QUIERO SEGUIR SOÑANDO
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que, un día,
podré mirarte frente a frente,
mientras me pierdo, extasiado,
en el, intenso, brillo de tus ojos;
que, un día,
podré tenerte entre mis brazos,
respirándo la brisa de tu aliento,
mientras bebo, de tus labios,
la ambrosía de tus besos
con el corazón contento.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que, un día,
lograré llegar a tí;
que, un día,
lograré posar mis manos,
trémulas y ardientes,
sobre tu piel de seda
con aroma de alhelí.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que podré llegar volando
como el ágil colibrí
y, de prisa, sumergirme,
en la fuente, generosa,
de esa flor dentro de tí.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que recorro, con mis labios,
la envoltura, tivia,
que, jugueteando,
oculto mi rostro, erotizado,
entre las, montañas, erguidas,
de tu pecho agitado;
que, luego, desciendo,
entusiasmado,
hasta el oasis de tu ombligo
y que sigo bajando y explorando
por, sórdidos, rincones,
besando con cuidado
y con ternura
los pétalos, más, íntimos
de toda tu hermosura.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que mis labios, sedientos,
se sacian con el néctar
de tus fluidos esenciales,
que brotan, expelidos,
con las brumas, termales,
de tus, calientes, manantiales,
mientras, mi cuerpo,
se extremece
con las fragancias de tu sexo
que afloran a raudales.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que de tantas caricias, orales,
te tengo, ya, dispuesta
y cual, Venus Muscípula,
te abres golosa y amorosa
para tomarme y deglutirme.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que, un día,
juntaremos nuestras ganas
y dormiremos, juntos,
abrazados al calor
de nuestros cuerpos,
y, mutuamente, entregados
en una cópula sin tiempo.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que, frenético, penetro tu cuerpo,
que lleno, tu espacio, por completo,
que me enciendo,
me dilato y te repleto, rebozante,
mientras que, tú,
me albergas, todo,
y me constriñes,
embriagando mis sentidos
con la música de tus gemidos.
-.-
Hoy, quiero seguir soñando
que, aferrados,
nos seguimos amando,
acoplados, confundidos,
formando un solo cuerpo;
que inundados, mutuamente,
tocamos el cielo,
y que con fatiga y con desvelo
prolongamos el tiempo
en nuestro vuelo
Argomento precedente
Primo 
