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·´¯`·­»No estamos solos«­·´¯`·: żMensajes Del Espacio?
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De: Sol Solgraficos  (Mensaje original) Enviado: 14/03/2010 13:45

Ovnis, żRealidad O Paranoia Colectiva?

Hemosde creer en los Ovnis? Sólo los escépticos más empedernidos pueden sostener todavía que los Ovnis no existen. Pero żhasta qué punto son reales? Sin duda debe haber más de una respuesta.

   
 
Flota de platillos volantes vista por Kenneth Arnold, el 24 de Junio de 1947.

«Volaban como platitos que se hubieran hecho rebotar sobre el agua.» Así describió Kenneth Arnold, hombre de negocios y experimentado piloto norteamericano, los insólitos objetos voladores que había visto el 24 de junio de 1947, cuando sobrevolaba la costa Oeste de Estados Unidos. Los periodistas recogieron esta expresión y, desde entonces, el término de «platillo volante» se aplicaba al fenómeno de los Ovnis. Esta palabra constituye la abreviatura más común en castellano de la expresión Objetos Voladores No Identificados (en inglés suele abreviarse UFO: Unidentified Flying Object).

Este ridículo apelativo ha contribuido al recelo que demuestran los sabios "oficiales". sólo algunos se han tomado la molestia de efectuar investigaciones sobre este curioso fenómeno, sin duda el más extrańo de nuestra época. Pero incluso el que sea "de nuestra época" se halla sujeto a controversias: mucha gente afirma, que los 0vnis han venido siguiendo a la humanidad desde el principio de su historia.

Hayan o no existido los Ovnis en el pasado, es innegable que las observaciones de 0vnis han proliferado de manera asombrosa durante los últimos treinta ańos. Este hecho parece estar relacionado con los primeros pasos del hombre en el campo de la exploración espacial, y dicha relación es sin duda un dato importante a la hora de intentar explicar el fenómeno de los Ovnis.

La estimación de la cifra total de las observaciones de Ovnis varía en unas proporciones tan considerables que pierde todo significado. Mucho más útiles son las apariciones de Ovnis que figuran en los informes y catálogos publicados por organismos de investigación especializados, y en los que cada "encuentro" suele aparecer una vez verificado y certificado por los investigadores responsables. Sin embargo, żcuántos no han sido comunicados o examinados de manera rigurosa? A principios de los ańos setenta, los investigadores intentaron establecer relaciones de todos los casos de aterrizajes de Ovnis seńalados en diferentes países: en Estados Unidos se registraron 923.

żSon reales los Ovnis en la misma medida en que decimos que son reales los cohetes espaciales? La prueba más segura sería tener alguno a nuestra disposición. Según ciertos rumores insistentes, esto habría ocurrido en algunos países; el gobierno de Estados Unidos habría capturado un Ovni, y mantendría el hecho en el más absoluto secreto. Pero esto no es más que una conjetura, a pesar de los juramentos que han formulado pretendidos testigos. De hecho, la hipótesis de una intervención -o de una no intervención- gubernamental es otro aspecto fascinante de la controversia sobre los Ovnis.

A falta de un Ovni "real" que pudiéramos tocar y examinar, existen muchísimas "pruebas" de la realidad del fenómeno, en forma de fotografías y algunas películas. La mayoría de estos documentos son, sin lugar a dudas, falsos; incluso cuando los presentan personas aparentemente de buena fe, son tan borrosos, tomados de tan lejos o tan ambiguos que no hacen más que agregar una nueva dimensión al problema: żpor qué, si los Ovnis existen, no hemos obtenido mejores pruebas fotográficas, en una época en que tanta gente tiene la costumbre de llevar siempre consigo cámaras fotográficas o videocámaras?

Entre las pruebas más sólidas que poseemos acerca de este fenómeno, hay que examinar los efectos causados por los Ovnis sobre el en torno, el paisaje y los objetos, y en particular sobre los motores.

A media mańana del día 24 de mayo de 1974, don Demetrio Carrascosa, de 53 ańos, vecino de San Clemente (Cuenca, Espańa), viajaba en su motocicleta por las cercanías del río Rus, cuando de pronto avistó un objeto con forma de limón. Media unos 4 m de longitud y unos 3 m de altura, y el cuerpo del aparato se apoyaba en tres o cuatro patas que lo mantenían a unos dos metros por encima del suelo. El seńor Carrascosa intentó acercarse para verlo mejor, pero el objeto se elevó rápidamente, emitiendo un ruido silbante. Las ondas expansivas de sus violentas rotaciones hacían que saltasen piedras y pedazos de tierra. Entre los rastros que dejó se encontraron plantas marchitas, agujeros en el suelo y piedras calcinadas que, aparentemente, habían soportado una temperatura de más de 2.000 °C.

De modo semejante, en noviembre de 1976, un camión y un coche que circulaban en sentido contrario en una carretera de Hampshire (Gran Bretańa) se averiaron simultáneamente cuando un objeto bastante voluminoso y en forma de huevo se interpuso entre ambos. La policía e incluso el Ministerio de Defensa investigaron este incidente, pero nunca se dio una explicación oficial. Casos como éstos pueden desconcertar a los investigadores, pero una cosa es cierta: si pueden producir efectos físicos, sin duda los Ovnis deben tener una realidad física.

Asimismo, si los Ovnis son objetos físicos, deben provenir de algún lado. Cuando se observaron los primeros (de este siglo), en los ańos cuarenta, se supuso que tenían origen terrestre. Los norteamericanos pensaron que se trataba de aparatos secretos soviéticos, quizá perfeccionados gracias a los conocimientos aportados por los científicos alemanes que habían caído prisioneros al finalizar la segunda guerra mundial. Pero, dado que se observaban aparatos idénticos en todo el mundo, se hizo evidente que ninguna nación terrestre podía ser su artífice.

Surgieron también otras teorías ingeniosas, pero siempre carentes de pruebas. Así, se pretendió que venían del Himalaya, que desde siempre gozaba fama de ser cuna de un saber misterioso, o bien de la Antártida, con sus inmensas regiones todavía inexploradas y de condiciones climáticas anormales. Sin embargo, los interesados en el fenómeno Ovni empezaron a poner sus miradas más allá de la Tierra, espoleados por el hecho de que nuestro propio programa de exploración espacial estaba en sus inicios. La humanidad empezaba a interesarse activamente por los mundos más allá del nuestro, y parecía razonable pensar que otras civilizaciones dotadas de una tecnología igual o superior a la muestra pudieran manifestar un interés parecido por nosotros.

No obstante, aunque el número de fuentes potenciales de vida en el Universo sea virtualmente infinito, la probabilidad de que exista una civilización con un estado de desarrollo tal que le permita efectuar viajes espaciales es ínfima. Resulta desalentador el hecho de que no se haya descubierto ninguna prueba irrefutable para sostener la hipótesis del origen extraterrestre de los Ovnis: es la mejor explicación que poseemos, pero no pasa de ser una especulación

 

żMensajes Del Espacio?

Hoy se admite generalmente que los Ovnis  plantean un problema no sólo al astrónomo y al físico, sino también al sabio "ortodoxo", con lo cual el estudio global de este tema requiere hasta cierto punto un enfoque interdisciplinar: los psicólogos confirman que la respuesta de un individuo frente a este fenómeno viene condicionada por su perfil psicológico, mientras que el sociólogo relaciona estas respuestas con los modelos culturales; el antropólogo seńala ciertos paralelismos con mitos y creencias tradicionales, mientras que el parapsicólogo destaca que las observaciones de Ovnis a menudo van acompańadas de manifestaciones psíquicas, como la precognición y el fenómeno poltergeist. Esto último se aplica particular mente a los casos de "encuentros", cuando el observador afirma haber entrado en contacto y haberse comunicado con los ocupantes de un Ovni. Estas entidades suelen ser descritas como criaturas extraterrestres, diferentes de nosotros, y que a menudo se presentan como embajadores de una potencia intergaláctica; su finalidad es observar a los seres humanos, prevenirles contra la inadecuada utilización de los recursos terrestres y hacerles llegar mensajes de amistad procedentes de una Fraternidad cósmica. 

Si sólo se hubieran registrado uno o dos casos de dichos "encuentros", podríamos descartarlos como productos de una fantasía desbordante; pero existen cientos de casos idénticos en los dossiers. Si se pudiera demostrar la autenticidad de uno solo de estos casos, con las pruebas necesarias, la cuestión de los Ovnis contaría con una base sólida, y merecería la atención de los científicos. Pero, en todos y cada uno de los casos, los interrogantes no han sido totalmente desvelados: żse ha producido realmente el encuentro, o se trata de una simple invención, de una falsificación? Las hipótesis van desde el "lavado de cerebro" realizado por invasores extraterrestres hasta la posibilidad de una invención propiciada por la CIA...

Es casi seguro que los Ovnis existen, tanto en el plano físico como en el psicológico; no obstante, debemos reconocer que, incluso si son reales, no son lo que parecen. El misterio de los Ovnis encierra esta paradoja.

 

Las Fotos de Rex Heflin

 

as observaciones de OVNIS pueden tomarse en serio si satisfacen dos criterios: que sus testigos sean fidedignos y que sean confirmadas por testimonios independientes. Sin embargo, aquí presentamos un informe que presenta unos cuantos cabos sueltos, aunque fue hecho por un policía de carreteras responsable y llega apoyado por algunas de las mejores fotos de OVNIS que se hayan tomado... si es que son auténticas.

   
 
Foto ampliable con detalles

Foto 1 tomada por Rex Heflin del OVNI que vio cerca de Santa Ana, California.

Una de las series de fotografías más impresionantes de un supuesto OVNI es la que tomó el seńor Rex Heflin a las 12.38 (hora de verano) del 3 de agosto de 1965, en la carretera de Myford, cerca de la autopista de Santa Ana, en las afueras de Los Ángeles, California (EE.UU.). Heflin, que era agente de policía desde hacía cuatro ańos, trabajaba en el Departamento de Tráfico del condado de Orange en el momento en que tomó las fotos.

En su informe Heflin declaró que alrededor de las 11.30 de la mańana del 3 de agosto, su camión estaba aparcado mirando al nor-noreste a un lado de la carretera de Myford, a la vista del empalme con la autopista de Santa Ana. Intentaba ponerse en contacto por radio con el supervisor de mantenimiento de carreteras, para informar que las ramas de un árbol obstruían la visión de una seńal de cruce ferroviario, cuando de pronto la radio del camión dejó de funcionar.

Inmediatamente vio lo que al principio creyó un avión, que se acercaba desde la izquierda (nor-noroeste); pero unos instantes después se dio cuenta de que era un disco con una cúpula.

Foto 2. El objeto ha cruzado la carretera de Myford; cambió bruscamente de dirección antes de que se tomara la foto 3.

Foto 2

Cogió su cámara Polaroid modelo 101, que forma parte del equipo de los policías de tráfico del condado de Orange, y tomó la primera fotografía, a través del parabrisas del camión. Heflin dijo que el objeto se movía lentamente, trazando un arco sobre la carretera. Tomó la segunda foto, también a través del propio parabrisas. Tomó la tercera justo antes de que el OVNI, que se había «estremecido» una o dos veces, se elevara y acelerara, trazando un amplio arco más allá de la autopista, dirigiéndose hacia el noroeste. Cuando se le preguntó si la parte inferior del OVNI parecía tener marcas, aberturas o rastros de equipo de aterrizaje, Heflin replicó:

"ˇNo! Lo único que vi en la parte inferior de la nave fue un rayo de luz blanca que surgía del centro y trazaba un círculo que Ilegaba al borde exterior de la nave. El movimiento era algo parecido al barrido del rayo de la pantalla del radar. Súbitamente, la nave desapareció, dejando en el aire un anillo de humo o vapor."

Heflin dijo que avanzó con el camión por la carretera, se bajó y lo fotografió antes de que desapareciera.

Foto ampliable con detalles

Foto 3

El testigo volvió a su camión y descubrió que la radio volvía a funcionar. Esa misma tarde, al acabar su turno, volvió a la oficina y enseńó a sus colegas las fotos. El informe Condon comenta que, en los primeros días después de la observación, Heflin permitió a muchos de sus amigos que hicieran copias de las fotos: «El tiempo iba pasando, y aparentemente se iban haciendo más copias de las fotos, para los amigos de los amigos, hasta que toda Santa Ana quedó saturada de fotos del OVNI".

Uno de estos amigos de Heflin, después de pedirle autorización, envió copias a la revista Life. Según el informe de la comisión Condon, fueron rechazadas por «ser demasiado discutibles», aunque eran «las mejores que ha visto Life hasta ahora».

El periódico local, el Santa Ana Register, se enteró de la observación de Heflin; lo localizó y le pidió que le enseńara las fotografías. Éstas provocaron mucho interés y se hicieron ampliaciones, que se «recortaron» para su publicación; la primera fotografía apareció en un artículo del Santa Ana Register el 20 de septiembre de 1965.

Ni que decir tiene que a Rex Heflin le pidieron copias de sus fotografías numerosos grupos de interesados a investigadores; lo curioso es que no pudo proporcionar las copias originales. Afirmaba que los negativos que había utilizado el Register se habían sacado de las fotos Polaroid originales, y que él estaba presente cuando se hicieron las ampliaciones, pero el periódico insistió en que sus fotos se habían tomado de copias de Polaroid.

Foto ampliable con detalles

Foto 4

A partir de aquel momento un nuevo misterio envolvió el asunto, ya que Heflin afirmó haber entregado las fotos originales a un hombre con credenciales que había declarado ser miembro del Departamento de Defensa Aérea Norteamericano (NORAD). Desgraciadamente, Heflin no solicitó un recibo por sus fotografías, y afirma que no llegaran a devolvérselas nunca.

Unos meses después, la NORAD negó haber intervenido en el incidente y, según el Orlando Sentinel, periódico de Florida, el coronel George P. Freeman, portavoz del Pentágono para el proyecto Blue Book, afirmó que otros «hombres misteriosos» habían entrevistado y «silenciado» a testigos de OVNIS de otros Estados por procedimientos similares, afirmando que pertenecían a la NORAD o a otros organismos del gobierno.

Un ambiente de confusión y especulación rodeaba a las fotos de Heflin. Pero en abril de 1969 se arrojó nueva luz sobre el tema cuando el ingeniero aeroespacial John R. Gray, que había participado en el programa espacial Apolo, publicó en la Flying Saucer Review un estudio que apoyaba considerablemente las afirmaciones de Heflin.

Imagen ampliable con detalles

Dibujo del trayecto del OVNI fotografiado por Rex Heflin.

Trabajando con una ampliación sin recortar de la primera foto (que mostraba, en la carretera, la sombra del poste de telégrafos a 8 metros de la cámara) calculó la elevación y el acimut del sol en el momento de la observación: 72°46' y 162°51', respectivamente. Usando estas cifras, pudo demostrar que la observación había tenido lugar a las 12.38, hora de verano; Heflin, que no llevaba reloj, había calculado que eran las 11.30, lo cual se ajustaba bastante a la hora solar. El seńor Gray también seńaló que, como el supuesto OVNI no arrojaba sombra sobre la carretera, su diámetro tenía que ser forzosamente inferior a 27 cm o superior a 1,8 m.

Esta afirmación se basaba en cálculos acerca de la posible altitud del objeto y su distancia de la cámara. Por ejemplo, si el diámetro del objeto hubiese sido de 1,80 m, su distancia de la cámara hubiese sido de 43,6 m. En comparación, la tubería vertical blanca de riego que se ve en la parte izquierda de la carretera estaba a 75 m de la cámara.

El seńor Gray descubrió que, si el objeto hubiera tenido 1,80 m de ancho, su altura habría sido de 8,7 m. A esa altura, la sombra del objeto en la carretera hubiese resultado visible en la foto. El mismo Heflin había calculado que el diámetro del objeto era de unos 9 m; si fuera así, el seńor Gray estimó la distancia horizontal de la cámara al supuesto OVNI en 220 m y su altura en 40 m. Estas cifras se aproximaban bastante a las declaraciones de Heflin, quien calculó que el objeto estaba a 800 m y volaba a una altura de 45 m.

Aunque mucha gente cree que las fotos de Heflin son auténticas, otros opinan que todo es una falsificación, debido a las inconsistencias que presenta la historia; es una lástima -algunos lo consideran sospechoso- que las fotos originales no se hayan conservado. Sin embargo, no hay que olvidar que la actitud del gobierno estadounidense -y de las organizaciones con él relacionados- respecto al tema OVNI no siempre ha sido clara. Las afirmaciones de Heflin en cuanto a la intervención de la NORAD, corroboradas en cierto modo por las declaraciones del coronel Freeman, podrían ser ciertas.

Por su parte, la organización norteamericana Ground Saucer Watch analizó las fotos de Heflin con técnicas de computadora y llegó a la conclusión de que probablemente son falsas. Pero, para ser justos, hay que decir que este organismo se ha equivocado otras veces.

El incidente fue asimismo investigado por el doctor W. Hartmann, miembro de la Comisión Condon, encargada de elaborar un estudio de estos hechos. El citado investigador llegó a la conclusión de que el caso tenía «poco valor probatorio»; las fotografías no contenían «datos físicos o geométricos que permitan una determinación de la distancia o del tamańo, independientemente de las declaraciones del testigo». El doctor Hartmann también comentó que Heflin había podido preparar las primeras fotografías con una falsa maqueta: sujetando una vara al techo del camión, y haciendo colgar de ella una maqueta por medio de un cordel suficientemente fino, hubieran podido tomarse fotos idénticas.

Aunque, como él mismo dijo, esto no prueba que las fotos de Heflin sean falsificaciones, ciertamente disminuye su valor como pruebas de la existencia de OVNIS.

 



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