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General: EL ARCOIRIS DE LA PROMESA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 15/11/2022 01:29

El trono circundado por un arco iris.

He aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. Apocalipsis 4:2, 3. 

Apocalipsis (de Juan) 4-> Ver. 2

[V.2-> En el Espíritu. Gr. en pnéumati (ver com. Ap 1:10). Juan entra en visión por segunda vez. No se sabe cuánto tiempo transcurrió entre la primera visión y ésta. Establecido. El trono ya estaba en su lugar. Uno sentado. La reverente discreción de Juan para describir al Gobernante del universo con palabras que parecieran en modo alguno antropomórficas, es clara, porque lo describe simplemente con el participio kath’menos, “sentado”, sin decir qué o quién estaba sentado. Sólo afirma que sobre el trono había una presencia. Esta referencia al Padre se halla en notable contraste con la detallada descripción del Hijo (Ap 1:13-16); pero el Hijo es humano a la vez que divino, y por lo tanto puede ser descrito apropiadamente en términos humanos (Ap 4:3; cf. Ap 6:16; Ap 7:10). ] 

Apocalipsis (de Juan) 4-> Ver. 3

[V.3-> Que estaba sentado. De nuevo sólo se usa el participio (ver com. Ap 4:2). Stgpe. Gr. iáspis, que no es precisamente el jaspe moderno, sino una piedra descrita por el antiguo naturalista Plinio, como translúcida (Historia Natural vii). Juan se refiere repetidas veces a piedras preciosas para describir colores brillantes, porque la luz del sol que brillaba sobre tales piedras producía algunos de los colores más brillantes conocidos por el hombre en sus días. El iáspis quizá describa aquí una luz brillante, refulgente, más notable por su brillo que por su color. Cornalina. La cornalina o alguna otra piedra de color rojizo. Aquí describe una luz rojiza, brillante. Arco iris. Compárese con la visión del trono de Dios que tuvo Ezequiel (Ap 1:26-28). Semejante en aspecto a la esmeralda. Es decir, de color verde. El brillo de la luz que refulge de la presencia sobre el trono se templa con la suave luz verde del arco iris que rodea el trono. Este arco iris representa la combinación de la justicia y la misericordia que caracterizan a Dios (Ed 110-111; cf. PVGM 114). ] 

Tal como el arco iris se forma en las nubes por la unión de los rayos del sol y las gotas de lluvia, el arco iris que rodea el trono representa el poder combinado de la misericordia y la justicia. No sólo hay que afirmar la justicia, porque eclipsaría la gloria del arco iris de la promesa que está sobre el trono; los hombres sólo verían la condenación de la ley. Si no hubiera justicia ni sanción, el gobierno de Dios carecería de estabilidad. La unión de la justicia y la misericordia perfecciona la salvación... 

La misericordia nos invita a entrar en la ciudad de Dios a través de sus puertas, y la justicia se complace en otorgar a toda alma obediente los privilegios plenos que le corresponden como miembro de la familia real e hijo del Rey del cielo. Si tuviéramos defectos de carácter, no podríamos franquear las puertas que la misericordia ha abierto para los obedientes; porque la justicia está en pie junto a la entrada y requiere santidad de todos los que quieran ver a Dios. 

Si la justicia hubiera desaparecido y fuese posible que la misericordia divina abriese sus puertas a toda la humanidad sin tomar en cuenta su carácter, habría en el cielo una situación de desafecto y rebelión peor que la que se produjo cuando Satanás fue expulsado. Se romperían la paz, la felicidad y la armonía del cielo. El traslado de la tierra al cielo no cambiará el carácter de los hombres. La felicidad de los redimidos en el cielo será el resultado del carácter semejante al de Cristo que hayan formado en esta vida. Los santos del cielo habrán comenzado por ser santos en la tierra... 

El arco iris sobre el trono es el testimonio eterno de que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16... Dios nunca abandonará a su pueblo en su lucha contra el pecado. Jesús sea nuestro tema.



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