(una poesía romántica)

  ¡Que bella es la tarde, sol y cielo

que dulce es la calma en el jardín!

  Todo es perfecto. En la insondable maravilla

que causas y efectos entretejen

no hay una rueda, aguja, manecilla

sobrante en el reloj del Universo.

  Todo es perfecto, lo es la calma y lo es mi pena.

Este día estaba previsto y necesario

como el día en que te vi la vez primera.

Como el día en que te dije que te amaba.

  Como el día en que cerrabas con tus labios

las heridas que el destino cruel abriera;

como el día en que decías en mis brazos

que en mis ojos se encerraba el mundo entero.

 Todo es perfecto. El día que te fuiste

y me dijiste: “ya todo ha terminado”,

ya estaba en la mano de la suerte

desde antes de que hubiéramos nacido.

  Quién sabe si en otros tiempos, en otros climas

no nos viera pasear la esquiva luna;

y si ya te hubiera susurrado en el oído

que es tu boca más bella que ninguna.

Todo es perfecto.

Hay ya solo una pena que no ahuyento

ni siquiera con saber que es egoísmo.

¡Oh, si existiera el amor en algún huerto

para que su luz haga florecer la herida!

Entonces, con la sonrisa que hoy no encuentro

te volvería a ofrecer la última rosa...

y besarte en los ojos tantas veces

y decirte al oído tantas cosas.

besos marieclair