Un
cóctel preocupante de pobreza, inseguridad, riesgo alimentario, empleo
precario y déficit de viviendas envuelve a gran parte de los 12,8
millones de personas que viven en el área metropolitana de Buenos Aires,
formada por la Capital Federal y 30 municipios aledaños.
Así lo refleja un informe presentado ayer por Cáritas, el
brazo social de la Iglesia, y el Observatorio de la Deuda Social
Argentina, que advierte que el 34,9% de la población, unos 4,4 millones
de personas en esa área metropolitana, vive bajo la línea de pobreza.
El índice duplica la medición del Indec, para la cual es
pobre el 15,2% de los habitantes, dato mencionado en el informe. La
diferencia se explica porque mientras que el cálculo oficial toma un
ingreso de una familia tipo de 1250 pesos por mes para acceder a la
canasta básica, la investigación presentada en la Universidad Católica
Argentina (UCA) considera que el ingreso familiar debe ser de $ 2150
mensuales.
La investigación se basa en una muestra de 1722 hogares y
se conoce tres semanas después de las elecciones. Más allá de la
medición de la pobreza, señala preocupantes indicadores sociales en una
región que reúne al 32% de la población del país y produce cerca del 40%
del PBI nacional.
"No queremos entrar en una polémica sobre si hay más o
menos pobres. Queremos asistirlos y promover que haya mejores
condiciones de vida. Y que esta investigación sirva a las autoridades
para que sustenten sus políticas y diseñen acuerdos de Estado, que
permitan disminuir francamente la pobreza", dijo el licenciado Agustín
Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, al
presentar el informe.
La difusión del relevamiento ratifica la decisión de la
Iglesia de poner el ojo en la situación social, más allá del cambio de
autoridades en el Episcopado y del reciente gesto de acercamiento que
tuvo el nuevo presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo,
al reunirse la semana última con la presidenta Cristina Kirchner.
De acuerdo con los resultados del estudio, realizado a
partir de la inquietud de Cáritas por tener información detallada y real
de los indicadores sociales más importantes, el 10,8% de la población
de esa zona (1,2 millones de personas) reside en villas o asentamientos
precarios. Algunos datos registran una amplia brecha entre la ciudad de
Buenos Aires y el conurbano: el 46,4% de la gente no tiene acceso a
cloacas (59,3% en el Gran Buenos Aires y sólo el 2,7% en la Capital) y
el 25,2% habita en lugares próximos a basurales (28,8% en la provincia y
13,1 en la ciudad autónoma).
En todos los distritos, en cambio, es uniforme la
preocupación por la inseguridad. El 54,7% de la gente considera que vive
sin protección policial, uno de cada tres personas mayores de 18 años
(29,3%) fue víctima de un delito en el último año y el 68% tiene miedo a
ser víctima de un hecho delictivo en su barrio, con similares
proporciones en la Capital y en los municipios bonaerenses.
"En la grave crisis de 2001, los números eran muy
superiores. Se hizo mucho y todavía falta más, pero se mantienen
proporciones muy altas", afirmó Salvia.
Explicó, por ejemplo, que la pobreza no sólo tiene que
ser medida por los niveles de ingreso, sino también por la capacidad de
las familias para atender distintas demandas.
El estudio, cuyo trabajo de campo se realizó en el último
trimestre de 2010, analiza en seis capítulos distintos indicadores
sociales, como la vivienda y los recursos del hábitat urbano; la
satisfacción de necesidades de subsistencia; la exclusión laboral,
déficit escolar y trabajo infantil; el capital humano, integración
social y seguridad; la confianza en las instituciones y la integración a
través del trabajo y la seguridad social.
Según los resultados, el 16,13% de la gente vive en
riesgo alimentario, una categoría que incluye a quienes padecieron
situaciones de hambre en el último año. Uno de cada cuatro personas
(24,7%) no tiene cobertura médica y el 22,6% dejó de pagar las cuentas,
una proporción que está llamada a crecer en lo inmediato, con las
recientes medidas oficiales que impactarán en el costo de los servicios
públicos.
Sólo el 15,1% de los encuestados declaró tener capacidad
de ahorro y el 36,7% (42,3% en el conurbano) consideró insuficientes sus
ingresos.
En una región marcada por las fuertes desigualdades, los
promedios esconden realidades extremas muy preocupantes. Por ejemplo, el
34,9% de personas castigadas por la pobreza trepa al 42,3% en la zona
oeste del conurbano bonaerense y al 40,9% en los municipios del Sur.
Pese a la intensiva publicidad oficial, la aplicación de
planes sociales aún no muestra impactos reales en algunos campos. Por
ejemplo, el 9,3% de los adolescentes de 13 a 17 años no asiste a la
escuela y el 25,6% no concurre o está atrasado en el trayecto escolar.
En algunos casos, los números reflejan situaciones de
extrema gravedad, que ponen en evidencia la ausencia del Estado. Por
ejemplo, el 29% de los encuestados señaló que conocía "dónde se vende
droga en el barrio".
Acompañaron a Salvia en la presentación del informe los
directores de Cáritas de Buenos Aires, Daniel Gassmann, y de Lomas de
Zamora, Marcelo Dallorso, quienes insistieron en la necesidad de pensar
más allá de la urgencia y emprender "políticas de mayor integración
social". El padre Emilio Gabrielli, vicepresidente de Cáritas San
Isidro, valoró la acción coordinada de las organizaciones de la sociedad
civil y llamó, no sólo a asistir a los que lo necesitan ayuda
inmediata, sino a combatir las causas profundas de la marginación..