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 UNA LEY NUEVA: LA DEL AMOR!!! 
 Dime que te cuento y te diré que aprendes Padre Marcelo Rivas Sánchez 
 Una ley nueva: El amor  Dios todopoderoso y eterno aumenta nuestra fe,  
esperanza y caridad y para conseguir tus  
promesas concédenos amar tus preceptos. 
 Por nuestro Señor Jesucristo… 
  
Érase una vez un escultor a quien un obispo  
le había encargado una estatua para la catedral. 
 Cuando llegó el día de entregarla el escultor  
se sentía mal no estaba satisfecho de su trabajo 
 y no le gustaba su estatua. 
 Llamó a su ayudante para que le  
ayudara a transportarla y le dijo:  
ya tenía ganas de quitarme de encima este muerto. 
 Su ayudante de mal humor miró para otro lado. 
 Entonces el escultor recordó las veces  
que le había maltratado e insultado  
durante el trabajo. 
 Éste le pidió perdón y el viaje  
hasta la catedral se hizo más agradable. 
 En el camino se encontró con su mujer  
que le miró con desprecio y no quería 
 viajar con ellos.  
Pero el escultor con humildad le pidió perdón  
y ella con una sonrisa se lo dio y  
se sentó junto a su marido. 
 Más adelante se encontró con el cantero  
que le había vendido la piedra para hacer la estatua. 
 El cantero le miró con ira porque  
no le había pagado a pesar de sus promesas. 
 El escultor se disculpó una vez más  
y pagó su deuda y viajó con ellos a la catedral. 
 Cuando llegaron a la catedral la mujer del escultor 
 invitó al obispo para que viera la estatua  
mientras el escultor su ayudante y el cantero 
 la descargaban.  
Cuando la descubrieron todos se maravillaron 
 de su extraordinaria belleza. 
 El más sorprendido fue el escultor  
y es que cada vez que pedía perdón  
y se reconciliaba la estatua 
 se hacía más hermosa. 
  
La ley del amor se centra en la misericordia  
de Dios para con todos y así quiere Dios 
 que nos tratemos y nos comportemos  
unos para con otros. 
  Dios no mando al hombre a pecar. 
 Más bien le introduce en el mundo 
 para que sea feliz viendo a los demás felices.  
Por eso el Salmo 118 nos repite sin cansarse: 
 “Dichoso quien camina en el Señor” 
  
Ninguno puede culpar a Dios de nuestras  
malas decisiones de los pecados que cometemos. 
 Si quieres puedes guardar los mandamientos 
 actuar con fidelidad es cuestión 
 de tu propia elección. 
 No podemos culpar a Dios.  
Dios coloca delante de nosotros vida y muerte 
 nosotros tendremos que elegir. 
 Elegir la muerte significa elegir la idolatría 
 en sus mil formas adorar las criaturas.  
Somos muchos los que elegimos sendas equivocadas 
 contrarias al amor y por  
eso andamos en el desastre. 
 Traiciones,vagabunderías,mentiras,robos… 
  
Hoy Jesús nos habla y lo hace a lo más profundo  
del corazón.  
Allí donde solamente los sabe  
Dios y nuestra conciencia. 
 Habla del interior de donde sale todo  
lo malo o todo lo bueno. 
 Quiere entrar en nosotros y cortar de raíz 
 la actividad inmoral liberarnos del pecado  
interior para eliminar el pecado exterior.   |