ha apostado por una solución pacífica y negociada del tema y jamás ha convertido este punto tan sensible para los cubanos en un obstáculo para el avance de un proceso de negociaciones con los Estados Unidos. Lo que sí queda claro es que para Cuba, es imposible pensar en una normalización de las relaciones mientras exista la base, como una especie de puñal clavado en nuestras espaldas, en menoscabo de nuestra soberanía territorial. No solo debe cerrarse el centro ilegal y arbitrario de detención establecido por la administración Bush, donde se han cometido las más atroces torturas y violado sistemáticamente los derechos humanos, sino definitivamente devolver ese territorio a quienes pertenece: los cubanos y cubanas.


Respuesta  Mensaje 20 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:07
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Segunda parte: La aplicación de la Enmienda Platt y el establecimiento de la Base Naval en Guantánamo como marco de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. 

A finales de 1901 se inició el proceso electoral en el cual la candidatura de Tomás Estrada Palma alcanzó el triunfo sin oposición y contando con el apoyo del 47 por ciento del electorado. El Presidente electo en ausencia partió de Estados Unidos rumbo a Cuba el 17 de abril de 1902 y arribó tres días después. El cambio de poderes tuvo lugar el 20 de mayo de 1902 a las 12 del día. Ya se había constituido el Congreso de la República. Leonard Wood embarcó hacia su país en el acorazado “Brooklyn”. 

En 1902, poco antes de proclamarse la República, el gobierno norteamericano informó al recién electo Presidente de la Isla sobre los cuatro lugares seleccionados para establecer las estaciones navales ?Cienfuegos, Bahía Honda, Guantánamo y Nipe? previstas por la Enmienda Platt.También se consideró nada menos que el puerto de La Habana como “el lugar más ventajoso para la cuarta estación naval”. 

Desde un inicio, a pesar de su origen espurio, el gobierno de Cuba, en el cual participaban muchos de los que lucharon por la independencia, se opuso a la concesión de cuatro bases navales, pues consideraba que dos eran más que suficientes. La situación se volvió más tensa al endurecer el gobierno cubano sus posiciones y demandar la elaboración final del Tratado Permanente de Relaciones, con el fin de “determinar al mismo tiempo y no por partes, todos los particulares que fueron objeto de la Enmienda Platt y fijar el alcance de sus preceptos”. 

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Asesinato de William Mc Kinley

El presidente McKinley había muerto el 14 de septiembre de 1901 como consecuencia de los disparos que había recibido el día 6 de ese mes. Theodore Roosevelt había ascendido tanto en su carrera política que era ya Vicepresidente de Estados Unidos, por lo cual había asumido la presidencia tras los disparos mortales recibidos por su predecesor. A Roosevelt en ese momento no le resultaba conveniente precisar el alcance de la Enmienda Platt, para no demorar la instalación militar de la Base en Guantánamo, por lo que esta significaría en la defensa del Canal ­?iniciado y después abandonado por Francia en el Istmo centroamericano?, que el gobierno voraz del imperio tenía proyectado concluir a cualquier costo. Tampoco le interesaba definir la situación legal de Isla de Pinos. Por ello, de manera abrupta disminuyó el número de las bases navales en discusión, retiró la sugerencia del puerto de La Habana y finalmente se acordó la concesión de dos bases: Guantánamo y Bahía Honda.  

Con posterioridad, en cumplimiento del Artículo VII del apéndice constitucional impuesto a la Convención Constituyente, se firmó el Convenio por los Presidentes de Cuba y Estados Unidos el 16 y el 23 de febrero de 1903 respectivamente: 

“Artículo I.- La República de Cuba arrienda por la presente a los Estados Unidos, por el tiempo que las necesitare y para el objeto de establecer en ellas estaciones carboneras o navales, las extensiones de tierra y agua situadas en la isla de Cuba que a continuación se describen: 

“1. En Guantánamo…” Se hace una descripción completa de la bahía y el territorio adyacente. 

“2. En Bahía Honda...” Se hace otra descripción similar.

En dicho Convenio se establece: 

“Artículo III.- Si bien los Estados Unidos reconocen por su parte la continuación de la soberanía definitiva de la República de Cuba sobre las extensiones de tierra y agua arriba descritas, la República de Cuba consiente, por su parte, que durante el período en que los Estados Unidos ocupen dichas áreas a tenor de las estipulaciones de este convenio, los Estados Unidos ejerzan jurisdicción y señorío completos sobre dichas áreas con derecho a adquirir para los fines públicos de los Estados Unidos cualquier terreno u otra propiedad situada en las mismas por compra o expropiación forzosa indemnizando a sus poseedores totalmente.” 

El 28 de mayo de 1903 comenzaron los trabajos de medición para establecer los linderos de la estación naval en Guantánamo. 

 

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Fotografía de las instalaciones de la Estación Naval en Guantánamo tomada en 1915 en el lugar conocido como Punto Pescadores

En el Convenio del 2 de julio de 1903 sobre el tema se aprobó el “Reglamento para el arrendamiento de las Estaciones Navales y Carboneras”: 

“Artículo I.- Los Estados Unidos de América acuerdan y estipulan pagar a la República de Cuba la suma anual de 2 000 pesos en moneda de oro de los Estados Unidos durante el tiempo que estos ocuparen y usaren dichas áreas de terreno en virtud del mencionado Convenio.” 

“Todos los terrenos de propiedad particular y otros bienes inmuebles comprendidos en dichas áreas serán adquiridos sin demora por la República de Cuba. Estados Unidos convienen en suministrar a la República de Cuba las cantidades necesarias para la compra de dichos terrenos y bienes de propiedad particular, y la República de Cuba aceptará dichas cantidades como pago adelantado a cuenta de la renta debida en virtud de dicho Convenio.”

El Convenio que reglamentaba ese arrendamiento, firmado en La Habana por los representantes de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos, respectivamente, fue aprobado por el Senado de Cuba el 16 de julio de 1903, ratificado por el Presidente de Cuba un mes más tarde, el 16 de agosto, y por el Presidente de Estados Unidos el 2 de octubre, canjeándose las ratificaciones en Washington el 6 de octubre, fue publicado enla Gaceta de Cuba el 12 del mismo mes y año. 

Con fecha 14 de diciembre de 1903 se hizo saber que cuatro días antes, el 10 de ese mes, se había dado posesión a Estados Unidos de las áreas de agua y tierra para el establecimiento de la estación naval en Guantánamo. 

Para el gobierno y la Marina de Estados Unidos el traspaso de parte del territorio de la mayor de las Antillas era motivo de gran regocijo, y pretendió celebrarlo. En Guantánamo se reunieron con ese propósito buques de la Escuadra del Caribe y algunos acorazados de la Flota del Atlántico Norte. 

El gobierno cubano designó al Jefe de Obras Públicas de Santiago de Cuba para hacer entrega de aquella parte del territorio sobre el cual teóricamente ejercía soberanía el 10 de diciembre de 1903, fecha escogida por Estados Unidos. Sería el único cubano que estaría presente en la ceremonia y sólo por un corto tiempo ya que, cumplida su misión, sin brindis ni apretones de mano, se retiró al vecino poblado de Caimanera. 

El jefe de Obras Públicas se había trasladado al acorazado “Kearsage”, que era el buque insignia norteamericano, a bordo del cual se encontraba el contralmirante Barker. A las 12:00 horas se dispararon 21 cañonazos y con los acordes del Himno Nacional de Cuba se arrió la bandera cubana que estaba izada en dicha nave, e inmediatamente se izó en tierra, en el punto llamado Playa del Este, con el mismo número de salvas, la bandera de Estados Unidos, con lo cual quedó concluido el acto. 

Según el reglamento del Convenio, Estados Unidos debía dedicar las tierras cedidas exclusivamente a usos públicos, no pudiendo establecer en ellas comercios o industrias de ningún tipo. 

Se comprometían mutuamente, las autoridades de Estados Unidos en dichos territorios y las autoridades cubanas, a entregar los prófugos de la justicia por delitos o faltas sujetos a la jurisdicción de las leyes de cada parte, siempre que lo solicitaran las autoridades de la nación que los juzgara. 

Los materiales importados en las áreas de dichas estaciones navales para el uso y consumo de las mismas estarían libres del pago de derechos arancelarios, o de cualquier otra clase, a la República de Cuba. 

El arrendamiento de las referidas estaciones navales incluía el derecho a usar y ocupar las aguas adyacentes a dichas extensiones de tierra y agua, a mejorar y profundizar las entradas de las mismas y sus fondeaderos, y a cuanto más fuera necesario para los usos exclusivos a que estaban dedicadas. 

Aunque Estados Unidos reconocía la continuación de la soberanía definitiva de Cuba sobre aquellas extensiones de agua y tierra, ejercería, con el consentimiento de Cuba, “jurisdicción y señorío completos” sobre dichas áreas mientras las ocuparan de acuerdo con las otras estipulaciones ya citadas. 

En el llamado Tratado Permanente del 22 de mayo de 1903, celebrado entre los gobiernos de la República de Cuba y de Estados Unidos, se habían precisado las relaciones futuras entre ambos países: es decir, se aseguró lo que llamara Manuel Márquez Sterling “la coyunda insoportable de la Enmienda Platt”. 

El Tratado Permanente suscrito por ambos países fue aprobado por el Senado de Estados Unidos el 22 de marzo de 1904 y por el Senado cubano el 8 de junio de ese año, y fueron canjeadas las ratificaciones en Washington el 1° de julio de 1904. Por eso, la Enmienda Platt es una enmienda a una ley norteamericana, un apéndice a la Constitución de Cuba de 1901 y un tratado permanente entre ambos países. 

Las experiencias adquiridas con la Base Naval de Guantánamo sirvieron para aplicar en Panamá medidas iguales o peores con el Canal. 

En el Congreso norteamericano el método de las enmiendas introducidas, cuando se discute una ley que por su contenido e importancia es de impostergable necesidad, suele aplicarse con frecuencia obligando a los legisladores a dejar a un lado o sacrificar criterios discrepantes. Tales enmiendas han mordido más de una vez la soberanía por la que lucha incansablemente nuestro pueblo. 

 

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Manuel Sanguily Garrite

En 1912 el Secretario de Estado de Cuba, Manuel Sanguily, negoció con la cancillería norteamericana un nuevo tratado por el que Estados Unidos renunciaba a sus derechos sobre Bahía Honda a cambio de una ampliación en los límites de la estación en Guantánamo. 

En ese mismo año, cuando se produjo el alzamiento del Partido de los Independientes de Color, que el gobierno del presidente José Miguel Gómez ?del Partido Liberal? reprimió brutalmente, salieron de la Base Naval en Guantánamo tropas norteamericanas que ocuparon diferentes poblaciones de la antigua provincia de Oriente, cercanas a las ciudades de Guantánamo y de Santiago de Cuba, con el pretexto de “proteger vidas y haciendas de ciudadanos estadounidenses”. 

En 1917, con motivo del levantamiento conocido por “La Chambelona” en Oriente, llevado a cabo por elementos del Partido Liberal que se opusieron al fraude electorero que llevó a la reelección al presidente Mario García Menocal, del Partido Conservador, destacamentos yanquis procedentes de la Base se dirigieron a diversos puntos de aquella provincia cubana, para lo cual utilizaron como pretexto “la protección del suministro de agua a la Base”.

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Respuesta  Mensaje 21 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:09

Tercera parte: La derogación formal de la Enmienda Platt y el mantenimiento de la Base Naval en Guantánamo.

En 1933, la llegada al poder de la administración demócrata de Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos dejó abierto el camino para un necesario reacomodo de las relaciones de dominación que ese país ejercía sobre Cuba. La caída de la tiranía de Gerardo Machado bajo la presión de un poderoso movimiento popular, y la posterior instalación de un gobierno provisional presidido por el profesor universitario de Fisiología, Ramón Grau San Martín, constituyeron un serio obstáculo para la realización del programa que demandaba el pueblo.  

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Benjamin Sumner Welles

El 24 de noviembre de 1933, el presidente Roosevelt de Estados Unidos emitió una declaración oficial en la que alentó la conjura de Batista y el Embajador en La Habana, Sumner Welles, contra el gobierno de Grau, que incluía la oferta de firmar un nuevo tratado comercial y derogar la Enmienda Platt. Roosevelt explicó que “…Sería bienvenido cualquier gobierno provisional en Cuba en el cual el pueblo cubano demuestre su confianza”. La impaciencia de la administración estadounidense por desembarazarse de Grau iba en aumento, pues desde mediados de noviembre se acrecentó la influencia en el gobierno de un joven luchador antimperialista, Antonio Guiteras, quien en las semanas siguientes daría muchos de sus más radicales pasos. Había que derrocar rápidamente a ese gobierno. 

El 13 de diciembre de 1933, el embajador Sumner Welles regresó definitivamente a Washington, y fue sustituido cinco días después por Jefferson Caffery. 

Durante los días 13 y 14 de enero de 1934, Batista convocó y presidió una reunión militar en Columbia en la que propuso destituir a Grau y nombrar al Coronel Carlos Mendieta y Montefur, lo cual fue acordado por la llamada Junta Militar de Columbia. Grau San Martín presentó su dimisión en la madrugada del 15 de enero de 1934 y embarcó rumbo a México, exiliado, el 20 de ese propio mes. Mendieta, entonces, quedó instalado como presidente mediante golpe de Estado, el 18 de enero de 1934. Aunque la administración de Mendieta había sido reconocida por Estados Unidos el 23 de enero de ese año, en realidad, como se sabe, el embajador Caffery y Batista dirigían los destinos del país. 

El derrocamiento del mencionado gobierno provisional de Grau San Martín en enero de 1934, víctima de sus contradicciones internas y del arsenal de presiones, maniobras y agresiones que contra él esgrimieron el imperialismo y sus aliados criollos, significó un primer e indispensable paso en la imposición de una alternativa oligárquico-imperialista como salida a la crisis nacional cubana. 

Al gobierno presidido por Mendieta correspondería la tarea de reajustar los vínculos de la dependencia neocolonial del país. 

Ni la oligarquía reinstalada en el poder, ni el gobierno de Washington, estaban entonces en condiciones de ignorar el estado de ánimo del pueblo cubano hacia el neocolonialismo y sus instrumentos. Estados Unidos tampoco ignoraba la importancia del respaldo de los gobiernos de América Latina ?Cuba entre ellos? en la ya entonces previsible confrontación con otras potencias imperialistas emergentes como Alemania y Japón.  

En el proceso que entonces se iniciaba habrían de estructurarse fórmulas para garantizar el renovado funcionamiento del sistema neocolonial. La política de “buena vecindad” tenía muy en cuenta la oposición latinoamericana al intervencionismo abierto que Washington había practicado en el hemisferio. Era propósito de la política de Roosevelt obtener una nueva imagen en sus relaciones continentales mediante la fórmula diplomática del “buen vecino”. 

Como una de las medidas de reajuste, el 29 de mayo de 1934 se firmó un nuevo Tratado de Relaciones cubano?norteamericano, modificando el del 22 de mayo de 1903, suscrito entonces por otro Roosevelt, tal vez de lejano parentesco, el de los Jinetes Rudos, que desembarcó en Cuba. 

 

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H. Freeman Matthews

Dos días antes, el 27 de mayo, a las 10:30 de la mañana, y en los momentos en que el embajador de Estados Unidos, Jefferson Caffery, se preparaba a abandonar, como de costumbre, su residencia de Alturas de Almendares, fue objeto de un atentado de tres disparos realizado por varios desconocidos desde un automóvil. Al día siguiente, el 28 de mayo, al transitar al mediodía por la Quinta Avenida del reparto Miramar, el auto al servicio del primer secretario de la embajada de Estados Unidos, H. Freeman Matthews, de regreso después de haber dejado al diplomático en la Embajada, fue asaltado por varios individuos armados con ametralladoras que viajaban en un auto. Dirigiéndose uno de ellos al chofer, le dijo que hiciera saber a Matthews que le daba una semana de plazo para que se marchara de Cuba; acto seguido rompió de un golpe el parabrisas del auto y desaparecieron velozmente. 

Estos actos revelaban un estado general de hostilidad contra Estados Unidos y pudieron haber precipitado la firma del nuevo Tratado de Relaciones que planteó el supuesto fin de la impopular Enmienda Platt. 

El nuevo Tratado de Relaciones dispuso la supresión del derecho de intervención de Estados Unidos en Cuba y que: 

La República de Cuba y Estados Unidos de América, animados por el deseo de fortalecer los lazos de amistad entre los dos países y de modificar, con ese fin, las relaciones establecidas entre ellos por el Tratado de Relaciones firmado en La Habana el 22 de mayo de 1903, (…) han convenido en los siguientes artículos: […] 

“Artículo 3.- En tanto las dos partes contratantes no se pongan de acuerdo para la modificación o abrogación de las estipulaciones del Convenio firmado por el Presidente de la República de Cuba el 16 de febrero de 1903, y por el Presidente de Estados Unidos de América el 23 del mismo mes y año, en cuanto al arrendamiento a Estados Unidos de América de terrenos en Cuba para estaciones carboneras o navales, seguirán en vigor las estipulaciones de ese Convenio en cuanto a la estación naval de Guantánamo. Respecto a esa estación naval seguirá también en vigor, en las mismas formas y condiciones, el arreglo suplementario referente a estaciones navales o carboneras terminado entre los dos gobiernos el 2 de julio de 1903. Mientras no se abandone por parte de Estados Unidos de América la dicha estación naval de Guantánamo o mientras los dos gobiernos no acuerden una modificación de sus límites actuales, seguirá teniendo la extensión territorial que ahora ocupa, con los límites que tiene en la fecha de la firma del presente Tratado.

El Senado de Estados Unidos ratificó el nuevo Tratado de Relaciones el 1° de junio de 1934, y Cuba, el 4 de junio. Cinco días después, el 9 de junio, se canjearon en Washington las ratificaciones del Tratado de Relaciones del 29 de mayo de ese año, con lo que desapareció formalmente la Enmienda Platt, pero permaneció la Base Naval en Guantánamo. 

El nuevo Tratado legalizó la situación de facto en que se encontraba la estación naval en Guantánamo, por lo que se rescindía la parte de los convenios del 16 y 23 de febrero y 2 de julio de 1903 entre los dos países relativa a terrenos y aguas en Bahía Honda, y se modificaba, en el sentido de ampliarlos, aquella que se refería a las aguas y terrenos en la estación naval en Guantánamo. 

Estados Unidos mantuvo la estación naval en Guantánamo como lugar estratégico de vigilancia y resguardo, para asegurar su predominio político y económico sobre las Antillas y Centroamérica y para la defensa del Canal de Panamá. 

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De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:12
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Cuarta parte: La Base Naval en Guantánamo desde la desaparición formal de la Enmienda Platt hasta el Triunfo de la Revolución.
Después de firmado el Tratado de Relaciones de 1934, el territorio de la "estación naval" fue fortificándose y acondicionándose poco a poco hasta que, en la primavera de 1941, la Base quedó establecida como estación naval de operaciones bajo la estructura siguiente: estación naval, estación naval aérea y base del cuerpo de marines y de almacenes.
El 6 de junio de 1934 el Senado de Estados Unidos había aprobado una ley mediante la cual se autorizaba a la Secretaría de Marina para suscribir un contrato a largo plazo con una empresa que se comprometía a abastecer de agua en forma adecuada a la Base Naval en Guantánamo, pero anteriormente existían planes norteamericanos para la construcción de un acueducto que la surtiera de agua procedente del río Yateras.
La expansión continuó, y hacia 1943 se construyeron otras facilidades mediante contratación con la empresa "Frederick Snare Co.", que contrató aproximadamente 9 000 obreros civiles, muchos de los cuales eran cubanos.
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Dan A. Kimball, Secretario de Marina norteamericano entre 1951 y 1953

Otro año de ingente trabajo de ampliación de las instalaciones militares y civiles de la Base fue 1951. En 1952, el Secretario de Marina de Estados Unidos decidió cambiarle el nombre de "U.S. Naval Operating Base" por el de "U.S. Naval Base", y ya entonces tenía una estructura que incluía el Centro de Entrenamiento.
La Constitución de 1940, la lucha revolucionaria y la Base Naval en Guantánamo, hasta diciembre de 1958.
El período que transcurre desde finales de 1937 hasta 1940 se caracterizó, desde el punto de vista político, por la adopción de medidas que permitieron la convocatoria a las elecciones para la Asamblea Constituyente y su realización. La razón de que Batista accediera a estas medidas democratizadoras estuvo en su interés de ir al establecimiento de fórmulas que le permitieran mantenerse en el centro de las decisiones políticas, con lo que garantizaba la continuidad de su poder en el nuevo ordenamiento surgido bajo las fórmulas por él instrumentadas. A principios de 1938 se hizo público el acuerdo de Batista y Grau de realizar una Asamblea Constituyente. La Convención Constituyente quedó inaugurada el 9 de febrero de 1940 y terminó sus labores el 8 de junio de ese propio año.
La Constitución fue firmada el 1? de julio de 1940 y promulgada el 5 de ese mes. La nueva Ley de Leyes estableció que "el territorio de la República está integrado por la Isla de Cuba, la Isla de Pinos y las demás islas y cayos adyacentes que con ellas estuvieron bajo la soberanía de España hasta la ratificación del Tratado de París de 10 de diciembre de 1898. La República de Cuba no concertará ni ratificará pactos o tratados que en forma alguna limiten o menoscaben la soberanía nacional o la integridad del territorio".
La oligarquía se esforzaría por impedir la materialización de los postulados más avanzados de esa Constitución o al menos por restringir al máximo su aplicación.
Quinta parte: La Base Naval en Guantánamo desde el Triunfo de la Revolución.
Desde el triunfo de la Revolución el Gobierno Revolucionario ha denunciado la ocupación ilegal de esa porción de nuestro territorio.
Por otra parte, a partir del 1º de enero de 1959 Estados Unidos convirtió el territorio usurpado de la Base Naval en Guantánamo en foco permanente de amenaza, provocación y violación de la soberanía de Cuba, con el propósito de crearle dificultades al victorioso proceso revolucionario. Dicha Base siempre ha estado presente en los planes y operaciones concebidos por Washington para derrocar al Gobierno Revolucionario.
Todo tipo de agresiones han provenido de la Base Naval:
Lanzamientos en territorio libre de materiales inflamables desde aviones procedentes de la Base.
Provocaciones de soldados norteamericanos, incluyendo insultos, lanzamientos de piedras, de latas con material inflamable y disparos con pistolas y armas automáticas.
Violación de las aguas jurisdiccionales de Cuba y del territorio cubano por embarcaciones y aeronaves militares norteamericanas procedentes de la Base.
Elaboración de planes de autoagresión en la Base para provocar una lucha armada en gran escala entre Cuba y Estados Unidos.
Inscripción de las frecuencias radiales utilizadas por la Base en el Registro Internacional de Frecuencias, dentro del espacio correspondiente a Cuba.
El 12 de enero de 1961 fue torturado bárbaramente por soldados yanquis en la Base Naval en Guantánamo, por el "delito" de ser revolucionario, el obrero Manuel Prieto Gómez, quien laboraba allí hacía más de 3 años.
El 15 de octubre de ese año, fue torturado y luego asesinado el obrero cubano Rubén López Sabariego.
El 24 de junio de 1962 fue asesinado por los soldados de la Base el pescador de Caimanera Rodolfo Rosell Salas.
Igualmente, la pretendida intención de fabricar una autoprovocación y desplegar las tropas norteamericanas en una "justificada" invasión punitiva contra Cuba, en todo momento tuvo como elemento detonante la Base en Guantánamo. Ejemplo de ello lo encontramos en una de las acciones incluidas dentro de la denominada "Operación Mangosta", cuando el 3 de septiembre de 1962 soldados norteamericanos estacionados en Guantánamo debían disparar contra las postas cubanas.
Durante la Crisis de Octubre, la Base fue reforzada en técnica militar y efectivos, elevándose el número de estos últimos a más de 16 000 infantes de marina. Ante la decisión del Primer Ministro soviético Nikita Jruschov de retirar los cohetes nucleares desplegados en Cuba sin consultar ni informar previamente al Gobierno Revolucionario, Cuba fijó la firme posición de la Revolución en los denominados "Cinco Puntos". En el quinto se demandaba la retirada de la Base Naval de Guantánamo. Estuvimos al borde de una guerra termonuclear, en la que seríamos el primer blanco como consecuencia de la política imperial de apoderarse de Cuba.

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 Lyndon Baines Johnson                    (1908-1973)

El 11 de febrero de 1964 el presidente Lyndon B. Johnson redujo el personal cubano que trabajaba en la Base en 700 trabajadores aproximadamente. También confiscaron fondos acumulados del retiro de centenares de obreros cubanos que habían trabajado en la Base y suspendieron de modo ilegal el pago de las pensiones a los obreros cubanos jubilados.
El 19 de julio de 1964, en grosera provocación de centinelas fronterizos norteamericanos contra las postas cubanas de Guardafronteras, fue asesinado a mansalva el joven soldado de 17 años Ramón López Peña, en la casamata donde cumplía con su turno de guardia.
En circunstancias similares, el 21 de mayo de 1966, disparos provenientes de la Base dieron muerte al soldado Luis Ramírez López.
En apenas 21 días del mes de mayo de 1980, más de 80 000 hombres, 24 barcos y unos 350 aviones de combate participaron en las maniobras Solid Shield-80, que entre sus dinámicas incluyó el desembarco de 2 000 infantes de Marina en la Base Naval y el reforzamiento de dicha instalación con otros 1 200 efectivos.
En octubre de 1991, durante la celebración del IV Congreso del PCC en Santiago de Cuba, aviones y helicópteros procedentes de la Base violaron el espacio aéreo cubano sobre la ciudad.
En 1994, la Base sirvió como punto de apoyo para la invasión a Haití: la aviación militar norteamericana utilizó los aeropuertos de ese enclave. Más de 45 000 emigrados haitianos llegaron a ser concentrados en la Base a mediados del siguiente año.
Del mismo modo, en el año 1994 se produjo la conocida crisis migratoria provocada por el endurecimiento del bloqueo y los años más duros del período especial, el incumplimiento del Acuerdo Migratorio de 1984 suscrito con la administración Reagan, la considerable reducción en las visas acordadas y el estímulo a la emigración ilegal, incluida la Ley de Ajuste Cubano, facturada por el presidente Johnson hace más de 40 años.
Como consecuencia de la crisis desatada, una declaración del presidente Clinton del 19 de agosto de 1994 convirtió a la Base en un campo de concentración migratorio para los balseros cubanos en cifra cercana a los 30 000.
Finalmente, el 9 de septiembre de 1994 se suscribió un Comunicado Conjunto entre la administración de Clinton y el gobierno de Cuba, mediante el cual Estados Unidos se comprometió a impedir la entrada a su territorio de los emigrantes ilegales interceptados y a otorgar un mínimo de 20 000 visas anuales para la reunificación familiar, los que viajarían por vía segura a Estados Unidos.
El 2 de mayo de 1995, como parte de las negociaciones migratorias, los gobiernos de Cuba y Estados Unidos acordaron adicionalmente lo que esta vez se llamó Declaración Conjunta, estableciendo el procedimiento para la devolución a Cuba de todos los que continuaran intentando emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos y fueran interceptados por los Guardacostas norteamericanos.
Obsérvese cómo la referencia se relaciona sólo con los inmigrantes ilegales interceptados por los Guardacostas. Quedaban establecidas las bases para un siniestro negocio: el tráfico de personas. La Ley Asesina se mantuvo. Cuba sería el único país del mundo sometido a tal látigo. Mientras 250 000 personas aproximadamente han viajado por vía segura sin el menor riesgo, es en cambio incalculable el número de mujeres, niños y personas de todas las edades que han perecido en el próspero tráfico de inmigrantes.
A partir de la crisis migratoria de 1994, por acuerdo de ambos gobiernos se iniciaron los encuentros regulares entre los mandos militares de cada parte. Una franja del territorio sembrada de minas a veces era inundada por tormentas tropicales y ríos desbordados. No en pocas ocasiones nuestros zapadores arriesgaron sus vidas para salvar a personas que atravesaban esa zona militar restringida por aquellos parajes, incluso con niños.
Entre 1962 y 1996, se registraron 8 288 violaciones principales desde la Base Naval en Guantánamo, incluidas 6 345 violaciones aéreas, 1 333 violaciones navales y 610 violaciones territoriales. Del total de violaciones, 7 755 se produjeron entre 1962 y 1971.

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Respuesta  Mensaje 23 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:14

Estoy seguro de que ésto es lo que le molesta a la gusanera de Miami porque siendo apátridas saben que merecen el desprecio del mundo decente  y antiimperialista ....


La Base Naval en Guantánamo a partir de la promulgación de la Ley Helms-Burton.

Esta Ley, firmada por el presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en el Título II sobre la “asistencia a una Cuba libre e independiente”, la Sección 201 relacionada con la “política hacia un gobierno de transición y elegido democráticamente en Cuba”, establece en su inciso 12 que Estados Unidos debe “estar preparado para negociar con un gobierno elegido democráticamente en Cuba la devolución de la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo o renegociar el acuerdo actual bajo términos mutuamente convenientes”. Algo peor que lo del gobernador militar Leonard Wood, que junto a Theodore Roosevelt desembarcó a pie en las cercanías de Santiago de Cuba: la idea de un anexionista de origen cubano administrando a nuestro país.

La guerra de Kosovo de 1999ocasionóun gran número de refugiados kosovares. El gobierno de Clinton, envuelto en aquella guerra de la OTAN contra Serbia, tomó la decisión de utilizar la Base como albergue para un número de ellos, y en esa ocasión, por primera vez, sin ningún tipo de consulta previa como es habitual, comunicó a Cuba la decisión tomada. Nuestra respuesta fue constructiva. Aunque opuestos a la injusta e ilegal contienda, no teníamos razones para oponernos a la ayuda humanitaria que pudieran necesitar los refugiados kosovares. Ofrecimos incluso la cooperación de nuestro país, si fuese necesario, para la atención médica o cualquier otro servicio que necesitaran los mismos. Finalmente, los refugiados kosovares no fueron enviados a la Base Naval en Guantánamo.

En el manifiesto Juramentode Baraguá, del 19 de febrero del 2000, se expresó que “a su debido tiempo, ya que no constituye objetivo prioritario en este instante aunque es justísimo e irrenunciable derecho de nuestro pueblo, el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo debe ser devuelto a Cuba”. En esos tiempos estábamos enfrascados en la lucha por el regreso del niño secuestrado y las consecuencias económicas del brutal bloqueo.

La Base Naval de Guantánamo a partir del 11 de septiembre.

El 18 de septiembre del 2001, el presidente Bush firmó la legislación del Congreso de Estados Unidos que lo autorizó a usar la fuerza como respuesta a los atentados del 11 de septiembre. Bush se basó en esta legislación para firmar, el 13 de noviembre de ese propio año, una Orden Militar mediante la cual estableció las bases jurídicas para las detenciones y el enjuiciamiento por tribunales militares, como parte de la “guerra contra el terrorismo”, de individuos que no ostentaran la condición de ciudadanos de Estados Unidos. 

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El 8 de enero del 2002 Estados Unidos comunicó oficialmente a Cuba que utilizarían la Base Naval en Guantánamo como centro de detención de prisioneros de guerra de Afganistán.

Tres días más tarde, el 11 de enero del 2002,llegaron los primeros 20 detenidos hasta alcanzar la cifra de 776 prisioneros de 48 países. Ninguno de estos datos, por supuesto, era mencionado. Suponíamos que se trataba de prisioneros de guerra afganos. Los primeros aviones aterrizaban repletos de prisioneros, y muchos más custodios que prisioneros. Ese mismo día el gobierno de Cuba emitió una declaración pública señalando su disposiciónde cooperarcon los servicios de asistencia médica que fuesen requeridos, programas de saneamiento y de lucha contra vectores y plagas en las áreas bajo nuestro control que circundan la base, o de cualquier otra forma útil, constructiva y humana que pudiera presentarse. Recuerdo los datos porque participé personalmente en detalles de la Nota presentada por el MINREX dando respuesta a la Nota norteamericana. Cuán lejos estábamos de imaginar en aquel momento que el gobierno de Estados Unidos se preparaba para crear en esa base un horrible campo de tortura.

La Constitución Socialista proclamada el 24 de febrero de 1976 había establecido, en el inciso c) de su artículo 11, que “la República de Cuba repudia y considera ilegales y nulos los tratados, pactos o concesiones concertados en condiciones de desigualdad o que desconocen o disminuyen su soberanía y su integridad territorial”.

El 10 de junio del 2002, el pueblo de Cuba, en un proceso plebiscitario popular sin precedentes, ratificó el contenido socialista de aquella Constitución de 1976 en respuesta a las manifestaciones injerencistas y ofensivas del Presidente de Estados Unidos, e interesó a la Asamblea Nacional del Poder Popular reformarla para dejar expresamente consignado, entre otros aspectos, el principio irrevocable que debe regir las relaciones económicas, diplomáticas y políticas de nuestro país con otros estados, al añadir en el mismo Artículo 11, inciso c): “Las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera.”

Tras darse a conocer la Proclama al pueblo de Cuba, el 31 de julio del 2006, las autoridades norteamericanas han declarado que no desean una crisis migratoria pero se preparan de forma preventiva para enfrentarla, valorándose el uso de la Base Naval en Guantánamo como campamento de concentración de los emigrantes ilegales interceptados en el mar. En declaraciones públicas se informa que Estados Unidos está realizando ampliaciones de las construcciones civiles en la Base, con el objetivo de aumentar su capacidad de recepción de emigrantes ilegales.

Cuba, por su parte, ha tomado todas las medidas posibles para evitar incidentes entre las fuerzas militares de ambos países, y ha declarado que se atiene a los compromisos contenidos en la Declaración Conjunta sobre temas migratorios suscrita con la administración Clinton. ¿Por qué tanta habladuría, amenaza y bulla?

El pago simbólico anual de $3 386.25 dólares por el arrendamiento del territorio que ocupa la Base Naval en Guantánamo se mantuvo hasta 1972, cuando la parte norteamericana lo reajustó por su cuenta a $3 676 dólares. En 1973, se hizo una nueva corrección del valor del antiguo dólar de oro de Estados Unidos, y por tal razón el cheque emitido por el Departamento del Tesoro fue elevado desde entonces a $4 085.00 dólares anuales. Ese cheque se carga a la Marina de Estados Unidos, responsable operacional de la Base Naval.

Los cheques que hace el gobierno de Estados Unidos como pago por el arrendamiento, se dirigen a favor del “Tesorero General de la República de Cuba”, institución y funcionario que desde hace muchos años dejaron de formar parte de la estructura del gobierno de Cuba, y se remiten por vía diplomática cada año. El correspondiente a 1959, por simple confusión, fue convertido en ingreso nacional. Desde 1960 hasta hoy jamás se han cobrado y quedan como constancia de un arrendamiento impuesto durante más de 107 años. Imagino, conservadoramente, que es diez veces menos que lo que gasta el gobierno de Estados Unidos en el salario de un maestro cada año.

Tanto la Enmienda Platt como la Base Naval en Guantánamo sobraban. La historia demuestra que en gran número de países de este hemisferio, donde no hubo una revolución como la nuestra, la totalidad de su territorio gobernado por las transnacionales y las oligarquías, no necesitaron ni una ni otra cosa. De su población, mal preparada y pobre en su mayoría, se ocupaba la publicidad sembrando reflejos.

Desde el punto de vista militar, un portaaviones nuclear repleto de veloces cazabombarderos y su numerosa escolta, apoyado por la tecnología y los satélites, es varias veces más poderoso y puede desplazarse a cualquier lugar del mundo donde más convenga al imperio.

Les hacía falta la Base para humillar y hacer las cosas sucias que allí tienen lugar.

Si hay que esperar el derrumbe del sistema, esperaremos. Los sufrimientos y peligros para toda la humanidad serán grandes, como la actual crisis de las bolsas de valores, y un número creciente de personas lo pronostican. La espera de Cuba será siempre en alarma de combate.

Fidel Castro Ruz

14 de agosto del 2007

6:10 p.m.


Respuesta  Mensaje 24 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 17:19
Sin Guantánamo y con bloqueo ....no debe Cuba reanudar relaciones con el cínico imperio yanky ...


Kerry reitera que EEUU no devolverá territorio de Base Naval de Guantánamo

25 febrero 2016 | 62 | 
58 
Kerry durante su visita a La Habana el pasado año. Foto. Ismael Francisco/Cubadebate.

Kerry durante su visita a La Habana el pasado año. Foto. Ismael Francisco/Cubadebate.

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, reiteró hoy que no está al tanto de “ningún plan” de devolver a Cuba el territorio que ocupa la base naval de Guantánamo si el Gobierno estadounidense logra cerrar la prisión, y aseguró que él se opondría personalmente a cualquier propuesta en ese sentido.

“No hay ningún plan, ninguna conversación de la que yo sea consciente” en el Gobierno estadounidense para ese fin, aseguró Kerry durante una audiencia ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

“Yo me opondría personalmente a eso” si se propone dentro del equipo de seguridad nacional del presidente, agregó el titular de Exteriores.

El Gobierno cubano ha insistido a lo largo del último año en que el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas no podrá completarse hasta que EE.UU. levante el bloqueo económico impuesto a la Isla y devuelva el territorio que ocupa la base naval estadounidense en Guantánamo.

Pero Estados Unidos evitó incluir el tema de Guantánamo en las negociaciones para restablecer las relaciones y no ha dado, hasta ahora, ninguna indicación de estar abierto a devolver el territorio de 117 km cuadrados que dese hace más de un siglo ocupa ilegarmente.

Este martes, Obama presentó un nuevo plan para tratar de clausurar la cárcel de Guantánamo mediante el traslado de entre 30 a 60 presos a territorio nacional, un proyecto recibido con rechazo entre la oposición republicana.

Ese mismo día, el senador y aspirante presidencial republicano, Marco Rubio, impulsó una propuesta de ley por la que Obama no puede transferir el territorio de la base naval de Guantánamo a Cuba ni hacer modificación alguna sin autorización del Congreso.

La base fue establecida en 1898, cuando EE.UU. ocupó militarmente Cuba e impuso la Enmienda Platt en la constitución de 1902; y desde 2002 acoge el penal de Guantánamo, establecido por el entonces presidente George W. Bush para los detenidos por terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en el país norteamericano. Muchos de los prisiones han sido torturados y condenados sin juicio alguno, violando en reiteradas ocasiones los derechos humanos.

Los prisioneros de la cárcel, ubicada en la ilegal base Naval de Guantánamo, han sido torturados y llevados allí sin juicio previo. Foto. Archivo.

Los prisioneros de la cárcel, ubicada en la ilegal base Naval de Guantánamo, han sido torturados y llevados allí sin juicio previo. Foto. Archivo.

(Con información de EFE)


Respuesta  Mensaje 25 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 18:51
Los yankys se hacen los bobos cuando en realidad son descarados y cínicos ....aplican sanciones a Rusia pero le piden ayuda para lanzar sus cohetes espaciales ...y con Cuba quieren reinstaurar las relaciones diplomáticas pero siguen torciéndole el pescuezo ....  Yo después de tamañas muestras de desprecio le diría al imperio ...." Fuera yankys "....Miren esta noticia ...

Bloqueo contra Cuba sigue aplicándose con rigor

Denuncia en su cuenta en Twitter la Directora general de Estados Unidos del Minrex otra aplicación extraterritorial

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Juventud Rebelde 
digital@juventudrebelde.cu
26 de Febrero del 2016 22:20:21 CDT

La directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, denunció que el bloqueo económico, comercial y financiero al que es sometida la Isla por parte de Washington continúa aplicándose con rigor.

En su perfil de la red social Twitter (@JosefinaVidalF), Vidal informó de una nueva multa del ejecutivo estadounidense a una empresa por hacer negocios con contrapartes cubanas, acción que ratifica la permanencia de esa política, impuesta desde hace más de medio siglo, dijo PL.

El mensaje, compartido en español e inglés, conduce a una nota oficial de la Cancillería de la Mayor de las Antillas, en la que se explican los pormenores de la más reciente sanción, la tercera en lo que va de año.

En esta ocasión, la empresa penalizada es la estadounidense Halliburton, una corporación dedicada a la prestación de servicios en yacimientos petroleros.

El monto de la penalización asciende a 304 706 dólares y según el informe de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, es consecuencia de que entre febrero y abril de 2011 Halliburton y sus subsidiarias en Islas Caimán mantuvieron relaciones comerciales con la compañía cubana Cuba Petróleo (Cupet).

En dicho período, señala la OFAC, la corporación exportó bienes y servicios para apoyar trabajos de exploración de petróleo y gas, así como de perforación, en la provincia de Cabinda, Angola. La ofac plantea que la compañía Cupet poseía el cinco por ciento de los intereses.

Para La Habana la medida tiene un marcado carácter extraterritorial y reafirma el fortalecimiento de la persecución económica, comercial y financiera contra las transacciones cubanas.

Adoptada a solo tres días de la multa impuesta a la compañía francesa CGG Services S.A., por un valor de 614 250 dólares, es además contraria al nuevo enfoque de la política de Estados Unidos hacia Cuba, comentó el despacho.

En su pronunciamiento, la Cancillería de la Mayor de las Antillas señala además que la sanción agudiza el efecto disuasivo sobre las entidades estadounidenses y extranjeras interesadas en desarrollar negocios con el país, a la vez que reafirma la necesidad de eliminar el bloqueo en su totalidad como elemento esencial para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

Con esta multa, Halliburton se une a otras entidades —cinco estadounidenses y tres de otras nacionalidades— que han sido multadas por Washington desde el anuncio de su cambio de política hacia La Habana el 17 de diciembre de 2014, por un monto acumulado cercano a los 3 000 millones de dólares.

Durante el período de Gobierno de Barack Obama (2009-2016) la cantidad de multas por violaciones de los regímenes de sanciones contra Cuba y otros países es de 49, superior al de cualquier otro mandato presidencial. El valor acumulado de todas rebasa los 14 000 millones de dólares.


Respuesta  Mensaje 26 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 18:54

Cuba exige a Estados Unidos que devuelva el territorio de la base militar de Guantánamo

Publicado: 1 jul 2015 17:06 GMT | Última actualización: 1 jul 2015 23:59 GMT

En el marco de la mejora de las relaciones con EE.UU., el Gobierno cubano presentó una serie de requisitos, incluyendo la devolución de la base militar de Guantánamo, informó el periódico 'Granma'.

Guantánamo
10208

"Para alcanzar la normalización será indispensable también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas hacia Cuba que son violatorias de las normas internacionales y lesivas a nuestra soberanía, se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos", cita elperiódico.

Las autoridades cubanas también hicieron hincapié en la necesidad de que EE.UU. levante el bloqueo económico sobre la isla, que dura ya medio siglo. De acuerdo con el Gobierno de Cuba, como parte de la normalización de las relaciones bilaterales, EE.UU. debe dejar de transmitir programas de radio y televisión "provocadores" en territorio de Cuba, según el medio.

Asimismo, EE.UU. y Cuba han anunciado este martes la apertura mutua de embajadas en las capitales de ambos países, después de 50 años. El Ministerio cubano de Exteriores ha comunicado que el próximo 20 de julio EE.UU. y Cuba abrirán sus embajadas.

Por su parte, EE.UU. no planea retirarse de Guantánamo, según ha declarado en una rueda de prensa el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter. Con respecto a la base naval en Cuba "no hay expectativas ni planes", ha señalado el jefe del Pentágono cuando le preguntaron sobre la posibilidad de devolución de ese enclave a la isla caribeña.


Respuesta  Mensaje 27 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/06/2017 18:59
Ratifica Cuba voluntad de avanzar en relaciones con Estados Unidos PDF Print E-mail
  

Ratifica Cuba voluntad de avanzar en relaciones con Estados UnidosLa Habana, 9 mar (PL) Cuba afirmó hoy que la visita del presidente de Estados Unidos constituirá un paso importante en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, para lo cual -reiteró- será determinante el levantamiento del bloqueo.

También ratificó su voluntad de avanzar en esos vínculos sobre la base de la observancia de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, según destaca un editorial del diario Granma a propósito de esa visita.

Prensa Latina transmite a continuación el texto íntegro del editorial.

La visita a Cuba del presidente Barack Obama 

El presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, realizará una visita oficial a Cuba entre el 20 y el 22 de marzo próximos.

Será la segunda ocasión que un mandatario estadounidense llega a nuestro archipiélago. Antes solo lo hizo Calvin Coolidge, quien desembarcó en La Habana en enero de 1928. Arribó a bordo de un buque de guerra para asistir a la VI Conferencia Panamericana, que se efectuaba por aquellos días bajo los auspicios de un personaje local de infausta memoria, Gerardo Machado. Esta será la primera vez que un Presidente de los Estados Unidos viene a una Cuba dueña de su soberanía y con una Revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico.

Este hecho se inserta en el proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014, cuando el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz y el presidente Barack Obama, anunciaron simultáneamente la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas, rotas por los Estados Unidos casi 54 años antes. Forma parte del complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, que apenas se inicia y que ha avanzado sobre el único terreno posible y justo: el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno.

Se ha llegado a este momento como resultado de la heroica resistencia del pueblo cubano y su lealtad a los principios, la defensa de la independencia y la soberanía nacionales, en primerísimo lugar. Tales valores, no negociados en más de 50 años, condujeron al actual gobierno de los Estados Unidos a admitir los daños severos que el bloqueo ha causado a nuestra población y al reconocimiento del fracaso de la política de abierta hostilidad hacia la Revolución. Ni la fuerza, ni la coerción económica, ni el aislamiento lograron imponer a Cuba una condición contraria a sus aspiraciones forjadas en casi siglo y medio de heroicas luchas.

El actual proceso con los Estados Unidos ha sido posible también gracias a la inquebrantable solidaridad internacional, en particular, de los gobiernos y pueblos latinoamericanos y caribeños, que colocaron a los Estados Unidos en una situación de aislamiento insostenible. "Como la plata en las raíces de Los Andes" tal como expresara nuestro Héroe Nacional José Martí en su ensayo "Nuestra América", América Latina y el Caribe, fuertemente unidos, reclamaron el cambio de la política hacia Cuba. Esta demanda regional se patentizó de manera inequívoca en las Cumbres de las Américas de Puerto España, Trinidad y Tobago, en 2009, y de Cartagena, Colombia, en 2012, cuando todos los países de la región exigieron unánime y categóricamente el levantamiento del bloqueo y la participación de nuestro país en la VII cita hemisférica de Panamá, en 2015, a la que por primera vez asistió una delegación cubana, encabezada por Raúl.

Desde los anuncios de diciembre de 2014, Cuba y los Estados Unidos han dado pasos hacia la mejoría del contexto bilateral.

El 20 de julio de 2015, quedaron oficialmente restablecidas las relaciones diplomáticas, con el compromiso de desarrollarlas sobre la base del respeto, la cooperación y la observancia de los principios del Derecho Internacional.

Han tenido lugar dos encuentros entre los Presidentes de ambos países, además de intercambios de visitas de ministros y otros contactos de funcionarios de alto nivel. La cooperación en disímiles áreas de beneficio mutuo avanza y se abren espacios de discusión, que permiten un diálogo sobre temas de interés bilateral y multilateral, incluyendo aquellos en los que tenemos diferentes concepciones.

El mandatario estadounidense será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo con la hospitalidad que los distingue y será tratado con toda consideración y respeto, como Jefe de Estado.

Esta será una oportunidad para que el Presidente de los Estados Unidos aprecie directamente una nación enfrascada en su desarrollo económico y social, y en el mejoramiento del bienestar de sus ciudadanos. Este pueblo disfruta derechos y puede exhibir logros que constituyen una quimera para muchos países del mundo, a pesar de las limitaciones que se derivan de su condición de país bloqueado y subdesarrollado, lo cual le ha merecido el reconocimiento y el respeto internacionales.

Personalidades de talla mundial como el Papa Francisco y el Patriarca Kirill describieron a esta isla, en su declaración conjunta emitida en La Habana en febrero, como "un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo". El presidente francés, François Hollande afirmó recientemente que "Cuba es respetada y escuchada en toda América Latina" y elogió su capacidad de resistencia ante las más difíciles pruebas. El líder sudafricano Nelson Mandela tuvo siempre para Cuba palabras de profundo agradecimiento: "Nosotros en África"dijo en Matanzas, el 26 de julio de 1991" estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo (como el cubano) que se haya alzado en defensa de uno de nosotros".

Obama se encontrará con un país que contribuye activamente a la paz y la estabilidad regional y mundial, y que comparte con otros pueblos no lo que le sobra, sino los modestos recursos con que cuenta, haciendo de la solidaridad un elemento esencial de su razón de ser y del bienestar de la humanidad, como nos legara Martí, uno de los objetivos fundamentales de su política internacional.

También tendrá la ocasión de conocer a un pueblo noble, amistoso y digno, con un alto sentido del patriotismo y la unidad nacional, que siempre ha luchado por un futuro mejor a pesar de las adversidades que ha tenido que enfrentar. El presidente de los Estados Unidos será recibido por un pueblo revolucionario, con una profunda cultura política, que es resultado de una larga tradición de lucha por su verdadera y definitiva independencia, primero contra el colonialismo español y después contra la dominación imperialista de los Estados Unidos; una lucha en la que sus mejores hijos han derramado su sangre y han asumido todos los riesgos. Un pueblo que nunca claudicará en la defensa de sus principios y de la vasta obra de su Revolución, que sigue sin vacilación el ejemplo de Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Antonio Maceo, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Antonio Guiteras y Ernesto Che Guevara, entre muchos otros.

Este también es un pueblo al que lo unen lazos históricos, culturales y afectivos con el estadounidense, cuya figura paradigmática, el escritor Ernest Hemingway, recibió el Nobel de Literatura por una novela ambientada en Cuba. Un pueblo que muestra gratitud hacia aquellos hijos de los Estados Unidos que, como Thomas Jordan[1], Henry Reeve, Winchester Osgood[2] y Frederick Funston[3], combatieron junto al Ejército Libertador en nuestras guerras por la independencia de España; y a los que en época más reciente se opusieron a las agresiones contra Cuba, desafiaron el bloqueo, como el Reverendo Lucius Walker, para traer su ayuda solidaria a nuestro pueblo, y apoyaron el regreso a la Patria del niño Elián González y de nuestros Cinco Héroes. De Martí aprendimos a admirar a la patria de Lincoln y a repudiar a Cutting[4].

Vale recordar las palabras del Líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 11 de septiembre de 2001, cuando afirmó: "Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quizás, precisamente por su cultura y por su falta de complejos, al sentirse plenamente libre, con patria y sin amo, Cuba sea el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto" y ellos se percatan de eso" a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro país".

Este es el pueblo que recibirá al presidente Barack Obama, orgulloso de su historia, sus raíces, su cultura nacional y confiado en que un futuro mejor es posible. Una nación que asume con serenidad y determinación la etapa actual en las relaciones con los Estados Unidos, que reconoce las oportunidades y también los problemas no resueltos entre ambos países.

La visita del Presidente de los Estados Unidos será un paso importante en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales. Hay que recordar que Obama, como lo hizo antes James Carter, se ha propuesto, desde el ejercicio de sus facultades presidenciales, trabajar para normalizar los vínculos con Cuba y, en consecuencia, ha realizado acciones concretas en esta dirección.

Sin embargo, para llegar a la normalización queda un largo y complejo camino por recorrer, que requerirá de la solución de asuntos claves que se han acumulado por más de cinco décadas y que profundizaron el carácter confrontacional de los vínculos entre los dos países. Tales problemas no se resolverán de la noche a la mañana, ni con una visita presidencial.

Para normalizar las relaciones con los Estados Unidos será determinante que se levante el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca privaciones al pueblo cubano y es el principal obstáculo para el desarrollo de la economía de nuestro país.

Debe reconocerse la posición reiterada del presidente Barack Obama de que el bloqueo tiene que ser eliminado y sus llamados al Congreso para que lo levante. Este es también un reclamo mayoritario y creciente de la opinión pública estadounidense, y casi unánime de la comunidad internacional, que en 24 ocasiones consecutivas ha aprobado en la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución cubana "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba".

El mandatario estadounidense ha adoptado medidas para modificar la aplicación de algunos aspectos del bloqueo, que son positivas. Altos funcionarios de su gobierno han dicho que están en estudio otras. Sin embargo, no ha sido posible implementar una buena parte de las medidas, por su alcance limitado, por la persistencia de otras regulaciones y por los efectos intimidatorios del bloqueo en su conjunto, que ha sido aplicado duramente por más de cincuenta años.

Resulta paradójico que, por una parte, el gobierno tome medidas y que, por otra, arrecie las sanciones contra Cuba, que afectan la vida cotidiana de nuestro pueblo.

La realidad sigue mostrando que el bloqueo se mantiene y se aplica con rigor y con un marcado alcance extraterritorial, lo cual tiene efectos disuasivos para las empresas y los bancos de los Estados Unidos y de otros países. Ejemplo de ello son las multas multimillonarias que se continúan imponiendo a compañías y entidades bancarias estadounidenses y de otras nacionalidades por relacionarse con Cuba; la denegación de servicios y el cierre de operaciones financieras de bancos internacionales con nuestro país; y la congelación de transferencias legítimas de fondos hacia y desde Cuba, incluso en monedas distintas al dólar estadounidense.

El pueblo de Cuba espera que la visita del mandatario estadounidense consolide su voluntad de involucrarse activamente en un debate a fondo con el Congreso para el levantamiento del bloqueo y que entretanto, continúe haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas para modificar tanto como sea posible su aplicación, sin necesidad de una acción legislativa.

Otros asuntos que son lesivos a la soberanía cubana también tendrán que ser resueltos para poder alcanzar relaciones normales entre los dos países. El territorio ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo, en contra de la voluntad de nuestro gobierno y pueblo, tiene que ser devuelto a Cuba, cumpliendo el deseo unánime de los cubanos desde hace más de cien años. Deben ser eliminados los programas injerencistas dirigidos a provocar situaciones de desestabilización y cambios en el orden político, económico y social de nuestro país. La política de "cambio de régimen" tiene que ser definitivamente sepultada.

Asimismo, debe abandonarse la pretensión de fabricar una oposición política interna, sufragada con dinero de los contribuyentes estadounidenses. Tendrá que ponérsele término a las agresiones radiales y televisivas contra Cuba en franca violación del Derecho Internacional y al uso ilegítimo de las telecomunicaciones con objetivos políticos, reconociendo que el fin no es ejercer una determinada influencia sobre la sociedad cubana, sino poner las tecnologías en función del desarrollo y el conocimiento.

El trato migratorio preferencial que reciben nuestros ciudadanos, en virtud de la Ley de Ajuste Cubano y de la política de pies secos-pies mojados, causa pérdidas de vidas humanas y alienta la emigración ilegal y el tráfico de personas, además de generar problemas a terceros países. Esta situación debe ser modificada, como habría que cancelar el programa de "parole" para profesionales médicos cubanos, que priva al país de recursos humanos vitales para atender la salud de nuestro pueblo y afecta a los beneficiarios de la cooperación de Cuba con naciones que la necesitan. Asimismo, debe cambiarse la política que pone como condición a los atletas cubanos romper con su país para poder jugar en las Ligas de los Estados Unidos.

Estas políticas del pasado son incongruentes con la nueva etapa que el gobierno de los Estados Unidos ha iniciado con nuestro país. Todas son anteriores al presidente Obama, pero él podría modificar algunas de ellas por decisión ejecutiva y otras eliminarlas totalmente.

Cuba se ha involucrado en la construcción de una nueva relación con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y comprometida con sus ideales de justicia social y solidaridad. Nadie puede pretender que para ello, tengamos que renunciar a uno solo de sus principios, ceder un ápice en su defensa, ni abandonar lo proclamado en la Constitución: "Las relaciones económicas, diplomáticas con cualquier otro Estado no podrán jamás ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera".

No se puede albergar tampoco la menor duda respecto al apego irrestricto de Cuba a sus ideales revolucionarios y antimperialistas, y a su política exterior comprometida con las causas justas del mundo, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el tradicional apoyo a nuestros países hermanos.

Como expresó la última Declaración del Gobierno Revolucionario, es y será inamovible nuestra solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela, el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro y el pueblo bolivariano y chavista, que lucha por seguir su propio camino y enfrenta sistemáticos intentos de desestabilización y sanciones unilaterales establecidas por la Orden Ejecutiva infundada e injusta de marzo de 2015 que fue condenada por América Latina y el Caribe. La notificación emitida el pasado 3 de marzo prorrogando la llamada "Emergencia Nacional" y las sanciones, es una intromisión directa e inaceptable en los asuntos internos de Venezuela y en su soberanía. Aquella Orden debe ser abolida y esto será un reclamo permanente y firme de Cuba.

Como señalara el General de Ejército Raúl Castro, "no renunciaremos a nuestros ideales de independencia y justicia social, ni claudicaremos en uno solo de nuestros principios, ni cederemos un milímetro en la defensa de la soberanía nacional. No nos dejaremos presionar en nuestros asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano con grandes sacrificios y al precio de los mayores riesgos".

Llegamos hasta aquí, reiteramos una vez más, por la defensa de nuestras convicciones y porque nos asiste la razón y la justicia.

Cuba ratifica su voluntad de avanzar en las relaciones con los Estados Unidos, sobre la base de la observancia de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno de la región, que incluyen el respeto absoluto a su independencia y soberanía, el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural sin injerencias de ninguna forma; la igualdad y la reciprocidad.

Cuba reitera a su vez, plena disposición a mantener un diálogo respetuoso con el Gobierno de los Estados Unidos y a desarrollar relaciones de convivencia civilizada. Convivir no significa tener que renunciar a las ideas en las cuales creemos y que nos han traído hasta aquí, a nuestro socialismo, a nuestra historia, a nuestra cultura.

Las profundas diferencias de concepciones entre Cuba y los Estados Unidos sobre los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial, entre otros, persistirán.

Cuba defiende la indivisibilidad, interdependencia y universalidad de los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Estamos convencidos que es obligación de los gobiernos defender y garantizar el derecho a la salud, la educación, la seguridad social, el salario igual por trabajo igual, el derecho de los niños, así como el derecho a la alimentación y al desarrollo. Rechazamos la manipulación política y el doble rasero sobre los derechos humanos, que deben cesar. Cuba, que se ha adherido a 44 instrumentos internacionales en esta materia, mientras que los Estados Unidos solo han suscrito 18, tiene mucho que opinar, que defender y que mostrar.

De lo que se trata en nuestros vínculos con los Estados Unidos, es que ambos países respeten sus diferencias y creen una relación basada en el beneficio de ambos pueblos.

Independientemente de los avances que se puedan alcanzar en los vínculos con los Estados Unidos, el pueblo cubano seguirá adelante. Con nuestros propios esfuerzos y probada capacidad y creatividad, continuaremos trabajando por el desarrollo del país y el bienestar de los cubanos. No cejaremos en la demanda por el levantamiento del bloqueo que tanto daño nos ha hecho y hace. Persistiremos en llevar adelante el proceso de actualización del modelo económico y social que hemos elegido, y de construcción de un socialismo próspero y sostenible para consolidar los logros de la Revolución.

Un camino soberanamente escogido y que seguramente será ratificado en el VII Congreso del Partido Comunista, con Fidel y Raúl en la victoria.

Esta es la Cuba que dará respetuosa bienvenida al presidente Obama.

[1] Mayor General, Jefe del Estado Mayor del Ejército Libertador (1869).


[2] Comandante. Cayó en combate en el sitio a Guáimaro, el 28 de octubre de 1896.

[3] Coronel artillero, a las órdenes de Calixto García.

[4] Personaje que en 1886 atizó el odio y la agresión contra México.

Respuesta  Mensaje 28 de 43 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/06/2017 09:21
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No al bloqueo contra Cuba

El Departamento norteamericano del Tesoro impuso durante el tiempo transcurrido hasta hoy de 2017 cuatro multas a empresas de su país y foráneas por supuestas violaciones al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. La última víctima de esa política, de más de 55 años de duración, fue la compañía estadounidense de seguros American Internacional Group (AIG) »



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