Espejo de agua.

Rozar apenas quise, aquel amanecer,

en agua cristalina, reflejo de las almas,

sutilezas tuyas, mirando mis palmas,

cuencos bendecidos que saben querer.

Mis pies se mojaron, frescos remolinos,

sueños compartidos en los cristalinos

donaires que vuelan antes de nacer...

En leves ternuras, el rostro asomando,

asombro dorado, tu dulce presencia,

feliz de mirarme con luces de ausencia,

entre la sonrisa que vas dibujando...

Sonrío a mi suerte que se ha reflejado,

entre los cantares de tu ser amado,

siendo espejo de agua, sutil, alumbrando.

Allí he de quedarme, en la transparencia,

sumida en misterios por amor sellados,

allí he de besarte con ojos cerrados,

siendo solo un alma de fiel elocuencia...

María Marta Britos.

 

 

Y tu reflejo en él.

Yo he besado en mi sueño tus palmas queridas,

esperando que nunca llegue a amanecer

saciándome en tu boca con besos y mordidas

de esos labios hermosos que saben querer.

Y tus pies mojados han saciado mi sed,

impregnados de savia, enebro y dulce miel

son los pies de una Reina acabada de nacer.

Siempre he estado contigo arropado a tu lado,

feliz de mirarte sin importar las distancias

del jardín de mis sueños llevándote fragancias

para mirarme en tus ojos y verme allí dibujado.

Y yo sonrío contigo muy feliz de ser amado,

sin importar que camino sin tenerte a mi lado

sé que allende los mares tu me tiendes la mano.

Es posible que tus labios por amor estén sellados,

y que nuestras vidas sean un reflejo de inocencia

pero solo si dejamos que nos venza la impaciencia

es que podemos perder todo lo que hemos logrado.

Jesús Quintana Aguilarte