● CD ●» Diosa Athena

**Mientras las colosales nubes se desplazan libremente por el firmamento griego, pequeñas gotas de agua caen sin cesar, humedeciendo los senderos que conforman el Santuario de Athena, donde únicamente unos cuantos rayos lumínicos provenientes del astro rey alcanzan a atravesar el grosor de la nubosidad que se empeña en restarle majestuosidad a la alborada, siendo el foco de atención el décimo cuarto recinto, donde sobre la explanada se levanta una magnánima construcción honorífica a la Deidad de la Tierra, la paz y la justicia, cuya reencarnación se mantiene completamente erguida, a unos metros de la misma, luciendo un sencillo vestido blanco que se adapta a su figura delgada, mientras que sus largos cabellos violáceos se mantienen en caída como la gravedad misma lo ordena, gracias a la humedad que se ha refugiado en su cuerpo, más sin embargo, el rostro de la infanta se mantiene sereno, sus iris esmeralda refugian una paz desbordante al tiempo que observa los nublados cielos, siendo unas pequeñas partículas doradas las que comiencen a emanar desde lo más recóndito de su alma, multiplicándose con rapidez, creando una bella aura celestial que delinea su silueta, evitando a su vez que el agua llegue a su cuerpo, mientras que sus ojos, se cierran con prudencia, en un momento de meditación y concentración consigo misma... “Mis queridos caballeros, nobles guerreros que siempre han luchado contra las peores adversidades, con la finalidad de defender a este planeta de los maléficos planes de quienes desean apoderarse de él...” comenta en su interior, siendo su propia energía la que propague sus palabras de manera omnipresente, al tiempo que la misma, va esparciéndose por todo el santuario... “Hoy una vez más, hay alguien que desea la destrucción de lo que todos conocemos, y por lo que todos luchamos...” continúa, mientras sus manos se elevan a la altura de su pecho, entrelazándose a manera de plegaria... “Es por ello, que una vez más, debemos luchar por nuestro ideales... y detener al Emperador Poseidón, quien desea la extinción de la raza humana... me duele, el hecho de tener que pedirles que se levanten en armas, sabiendo que pudieran ser lastimados” continúa mientras su rostro desciende levemente, siendo sus cabellos los que creen una sombra que complementa su tez... “Más, siempre he de velar por ustedes y mantenerme a su lado...” finaliza, siendo su energía pura y cálida, la que se despliegue en un sin fin de partículas por todo el santuario, siendo su cometido el de transmitir el mensaje a sus fieles, además, de su apoyo y amor infinito que los respalda...**