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Mje de los tres angeles Apocalipsis 14:6,12.
 
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General: LOS ADVENTISTAS DEL 7 MO EL ULTIMO REMANENTE DE CRISTO DA EL ULTIMO MJE
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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 25/05/2023 22:09


APOCALIPSIS 10 ,CAP11,CAP14 VAN UNIDOS PARA VIDA ETERNA PARA EL PUEBLO DE CRISTO QUE LE ACEPTA COMO SALVADOR DIOS Y CREADOR .LOS ADVENTISTAS DEL SEPTIMO DIA EL MJE DE LOS TRES ANGELES .

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 1
[V.1-> Vi. Ver com. Ap 1:1; Ap 4:1. Este pasaje (Ap 10:1 a Ap 11:14) constituye un paréntesis entre la sexta y séptima trompetas, parecido al del cap. 7, que se intercala entre los sellos sexto y séptimo. Descender del cielo. La visión se enfoca sobre un ser celestial, pero su ubicación está aún en la tierra. Otro ángel fuerte. O sea, además de los ángeles que habían aparecido poco antes. Evidentemente es un ángel distinto de los que retienen los cuatro vientos (Ap 7:1), de los que tocan las siete trompetas (Ap 8:2), del ángel ante el altar (Ap 8:3) y de los que están junto al río Eufrates (Ap 9:14). Este ángel puede ser identificado como Cristo (ver EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11), quien como Señor de la historia hace la proclamación del Ap 10:6. Envuelto. Gr. peribállō, “arrojar alrededor”, “envolver”, “vestir”. El ángel se ve envuelto en una nube. Las Escrituras frecuentemente relacionan a las nubes con las apariciones de Cristo (Dan 7:13; Hch 1:9; Ap 1:7; Ap 14:14; cf. Sal 104:3; 1Ts 4:17). Arco iris. Cf. Ap 4:3; Eze 1:26-28. El rostro del ángel, que brilla “como el sol” a través de la nube que lo envuelve, puede considerarse como lo que forma el arco. Cf. com. Gen 1:12-13. Como el sol. Compárese con la descripción de Cristo en Ap 1:16. Pies. La comparación de los pies como columnas parece algo incongruente, pero la palabra “pies” (póus) designa también a las piernas, que se asemejan a columnas de fuego (cf. Son 5:15; cf. com. Eze 1:7). Columnas de fuego. Compárese con la descripción de los pies de Cristo en Ap 1:15. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.2-> En su mano. Compárese con el simbolismo de Eze 2:9. Un librito. Gr. biblarídion, “rollito”, diminutivo de biblíon, “libro”, “rollo”. Biblarídion aparece en el NT sólo en este capítulo. Al contrastar este rollito con el rollo (biblíon) que estaba en la mano de Dios (Ap 5:1), es evidentemente más pequeño. Compárese con el simbolismo de Eze 2:9. Abierto. El verbo griego manifiesta que el libro ha sido abierto y permanece abierto; pero el rollo anterior estaba sellado con siete sellos (Ap 5:1). Daniel recibió la orden: “cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin” (Ap 12:4). Esta admonición se aplica 813 particularmente a la parte de las profecías de Daniel que se refieren a los últimos días (ver com. Ap 12:4), y, sin duda, de una manera especial a los detalles cronológicos de los 2.300 días (Ap 8:14) en lo que se relaciona con la predicación de los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángel (Ap 14:6-12). Puesto que el mensaje del ángel de Apoc. 10 se refiere a tiempo, y probablemente a los acontecimientos del tiempo del fin, cuando el libro de Daniel debía ser abierto (Dan 12:4), parece razonable concluir que el librito abierto en la mano del ángel era el libro de Daniel. Con esta presentación que se hace a Juan del librito abierto, se revelan las porciones selladas de la profecía de Daniel, se aclara el cómputo cronológico que señala el fin de la profecía de los 2.300 días. Por esta razón, el capítulo que consideramos se enfoca en el tiempo cuando se hizo la proclamación de los Ap 10:6-7, es decir, entre 1840 y 1844 (ver com. Ap 10:6; EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11). Sobre el mar, y.. sobre la tierra. El mar y la tierra se usan repetidas veces para abarcar el mundo como una unidad (Exo 20:4; Exo 20:11; Sal 69:34). El hecho de que el ángel esté de pie sobre el mar y la tierra, sugiere la proclamación mundial de su mensaje y también su poder y autoridad sobre el mundo. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.3-> Gran voz. Cf. Ap 1:10; Ap 5:2; Ap 6:10; Ap 7:2. Como ruge un león. Se destaca únicamente la nota profunda y resonante de la voz del ángel. No se registra lo que dijo. Siete truenos. Otra de las varias series de siete que caracterizan al Apocalipsis (ver com. Ap 1:11). ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 4
[V.4-> Yo iba a escribir. Juan entiende las voces de los siete truenos, y se prepara para registrar su mensaje. Este pasaje indica que Juan registraba las visiones del Apocalipsis cuando se le revelaban, y no en un momento posterior. Sella. A Juan se le ordena, como a Daniel mucho antes, que “selle” la revelación que había recibido (cf. Dan 12:4). Pablo también había oído en visión “palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2Co 12:4). Es obvio que los mensajes de los siete truenos no eran una revelación para la gente de los días de Juan. Sin duda revelaban detalles de los mensajes que habían de ser proclamados en “el tiempo del fin” (Dan 12:4; cf. com. Ap 10:2). Por lo tanto, pueden entenderse como una descripción de los mensajes del primero y el segundo ángel (Ap 14:6-8; ver EGW, Material Suplementario com. Ap 10:1-11). 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver.
[V.5-> Levantó su mano. Gesto característico al pronunciar un juramento tanto en tiempos antiguos como ahora (Gen 14:22-23; Deu 32:40; Eze 20:15; Dan 12:7). ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.6-> El que vive. Cf’. com. Ap 1:18; Ap 4:9; Ap 15:7. Que creó. Cf. Exo 20:11; Sal 146:6. No podía haberse hecho un juramento más solemne (ver Heb 6:13). Cuando el ángel, que es Cristo, jura por el Creador (ver com. Ap 10:1), está jurando por sí mismo. Que el tiempo no sería más. Gr. jrónos oukéti éstai, “tiempo no más será”. Esta misteriosa declaración ha sido interpretada de diversas maneras. Muchos expositores han entendido que señala el fin del tiempo y el comienzo de la eternidad. Otros han tomado la palabra “tiempo” en el sentido del tiempo que transcurre inmediatamente antes de los acontecimientos finales de la historia, y han traducido: “no habrá más demora”. Los adventistas del séptimo día en general han entendido que estas palabras describen particularmente el mensaje proclamado en los años 1840-1844 por Guillermo Miller y otros, en relación con el fin de la profecía de los 2.300 días. Han entendido que el “tiempo” es tiempo profético, y que su fin significa la terminación de la profecía cronológica más larga de la Biblia: la de los 2.300 días de Dan 8:14. Después de esta profecía no habría otro mensaje fundado en un tiempo definido, exacto. No hay ningún otro período profético que se extienda más allá de 1844. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 7
[V.7-> Días. Algunos comentadores han tomado estos “días” como días-años proféticos; pero si se entienden como días o como años no hay mayor diferencia porque la expresión es de carácter general, y como viene después de la declaración del Ap 10:6 no pueden especificar un período que puede medirse (ver com. Ap 10:6). El sentido del pasaje es que en el tiempo de la séptima trompeta el misterio de Dios será consumado. En el plan de Dios este acontecimiento seguiría a la proclamación de que “el tiempo no sería más” (Ap 10:6). Compárese con la declaración de la séptima plaga: “Hecho está” (Ap 16:17). El séptimo ángel. En cuanto a los acontecimientos, cf. Ap 11:15-19. Cuando él comience. O “cuando hiciere sonar”. La séptima trompeta señala un punto 814 culminante en el gran conflicto entre Cristo y Satanás, como lo revela la proclamación de las voces del cielo en ese tiempo (Ap 11:15). El misterio de Dios. En cuanto a un comentario sobre la palabra “misterio”, cf. com. Ap 1:20; cf. com. Rom 11:25. Jesús usó una frase similar: “el misterio del reino de Dios” (Mar 4:11), y Pablo también habla del “misterio de Dios” (Col 2:2), y el “misterio de Cristo” (Col 4:3). El misterio de Dios, que él revela a sus hijos, es su propósito para con ellos: el plan de salvación. Cf. 1Ti 3:16; 2 JT 374. Se consumará. Ver com. Ap 11:15. Sus siervos los profetas. La declaración y exposición del “misterio de Dios” (ver com. 11 “el misterio de Dios”) ha sido siempre la misión de sus siervos los profetas en sus mensajes para los hombres (ver com. Rom 3:21). ] 



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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 26/05/2023 20:00

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 8
[V.8-> La voz. Sin duda la voz que le había prohibido a Juan que escribiera lo que habían declarado los siete truenos (Ap 10:4), como lo demuestra la repetición de las frases “del cielo” y “otra vez”. Ve y toma. Se le ordena a Juan que tome parte en la visión. El librito. Ver com. Ap 10:2 Abierto Ver com. Ap 10:2. En la mano. Ver. com. Ap 10:2 El mar.. la tierra. Ver com. Ap 10:2. ] 
Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.9-> Me diese. Juan es colocado en una situación en la expresa su deseo de tener el libro. Desempeña el papel de los que proclamaron el mensaje adventista en los años 1840-1844. Aunque equivocados en cuanto al tiempo del acontecimiento que proclamaban, sin embargo fueron dirigidos por Dios, y el mensaje del pronto advenimiento fue precioso para sus almas. Su cómputo de la cronología profético de Dan 8:14 era correcto (ver el comentario respectivo), pero están equivocados en cuanto a la naturaleza del acontecimiento que debía suceder al final de los 2.300 días. Cómelo. Compárese con el simbolismo de Eze 3:1 (cf. Jer 15:16) Comerse el libro es una figura de lenguaje que representaba la plena comprensión del significado del mensaje contenido en el rollito. La experiencia de Juan en Ap 10:10 describe exactamente la de los creyentes adventistas cuando comprendieron más plenamente el significado de los mensajes de los tres ángeles (Ap 14:6-12) en relación con el verdadero cumplimiento de la profecía de los 2.300 días. Te amargará el vientre. Ver com. Ap 10:10. El orden de las frases en los Ap 10:9 y Ap 10:10 es una forma familiar de paralelismo hebreo (ver com. Ap 1:2; Ap 9:17): “Te amargará el vientre...En tu boca será dulce como la miel... Era dulce en mi boca como la miel... Amargó mi vientre”. En tu boca será dulce. Ver com. Ap 10:10. ] 

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.10-> Tomé. Ver com. Ap 10:9. Dulce... como la miel. Cf. Eze 3:3. Los mensajes de Dios a sus siervos han sido a menudo, como en el caso de Ezequiel, una mezcla de dulzura y amargura porque pueden revelar su amor y también sus castigos. Los profetas de Dios han experimentado tanto el éxtasis de la visión divina como la amargura de tener que dar mensajes de reprensión. experiencia por la que pasó Juan en esta visión puede considerarse, en un sentido específico, como un símbolo de la de los creyentes adventistas en los años 1840-1844. Cuando esos creyentes oyeron por primera vez el mensaje de la inminencia de la segunda venida, fue para ellos “dulce como la miel”; pero cuando Cristo no vino como lo esperaban, su experiencia fue en verdad amarga. Cf. com. Ap 10:9. Amargó mi vientre. Ver com. “dulce como la miel”. ] 

Apocalipsis (de Juan) 10-> Ver. 
[V.11-> El. Cristo, el “ángel” de los Ap 10:1; Ap 10:9. Es necesario que profetices otra vez. Cf Eze 3:1; Eze 3:4. Aunque el comer el rollo le había producido amargura a Juan, las palabras consoladoras que Cristo dirige al profeta son que ahora debe profetizar nuevamente. A Juan como representante de los creyentes adventistas después del chasco, se le impone la obligación de proclamar un mensaje adicional, más amplio. Aún queda por hacer una gran obra. Deben salir a proclamar el mensaje del tercer ángel de Ap 14:9-12. Sobre. ”Acerca de” o “para”; cualquiera de estos significados concuerda con el contexto. Los mensajes serían “para muchos pueblos...” y “acerca de muchos pueblos”. Muchos pueblos. A medida que los creyentes adventistas comprendían el pleno significado del mensaje del tercer ángel, se dieron cuenta más y más que era un mensaje para el mundo, que tenía que ser llevado a “muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”. Esta convicción ha dado como resultado uno de los programas más extensos de evangelización mundial que haya visto la historia 815 cristiana a medida que los adventistas del séptimo día han proclamado “a toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Ap 14:6) el mensaje que les fue dado. ] EL MJE DE LOS TRES ANGELES APOCALIPSIS 10,CAP11,CAP12CAP13CAP14CAP17,CAP16 




Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 26/05/2023 20:10

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.1-> Me fue dada. La línea de pensamiento del cap. 10 continúa en el cap. 11. Una caña. Esta caña debía usarse como una vara de medir. Compárese con el simbolismo de Eze 40:3; Eze 40:6; Zac 2:1-2. Levántate. Se le ordena a Juan que partícipe de la acción que se le muestra en la visión. Mide. El símbolo del hombre que medía a Jerusalén con un cordel, se interpretó como una garantía de que la ciudad sería reedificada (ver com. Zac 2:1-2); por lo tanto, la medición del templo y sus adoradores puede sugerir también una promesa de restauración y preservación. En el paréntesis entre los sellos sexto y séptimo hay una garantía de que a pesar de los terrores que acompañarán a la segunda venida de Cristo, Dios tiene un pueblo que permanecerá firme (Apoc. 7; cf. com. Ap 6:17). Este otro paréntesis entre la sexta y la séptima trompeta también puede tener el propósito de confirmar que en medio de los horrores que acompañan el sonido de las trompetas, el templo de Dios -es decir, el plan de la redención que en él se representa- y los verdaderos adoradores del Señor están a salvo. Esta restauración y conservación del templo de Dios también parece tener una aplicación especial para la comprensión más plena del significado del ministerio de Cristo en el santuario celestial, conocimiento que ha ido en aumento desde 1844. Templo. Gr. naós (ver com. Ap 3:12; Ap 7:15; cf. Ap 11:19). Después del gran chasco del 22 de octubre de 1844, la atención de los creyentes adventistas fue dirigida hacia el santuario celestial y la obra de Cristo como sumo sacerdote en ese santuario. Esta no es una referencia al templo literal de Jerusalén, porque cuando Juan recibió sus visiones ese templo estaba en ruinas. Los judíos fueron rechazados por Dios como sus representantes escogidos (ver com. Mat 21:43; t. IV, pp. 28-36), y por esta razón ese templo nunca será restaurado como centro de culto divinamente reconocido (ver com. Eze 40:1). Por consiguiente, “los que adoran” no son judíos literales adorando en su templo literal, sino los que dirigen su adoración hacia el templo celestial, donde Cristo ministra a favor de sus hijos (Heb 8:1-2). En un sentido especial y según el contexto de esta profecía, la medición ocurre en un período específico de la historia de la iglesia. Los que adoran. Es decir, el verdadero Israel espiritual, el pueblo de Dios, que contrasta con los “gentiles” (Ap 11:2). La medición de los adoradores sugiere una obra de juicio 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 2
[V.2-> El patio. En el templo de Herodes, que Juan había conocido muy bien, había un patio interior compuesto por el patio de las mujeres, el patio o atrio de Israel y el atrio de los sacerdotes. Más allá había un gran patio exterior, el patio o atrio de los gentiles. Una barrera -una “pared intermedia de separación” (Efe 2:14)- separaba el atrio interior del atrio exterior, y no se permitía que ningún gentil traspasase esa barrera, y si lo hacía, era muerto (ver t. V, pp. 68-69). En vista de que el atrio que aquí se menciona es “dado a los gentiles”, parece que Juan tenía específicamente en cuenta ese gran patio exterior. El patio ha sido considerado como símbolo de esta tierra, en contraste con “el templo de Dios” en el cielo (Ap 11:1). No lo midas. Juan no debe medir sino a los adoradores de Dios, los que tienen derecho de entrar más allá de la barrera, donde sólo podían penetrar los israelitas. Los que trazasen ese límite son los únicos que pueden esperar que serán librados de los castigos finales que caerán sobre la tierra. Entregado a los gentiles. Como sucedía con el atrio de los gentiles del templo de Jerusalén. Puede entenderse que “gentiles” se aplica a los que no son verdaderos adoradores de Dios, los que no han declarado que pertenecen al Israel de Dios. Hollarán. Este pasaje es paralelo con la descripción de Dan 7:7; Dan 7:23, donde se describe la acción de la cuarta bestia que “hollaba con los pies” (ver com. Dan 7:7-8; Dan 7:25). Esa bestia actuaba particularmente contra los “santos del Altísimo” (Dan 7:25), por eso es lógico entender que la “ciudad santa” representa al pueblo de Dios. La ciudad santa Es decir, Jerusalén (Dan 9:24; cf. Luc 21:20). La entrega del atrio exterior a los gentiles significa, por extensión, que la ciudad santa es hollada. En cuanto al significado simbólico de Jerusalén, ver “hollarán”. Cuarenta y dos meses. Este período es claramente idéntico con el “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” de Dan 7:25 (ver com. respectivo). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.3-> Mis dos testigos. Se han propuesto varias interpretaciones para este símbolo. Las 817 alusiones de los Ap 11:5-6 han llevado a algunos a identificarlos como Elías y Moisés (ver com. Ap 11:5-6); pero el significado de estos “dos testigos” es mucho más extenso. En el Ap 11:4 se los identifica como “dos olivos” y “dos candeleros, símbolos que se hallan en Zac 4:1-6; Zac 4:11-14, en donde se dice que representan a los “que están delante del Señor de toda la tierra” (Ap 11:14). Así como se dice que las ramas de los olivos dan aceite para las lámparas del santuario (Ap 11:2; Ap 11:12), también de estos santos que están delante del trono de Dios, se imparte el Espíritu Santo a los hombres (ver com. Zac 4:6; Zac 4:14; PVGM 336-337; cf. TM 338). La expresión más completa del Espíritu Santo para los hombres está contenida en las Escrituras del AT y el NT, y por eso es que ambos testamentos deben considerarse como los dos testigos (ver CS 310 cf. com. Jn 5:39). El salmista declara de la Palabra de Dios: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino,... la exposición de tus palabras alumbra” (Sal 119:105; Sal 119:130; cf. Pro 6:23). Que profeticen. A pesar del predominio del mal durante el período de los 1.260 días o años (ver com. Ap 11:2), el Espíritu de Dios, especialmente como se manifiesta en las Escrituras, llevaría su testimonio a los hombres que lo recibieran. Mil doscientos sesenta días. El mismo período de los “cuarenta y dos meses” del Ap 11:2 (ver el comentario respectivo). Vestidos de cilicio. Vestirse de cilicio era una señal común de duelo (2Sa 3:31) y arrepentimiento (Jnn 3:6; Jnn 3:8). De este modo se describe a las Escrituras como si estuvieran de duelo en un tiempo cuando las tradiciones humanas tendrían casi un total predominio (ver com. Dan 7:25). ] 
Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 4
[V.4-> Los dos olivos. Ver com. Ap 11:3. Los dos candeleros. O “los dos portalámparas” (ver com. Ap 1:12). Ver com. Ap 11:3. Están en pie delante del Dios de la tierra. Ver com. Zac 4:14; Ap 11:3. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 5

[V.5-> Sale fuego. Semejante al castigo que Elías hizo caer sobre los mensajeros de Ocozías (2Rey 1:10; 2Rey 1:12). Los que persistan en rechazar el testimonio del Espíritu Santo, finalmente serán destruidos en el lago de fuego (Ap 20:15). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 6

[V.6-> Poder. Gr. exousía, “autoridad”, se halla dos veces en este versículo. Cerrar el cielo. Como en el Ap 11:5, parece ser también una alusión a Elías, quien predijo que no llovería en Israel “en estos años, sino por mi palabra” (1Rey 17:1), o, como lo presenta Lucas, el evangelista, “por tres años y seis meses” (Luc 4:25; cf Stg 5:17). Las aguas... en sangre. Las alusiones a los testigos recuerdan hasta ahora a Elías (ver lo anterior y com. Ap 11:5); pero este versículo parece aludir a Moisés y la primera plaga sobre Egipto (Exo 7:19-21). Toda plaga. Los testigos no sólo tienen poder para herir a sus enemigos con la primera plaga que cayó sobre Egipto, sino que tienen autoridad para herir la tierra con cualquiera de las plagas. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 7
[V.7-> Cuando hayan acabado. Es decir, al final de los 1.260 días (cf. Ap 11:3; ver com. Dan 7:25). La bestia. Gr.to th’ríon, “la fiera”. Hasta ahora Juan no ha mencionado ninguna “bestia” (th’ríon; los “cuatro seres vivientes” del Ap 4:6 no son realmente bestias; ver el comentario respectivo). La expresión “la bestia” parece implicar que el lector entiende cuál bestia es. Se han expuesto dos interpretaciones de este símbolo. En primer lugar, la de los comentadores que sostienen que la expresión “la bestia” sugiere alguna identificación previa, y como ésta no se halla en el Apocalipsis la buscan en el libro de Daniel, donde la bestia por excelencia es la cuarta bestia de Dan. 7. Además, destacan que esta bestia surgió del mar, pero que la de Apoc. 11 “sube del abismo”, el cual tiene en el AT una evidente relación con el mar (ver com. Ap 9:1). Según este punto de vista, el poder simbolizado por la cuarta bestia de Daniel, y especialmente sus fases ulteriores, sería el poder que mata a los dos testigos. Otros comentadores identifican esta bestia como un poder que intentaría destruir las Escrituras (simbolizadas por los dos testigos) al final del período de los 1.260 días, en 1798 d. C. (ver com. Dan 7:25). Puesto que el ateísmo se propagó intensamente en Francia en ese tiempo y el espíritu antirreligioso de esa época se dirigió directamente contra la creencia en las Sagradas Escrituras, la Primera República Francesa ha sido identificada como la bestia de este pasaje. Los adventistas del séptimo día han apoyado generalmente este punto de vista. Del Abismo. Gr. abússos (ver com. Ap 9:1; cf. com. “la bestia”). El hecho de que la bestia 818 sale del abismo se ha interpretado como que indica que esa nación o poder no tenía un firme fundamento, que era un poder tal como lo fue Francia. Se manifestó entonces una nueva forma de poder satánico (ver CS 312). Los matará. Es decir, intentará destruir la Palabra de Dios. En cuanto a la manera en que Francia hizo guerra contra la religión, ver com. Ap 11:9. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.8-> Cadáveres. La evidencia textual establece el singular: “cadáver”. Cada uno tiene un cadáver. Estarán. Dejar sin sepultar un cadáver siempre se ha considerado como una indignidad repugnante (cf. Sal 79:2-3). Ver com. Ap 11:9. La grande ciudad. El hecho de que se diga que esta ciudad es aquélla “donde también nuestro Señor fue crucificado”, parecería identificarla con Jerusalén, la “ciudad santa” del Ap 11:2; sin embargo, muchos comentadores han entendido figuradamente la expresión “donde también nuestro Señor fue crucificado”, como sin duda también han de entenderse los nombres Sodoma y Egipto. Por lo tanto, identifican “la gran ciudad” con Francia, nación que manifestó al final del período de 1.260 años las características simbolizadas por estas expresiones. Los adventistas del séptimo día sostienen, en términos generales, este último punto de vista. En sentido espiritual. Gr. pneumatik’s, es decir, no literalmente sino en sentido espiritualmente figurado (cf. Isa 1:10). Sodoma. Sodoma es símbolo de degradación moral (Eze 16:46-55). Esta fue la condición de Francia durante la Revolución. Egipto. Este país fue conocido por su obstinada negación de la existencia del Dios verdadero y por desafiar sus órdenes. Faraón dijo con altanería: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz... ? Yo no conozco a Jehová” (Exo 5:2). Estas actitudes fueron características de los dirigentes de la Revolución Francesa. Crucificado. En la persona de sus seguidores, muchos de los cuales perecieron en las persecuciones en Francia. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 9
[V.9-> Los pueblos... y naciones. Otras naciones que observarían la guerra de Francia contra la Biblia. Tres días y medio. En armonía con el principio de interpretación profético que un día representa un año, “tres días y medio” equivalen a tres años y medio. Los adventistas del séptimo día, que entienden que la bestia del Ap 11:7 representa a la Primera República Francesa (1789-1801), especialmente en lo referente a sus tendencias antirreligiosas, sitúan el cumplimiento de esta profecía en el breve período de la historia de la Revolución Francesa, cuando el ateísmo llegó a su apogeo. Este período puede calcularse a partir del 26 de noviembre de 1793, cuando se promulgó un decreto en París para abolir la religión, hasta el 17 de junio de 1797 cuando, según se afirma, el gobierno francés quitó las restricciones impuestas a la práctica de la religión. Como ha sucedido con otros pasajes del Apocalipsis, el cómputo de estos “tres días y medio” ha sido motivo de diversas opiniones por parte de los comentadores. Esto se debe no sólo a ciertos problemas del simbolismo en sí, sino también a la dificultad de fijar algunas fechas exactas en la historia de ese turbulento período de la Revolución Francesa; sin embargo, la ubicación exacta de este lapso afortunadamente no es vital para la comprensión global de los grandes períodos poéticos de la Biblia o para una comprensión del tema central de la profecía de la cual forma parte. ]


Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 26/05/2023 20:16

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 10

[V.10-> Los moradores de la tierra. Ver com. Ap 3:10. Se regocijarán. Gr. eufráinō, “regocijarse”, “alegrarse”, también se traduce “huélgate” en Luc 12:19. Aliviados ahora del tormento, es decir, del testimonio condenatorio de los dos testigos, los impíos apaciguan su conciencia entregándose al regocijo. Enviarán regalos. Una señal de regocijo (cf. Est 9:22). Atormentado. Por el poder condenatorio de la profecía de los dos testigos (Ap 11:3). Hay pocas torturas que superen la de una conciencia culpable. Cuando la verdad y la justicia se presentan constantemente ante el pecador obstinado, a menudo llegan a serie intolerables. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 11
[V.11-> Después de tres días y medio. O sea al final del período cuando los cuerpos de los testigos estuvieron insepultos y expuestos a la contemplación pública (ver com. Ap 11:9). El espíritu de vida. O un espíritu que es vida. La frase hebrea rúaj jayyim, equivalente a la que comentamos, se traduce en el AT, ‘soplo de vida” (Gen 6:17; Gen 7:15, LXX). Los hebreos virtualmente identificaban el aliento con la vida. Por consiguiente, decir que el 819 soplo de vida entraba en una persona significaba que había recibido la vida (Gen 2:7). Por Dios. Dios, el Dador de toda vida, levanta a sus fieles testigos. Se levantaron sobre sus pies. Cf. 2Rey 13:21; Eze 37:10 Cayó gran temor. Los impíos nuevamente tienen mala conciencia; la misma que los había atormentado cuando los dos testigos habían profetizado (ver com. Ap 11:10 ). Los que se habían regocijado por la muerte de los testigos, están ahora pasmados al contemplar el milagro de su resurrección. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 12
[V.12-> Una gran voz del cielo. No se identifica al que habla, pero probablemente sea Dios. Subid acá. Los testigos no sólo son resucitados por Dios, sino que se les ordena entrar en el ciclo. Mientras “sus enemigos” los contemplan, son completamente vindicados de los ultrajes que habían sufrido, y es demostrada ante todos la veracidad de la profecía que habían proclamado fielmente durante 1.260 días o años. La voz de Dios les da la bienvenida al cielo en presencia de los que habían intentado destruirlos. Este ensalzamiento de los dos testigos se ha entendido como un símbolo de la gran propagación de las Escrituras a partir del principio del siglo XIX. Poco después de la Revolución Francesa fueron establecidas varias sociedades bíblicas nacionales. Las más notables de todas han sido la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, fundada en 1804, y la Sociedad Americana, organizada en 1816. Estas sociedades y otras más hacen circular Escrituras (hasta 1989) en más de 1.907 diomas y dialectos. En algo más de un siglo y medio, la Biblia, en vez de ser relegada al olvido como guía espiritual, ha llegado a gozar su más amplia circulación. Subieron... en una nube. Mientras Jesús se despedía de sus discípulos, “te recibió una nube que le ocultó de sus ojos” (Hch 1:9). Los dos testigos también son llevados al cielo en una nube. El lenguaje describe de una manera muy adecuada el ensalzamiento de las Escrituras en el período que siguió a su supresión Francia (ver com. Ap 11:9; cf. Dan 4:22). Sus enemigos los vieron. Ver com. “subid acá”. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver.
[V.13-> Aquella hora. Es decir, casi inmediatamente después de la ascensión de los testigos. Un gran terremoto. El símbolo de un terremoto se usa repetidas veces en las Escritura describir la agitación y perturbación que caracterizarán al mundo inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo (Mar 13:8; Ap 16:18). Cuando los comentadores aplican esta profecía a Francia, ven en el terremoto un cuadro de la agitación que sacudió a esa nación a fines del siglo XVIII. Décima parte. No es el terremoto final, porque en esta ocasión (cf. Ap 16:18) sólo cae una fracción de la ciudad (ver com. Ap 11:2; Ap 11:8). Este terremoto significa un castigo transitorio que atemoriza a algunos de los que se han gloriado por la muerte de los testigos. Algunos aplican la expresión “la décima parte de la ciudad” a toda la nación francesa; razonan que Francia era uno de los “diez reyes” que surgirían a raíz de la caída del Imperio Romano (Dan 7:24). Otros identifican la ciudad con la Roma papal y a Francia como una de sus diez divisiones. Siete mil. Un número comparativamente pequeño de personas, pero suficiente para que los sobrevivientes reconozcan la soberanía de Dios, cuyos testigos habían despreciado. Hombres. Gr. onómata anthrōpōn, literalmente “nombres de hombres”. Algunos creen que onómata, “nombres”, corresponde a “personas” (ver com. Hch 3:16). Otros lo aplican a los títulos, categorías u órdenes que fueron abolidos durante la Revolución Francesa. Al Dios del cielo. Este título se usa frecuentemente en Daniel (Dan 2:18-19; Dan 2:37; Dan 2:44; cf. Esd 5:11-12; Esd 6:9; Esd 7:12). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 14
[V.14-> El segundo ay. O sea los castigos correspondientes a la sexta trompeta, que terminó en 1840 (Ap 8:13; cf. Ap 9:12; ver Nota Adicional com. cap. 9). El tercer ay. Los acontecimientos descritos durante la séptima trompeta (Ap 11:15-19). ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 15
[V.15-> El séptimo ángel. O sea el principio del tercer ay (ver com. Ap 11:14), que marca el fin del paréntesis entre la sexta y la séptima trompetas (Ap 10:1 a Ap 11:14; ver com. Ap 11:1). Los adventistas del séptimo día creen que el comienzo de la séptima trompeta fue en 1844 (ver com. Ap 11:19). Grandes voces. Probablemente fueron las de las huestes celestiales (cf. Ap 5:11-12). En la séptima plaga también se oye una gran voz que procede del templo del ciclo (Ap 16:17). Reinos. La evidencia textual establece (cf. p.10) 820 el texto “reino” (BA, NC). Cristo recibirá el reino poco tiempo antes de su regreso a la tierra (ver com. Dan 7:14), y cuando venga toda oposición terrenal será aplastada (ver com. Ap 17:14). Su Cristo. Es decir, su Ungido (cf. Sal 2:2). Las huestes celestiales que no han sido salvadas por Cristo, se refieren a él como el Cristo de Dios o del Señor, probablemente porque el título “Cristo” se refiere de un modo particular a la segunda persona de la Deidad en su obra como Aquel que fue ungido para la obra de la redención. Reinará por los siglos de los siglos. Cf. Dan 2:44; Dan 7:14; Dan 7:27; Luc 1:33. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.17-> Señor Dios Todopoderoso. Ver com. Ap 1:8. Un título particularmente adecuado para Dios como vencedor. Que eres. Ver com. Ap 1:4. Que eras. Ver com. Ap 1:4. Que has de venir. La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC. Según la BJ (nota) es una adición tomada de la Vulgata. Probablemente no se incluyen como en el Ap 1:4, porque aquí el centro de la alabanza de los ancianos es la posición pasada y presente de Dios, y no la futura. Has tomado... has reinado. Los dos verbos están en tiempos diferentes. Se traduciría mejor: “has tomado el reino” y “comenzaste a reinar”. El reinado triunfante comienza cuando Dios hace efectiva su omnipotencia. Dios siempre ha sido todopoderoso, y el reinado del pecado ha existido sólo por la tolerancia divina con el propósito de que se revelara a los seres creados la verdadera naturaleza del mal. Cuando se cumpla este propósito, entonces tomará su “gran poder” y una vez más reinará en forma soberana. Ver 1Co 15:24-28. ] 

Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 18
[V.18-> Se airaron las naciones. Cf. Sal 2:1. La ira será característica de las naciones antes de la venida de Cristo. Se agruparán para oponerse a la obra de Cristo y a su pueblo (ver com. Ap 13:12; Ap 14:8). Ira. La ira de Dios se sintetiza en las siete últimas plagas (Ap 15:1). La obra de oposición contra Cristo es detenida por estas plagas. Tiempo. Gr. kairós, un tiempo particular con un propósito definido (ver com. Ap 1:3). Este es un tiempo de juicio, tanto para recompensa como para destrucción. De juzgar. El que Juan hable de la recompensa y de la destrucción, significa que se refiere al juicio final, que tendrá lugar después de los mil años (Ap 20:12-15). El galardón a tus siervos. Cf. Mat 5:12; Mat 6:1; 1Co 3:8; Ap 22:12. Puesto que los acontecimientos enumerados son consecutivos (ver PE 36), esta recompensa es la heredad de la tierra nueva al final de los mil años. Profetas. Los siervos especiales de Dios hablan por él. Llevaron pesadas responsabilidades y a menudo sufrieron terriblemente por su Señor. Santos. O “seres santos”. Los miembros del cuerpo de Cristo se caracterizan por la pureza de sus vidas. Los que temen. Gr. hoi fobouménoi, frase que se usa los Hechos para referirse a los que adoraban al verdadero Dios (ver com. Hch 10:2), aunque no eran plenamente prosélitos de Israel. Si se emplea aquí este mismo significado, puede entenderse que esta tercera clase que recibirá una recompensa en el juicio, son los que no conocieron completamente a Cristo y sus caminos, pero que vieron de acuerdo con toda la luz que les fue dada. Temieron el nombre de Dios hasta donde les fue revelado, y por lo tanto reciben su recompensa (ver DTG 593). Pero la frase hoi fobóumenoi puede simplemente estar unida con la palabra que se traduce “santos”, y entonces diría: “los santos, es decir, los que temen tu nombre”. Pequeños y.. grandes. Las jerarquías del mundo no tendrán ninguna importancia en el juicio final. Destruir a los que destruyen. La suerte de los impíos, de los que han destruido la tierra física y moralmente, es muy adecuada: ellos mismos serán destruidos. ] 
Apocalipsis (de Juan) 11-> Ver. 
[V.19-> El templo. Ante Juan se presenta una visión el templo de Dios, con “el arca de su pacto” como centro de la visión. En el santuario terrenal, que era una “reproducción del verdadero” (Heb 9:24, BJ) que está en el cielo, el arca estaba en el lugar santísimo, que era el centro del servicio del día de la expiación, día que simbolizaba el juicio. Durante el transcurso de la séptima trompeta Juan ve el templo de Dios en el cielo, y específicamente “el arca de su pacto”, lo cual significa que ha comenzado la segunda y última parte del 821 ministerio celestial de Cristo, que corresponde con el simbólico día de la expiación. Otros pasajes revelan que esta fase final de la obra de Cristo comenzó en 1844 (ver com. Dan 8:14). Por lo tanto, los adventistas del séptimo día colocan el comienzo de la séptima trompeta en ese año. El arca de su pacto. Dentro del santuario terrenal estaban los Diez Mandamientos, la inmutable ley moral de Dios para todos los hombres en todas las edades. Ningún creyente en Dios en el tiempo de los judíos podía imaginarse el arca sin pensar inmediatamente en los Diez Mandamientos. La visión de Juan del arca celestial comprueba elocuentemente que en las últimas horas de la tierra la gran ley moral de Dios será el centro del pensamiento y de la vida de todos los que se esfuerzan por servir a Dios en espíritu y en verdad (ver com. Ap 12:17; Ap 14:12; cf. CS 486). Relámpagos, voces, truenos. Como en la séptima plaga (Ap 16:18). Un terremoto. Como en la séptima plaga (Ap 16:18-19; cf. com. Ap 11:13). Grande granizo. Como en la séptima plaga (Ap 16:21). ] 



Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 29/05/2023 21:41

EL VINO DE BABILONIA PAPADO VATICANO ALIADOS 
No seréis agoreros. "No practicaréis encantamientos" (BJ). Es probable que aquí se haga referencia a los hechizos y amuletos, que aunque no eran de por sí inmorales ni licenciosos, tendían a la superstición y la idolatría. Es impresionante encontrar que muchas personas viven bajo la influencia de creencias supersticiosas. Aun diarios respetables publican los horóscopos que predicen buena o mala fortuna. Los hombres pretenden predecir el futuro por la posición de las estrellas y aconsejar en cuanto a lo que debiera hacerse o dejarse de hacer en determinados días. Los adivinos y médiums espiritistas, florecen por miles con diversos nombres y métodos, y millones son engañados por ellos. Muchas personas llevan amuletos de diversa índole en los bolsillos para que no les ocurra algo malo, o clavan herraduras sobre las puertas; otros "tocan madera". Muchos no comienzan ni realizan cierta tarea en viernes. Se considera que el número 13 trae "mala suerte" y hay quienes no se atreven a moverse de la casa en martes 13. Muchos se fijan en los malos agüeros, tales como los gatos negros. Algunos se niegan a caminar debajo de una escalera por temor a lo que podría suceder, y otros pretenden curar ciertas enfermedades arrojando un objeto detrás de la espalda en una noche sin luna. En la antigüedad tales cosas se tomaban muy en serio, y había peligro de que Israel se interesase por la magia de las naciones circunvecinas. ] 



Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 01/06/2023 23:44





Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.1-> Apareció. Con el cap. 12 comienza una nueva línea profético que continúa hasta el fin del libro. Esta sección presenta a la iglesia de Dios enfrentándose a los poderes del mal y su triunfo final sobre ellos. Cielo. Se refiere al firmamento, no al ciclo donde mora Dios. En cuanto a la naturaleza de las visiones simbólicas, ver com. Eze 1:10. Señal. Gr. s’méion, “señal”, “marca”, “prenda”, de s’máinō, “dar señal”, “significar”, “indicar” (ver com. Ap 1:1). s’méion se traduce frecuentemente como “milagro” (Hch 4:22; Hch 8:13); describe un milagro como señal de autoridad (ver t. V, p. 199). En Ap 12:1 s’méion significa una señal que anuncia acontecimientos venideros. Mujer. En el AT la verdadera iglesia se simboliza algunas veces por medio de una mujer (Isa 54:5-6; Jer 6:2). Cuando la iglesia apostató, fue comparada con una mujer corrompida (Jer 3:20; Eze 23:24). Los mismos símbolos aparecen en el NT (2Co 11:2; Efe 5:25-32; Ap 17:1-3). En Apoc. 12 la mujer representa a la verdadera iglesia. Esta mujer, que está por dar a luz a Cristo (Ap 12:2; Ap 12:4-5) y es perseguida después de la ascensión de Cristo (Ap 12:5; Ap 12:13-17), representa a la iglesia tanto del AT como del NT. Cf. Hch 7:38. Vestida del sol. Esta luz puede considerarse como una representación de la gloria de Dios, especialmente como se revela en el Evangelio; pero la mujer que representa a la iglesia falsa es descrita, por contraste, como ataviada con ropas escandalosas y con una copa llena de abominaciones Vaticano  (Ap 17:4). La luna. Este símbolo es interpretado por muchos comentadores como un símbolo del sistema de ritos y sombras de los tiempos del AT, los cuales fueron eclipsados por la revelación más plena que llegó por medio de Cristo. La ley ceremonial, que fue cumplida en la vida y la muerte de Cristo, bien podía ser representada por la luna, que brilla con luz que refleja del sol. Corona. Gr. stéfanos, una corona de vencedor (ver com. Mat 27:29; Ap 2:10), no diád’ma, una corona real (ver com. “diademas”, Ap 12:3). Doce estrellas. Los comentadores han aplicado en general este símbolo a los 12 patriarcas a los 12 apóstoles, o a ambos. Puesto que el énfasis principal del cap. 12 es sobre la iglesia del NT, sin duda debe referirse a los 12 apóstoles; pero el cuadro de las 12 tribus también continúa al mismo tiempo en la iglesia del NT (ver com. Ap 7:4). ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.2-> Encinta. Se presenta a la iglesia en el tiempo en que estaba por nacer el Mesías. Algunos ven una referencia a Isa 7:14. En cuanto a la figura de una mujer en estado de gravidez, ver Isa 26:17; Isa 66:7-8. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.3-> Señal. Gr. s’méion (ver com. Ap 12:1). Dragón escarlata. Este símbolo o poder se identifica en el Ap 12:9 como “la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás”. Este símbolo representa a Satanás actuando por medio de la Roma pagana, el poder que gobernaba el mundo cuando Jesús nació (ver com. Ap 12:4; cf. CS 491). El dragón se describe como de color “escarlata”, probablemente porque en toda su relación con la iglesia de Dios aparece como perseguidor y destructor de ella. Su propósito ha sido el de destruir a los hijos del Altísimo. Siete cabezas. También aparecen siete cabezas en la bestia que Juan vio surgir del mar  (Ap 13:1) y sobre la bestia bermeja (Ap 17:3). Las cabezas del Ap 17:9-10 se identifican como “siete montes” y “siete reyes”. Es, pues, razonable concluir que las siete cabezas del dragón representan poderes políticos que han fomentado la causa del dragón, y por medio de los cuales este ha ejercido su poder perseguidor. Algunos sostienen que el número “siete” se usa aquí como un número que indica plenitud, y que no es necesario identificar precisamente a siete naciones por medio de las cuales haya obrado Satanás. Cf. com. Ap 17:9-10. En cuanto a una descripción de la serpiente de siete cabezas en la mitología antigua, ver com. Isa 27:1. El Talmud también menciona un dragón con siete cabezas (Kiddushin 29b). Diez cuernos. La bestia de los cap. 13 y 17 también tenía cada una diez cuernos. Algunos sostienen que los diez cuernos del dragón son idénticos a los de las dos bestias, y que los de la segunda bestia (Ap 17:7) son idénticos a los diez cuernos de la cuarta bestia de Dan.7. Para identificar los diez cuernos de la cuarta bestia, ver com. Dan 7:1. Otros ven en los diez cuernos del dragón una designación más general de los poderes políticos menos importantes, por medio de los cuales ha obrado Satanás, en contraste con las siete cabezas, que pueden considerarse como una representación de los principales poderes políticos (ver com. “siete cabezas”). Sugieren que el número “diez” puede ser un número redondo, como sucede a menudo en otras partes de las Escrituras (ver com. Luc 15:8). Cf. com. Ap 17:9-10. En sus cabezas. Las insignias de realeza sobre las cabezas pueden tomarse como una evidencia adicional de que representan reinos políticos (ver com. “siete cabezas”). Diademas. Gr. diád’ma, literalmente “algo ceñido”, de diadéō, “ceñir”. Esta palabra se usaba para describir la insignia de realeza de los reyes persas, una cinta azul bordeada de blanco, que se usaba sobre el turbante. Después llegó a ser usada como señal de realeza. Diád’ma sólo aparece aquí y en Ap 13:1 y Ap 19:12. Diád’ma, que contrasta con stéfanos, también se traduce “corona” en el NT (Mat 27:29; 1Co 9:25; 2Ti 4:8; etc,) Stéfanos era una guirnalda que con frecuencia significaba el premio o trofeo que se daba a los vencedores (ver com. 1Co 9:25). ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver.
[V.4-> Su cola arrastraba. Literalmente “su cola está arrastrando”. En la visión profético Juan vio la acción mientras ésta ocurría La tercera parte. Algunos creen que este acontecimiento se describe con mayores detalles en los Ap 12:7-9, y que “la tercera parte de las estrellas del cielo” representa una tercera parte de los ángeles celestiales que se unieron con Satanás en su rebelión y fueron expulsados del cielo (ver 1JT 312; 2JT 103). Otros interpretan que estas “estrellas” representan dirigentes judíos, de los cuales había tres clases principales: reyes, sacerdotes y el sanedrín. Interpretan que la tercera parte que fue arrojada en tierra es la realeza, la cual Roma quitó a judá. Devorar. Una representación de los esfuerzos de Satanás para destruir al niño Jesús. Para apreciar cuán apropiado es este simbolismo, bastaría recordar el proceder de Herodes cuando oyó el mensaje de los magos (Mat 2:16). Años más tarde la Roma pagana nuevamente se levantó contra el “Príncipe de los príncipes” (ver com. Dan 8:25). ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.5-> Un hijo varón. Literalmente “un hijo, un varón”. Regira... a todas las naciones. Una alusión a Sal 2:8-9, claramente aplicable al Mesías. Los judíos reconocían esta aplicación (Talmud Sukkah 52ª). El ser que aquí se describe se identifica en Ap 19:13-16 como “EL VERBO DE DIOS... REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. Ver com. Ap 2:27; Ap 19:15. Arrebatado. Una referencia a la ascensión de Jesucristo (Heb 1:3; Heb 10:12). Para cumplir mejor el propósito de esta profecía, el simbolismo pasa completamente por alto el relato de la vida, obra, sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús. Sólo se menciona su ascensión. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 6
[V.6-> Desierto. Gr. ér’mos, “lugar abandona desierto, vacío”, “lugar deshabitado”. Representa sin duda un lugar de retiro u oscuridad, una región o paraje en donde la iglesia estaría oculta, lejos de la mirada de los hombres. Ver com. Ap 17:3. Lugar. A este paraje se hace referencia en el Ap 12:14 como “su lugar”. La idea que encierra este pasaje es que la protección y el asilo del desierto que halló la mujer fueron divinamente escogidos y preparados. La. No se dice quienes “la” socorren, pero sin duda se refiere a los diversos instrumentos que Dios usó para proteger, fortalecer y sostener a la iglesia durante el tiempo cuando fue cruelmente perseguida. Sustenten. Gr. tréfō, “criar”, “nutrir”. Trefō se traduce “sustentada” en el Ap 12:14. Dios cuida de los suyos. Aun cuando la iglesia es perseguida 824 y condenada al exilio, el Señor la sostiene. Días. Este período de 1.260 días se menciona siete veces y en tres diferentes maneras en los libros de Daniel y Apocalipsis: 1.260 días (Ap 11:3; Ap 12:6), 42 meses (Ap 11:2; Ap 13:5) y 3 /2 tiempos (Dan 7:25; Dan 12:7; Ap 12:14). Para el cálculo de este período, ver com. Dan 7:25. Los adventistas creen que este período transcurrió desde 538 d. C. hasta 1798. Durante este período la mano de Dios cuidó de la iglesia, protegiéndola para que no fuera exterminada. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 7
[V.7-> Batalla en el cielo. Juan presenta ahora brevemente la historia del gran conflicto que hubo en el cielo entre Satanás y Cristo, desde su origen hasta el momento en que Cristo triunfó en la cruz (Ap 12:7-9 cf. Col 2:14-15), cuando Satanás fue arrojado definitivamente del cielo a la tierra (Ap 12:10-12), y el desarrollo de ese conflicto en la tierra hasta el tiempo del fin (Ap 12:13-16; ver com. Dan 11:35). Esta breve reseña queda como trasfondo de la extensa descripción del desarrollo del conflicto durante el tiempo del fin, por medio del cual esa lucha finalmente termina con éxito (Ap 12:17 a 20:15). En el Ap 12:9-11 Juan habla más particularmente de la fase del conflicto librado en el cielo en relación con la muerte de Cristo en la cruz. En cuanto a la evidencia del contexto que apoya esta conclusión, ver com. Ap 12:9. Aunque el revelador enfoca primordialmente su atención sobre el punto culminante del conflicto, que tuvo lugar en la cruz, la frase “hubo una gran batalla en el cielo” también puede entenderse como que se refiere al tiempo anterior a la creación de la tierra, cuando la hostilidad del dragón comenzó porque Lucifer aspiraba a ser semejante a Dios (ver com. Isa 14:13-14; Eze 28:12-16). En ese tiempo Satanás fue expulsado del cielo junto con los ángeles que simpatizaban con él (ver 2Pe 2:4; Jud 1:6). Los ángeles leales no entendieron plenamente entonces todas las consecuencias que estaban implicadas; pero cuando Satanás vilmente derramó la sangre de Cristo, quedó completa y eternamente desenmascarado delante del mundo celestial. Desde ese momento sus actividades fueron aún más restringidas (ver DTG 709). Miguel. Gr. Mija’l, una transliteración del Heb. mika’el, que significa “¿quién semejante a Dios?” Miguel es mencionado como “uno de los principales príncipes” (Dan 10:13), como “el gran príncipe” (Dan 12:1), y también como “el arcángel” (Jud 1:9). La literatura judía describía a Miguel como el más encumbrado de los ángeles, el verdadero representante de Dios, y lo identificaba como el ángel de Jehová (ver Talmud Yoma 37ª; Midrash Rabbah, com. Gen 18:3; Exo 3:2). Según el Midrash Rabbah, com. Exo 12:29, Miguel fue el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás. Un examen cuidadoso de las referencias bíblicas a Miguel permite concluir que no es otro sino nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo (ver com. Dan 10:13; cf. com. Jud 1:9).] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 8
[V.8-> No prevalecieron. Como la frase “batalla en el cielo” (Ap 12:7) puede tener una doble aplicación cuando se describe tanto el conflicto inicial en el cielo entre Lucifer y Dios como el que comenzó en la tierra entre Satanás y el Cristo encarnado, las palabras “no prevalecieron” pueden aplicarse apropiadamente a ambas etapas del conflicto, pues Satanás no tuvo éxito en ninguna de las dos. Ya lugar. Estas palabras pueden entenderse como una referencia al lugar que una vez poseyeron u ocuparon, o se les había asignado. Lucifer fue una vez el querubín “protector” (ver com. Eze 28:14), y los ángeles que se unieron con él en la rebelión ejercían diversas funciones de responsabilidad. Lucifer y sus ángeles perdieron esas funciones cuando fueron arrojados del cielo. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 9
[V.9-> Fue lanzado fuera. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo en las edades pasadas (2Pe 2:4), antes de la creación de este mundo (PP 14-23; cf. PE 145-146; CS 552-554; 3SG 36, 39; 1SP 17-33). Sin embargo, parece que hasta el momento del drama de la cruz podía llegar hasta los seres celestiales, y en un grado limitado, posiblemente como “príncipe de este mundo” (Jn 12:31; Luc 4:6), pero no como habitante del cielo, podía entrar en los recintos celestiales (DTG 709; cf. HR 26-27; ver com. “en tierra”). Esta puede ser, sin embargo, la expulsión definitiva que ocurrió en la cruz, como lo declaró nuestro Señor (Jn 12:31-32; cf. PP 54-57; DTG 455, 633,706). Es evidente por el contexto (Ap 12:10-13) 825 que Juan se está refiriendo más específicamente a los sucesos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz. Pueden notarse los siguientes puntos: 1. La proclamación que hace una “gran voz en el cielo” (Ap 12:10-12) es más o menos un paréntesis, cuyo propósito es explicar el significado de la expulsión de Satanás (Ap 12:9), en primer lugar a los habitantes del cielo, y luego a los de esta tierra. Después de este paréntesis explicatorio, el Ap 12:13 continúa la narración de las actividades de Satanás a partir del lugar donde había quedado en el Ap 12:9. Por consiguiente, los Ap 12:10-12 constituyen, principalmente, una declaración relativa al estado del plan de salvación en el momento en que Satanás fue “arrojado a la tierra”. 2. La primera declaración de la “gran voz” consiste en una serie de hechos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz sobre Satanás: se aseguró el plan de la “salvación”, se dio “poder” para resistir los engaños de Satanás, se aseguró el “reino” de Cristo y fue confirmado su “poder” literalmente “autoridad” de ser el Salvador del hombre, el sumo sacerdote y rey (Mat 28:18; CS 558). 3. La razón que se da en Ap 12:10 para esta cuádruple victoria es muy especifica: que “ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos”, lo cual relaciona claramente lo que se ha hecho con la expulsión del Ap 12:9. 4. En el tiempo de la expulsión de los Ap 12:9-10; Ap 12:13, “el acusador de nuestros hermanos” ya los había estado acusando activamente “delante de nuestro Dios día y noche”. Es obvio que esta caída ocurrió después de que Satanás había estado acusando durante cierto tiempo a “los hermanos”; por lo tanto, según parece ésta no puede ser la expulsión original de Satanás, la cual fue, por supuesto, antes de la creación de la tierra y de Adán y Eva. 5. El Ap 12:11 declara específicamente que fue “la Sangre del Cordero” -la muerte de Cristo en la cruz- la que había hecho posible la victoria sobre “el acusador de nuestros hermanos”. El gran dragón. Ver com. Ap 12:3. Serpiente. Una referencia a la serpiente que engañó a Eva (Gen 3:1). Antigua. Gr. arjáios, “antiguo”, “viejo”, de arj’, “principio”. “Arcaico” deriva de arjáios. Cf. Jn 8:44. Diablo. Gr.Diábolos, “calumniador” (ver com. Mat 4:1). Satanás. Gr. Satanás, transliteración del Heb. Sátan, que significa “adversario” (ver com. Zac 3:1). Engaña. Gr. Planáō, “hacer errar”, “descarriar”. “engañar” (ver com. Mat 18:12). Mundo. Gr. oikoumén’ “el mundo habitado”, de oikéō, “morar” (ver com. Mat 4:8). A la tierra. El conflicto en el cielo comenzó debido a los planes para la creación del hombre (ver 3SG 36). Cuando la tierra fue creada y entregada a Adán, Satanás se esforzó para hacer que cayera el hombre que acababa de ser creado. Cuando consiguió que Adán y Eva cayeran, reclamó la posesión de la tierra (ver com. Mat 4:8-9); pero lo limitó sus esfuerzos a esta tierra sino que también tentó a los habitantes de otros mundos (ver PE 290). No será sino hasta la segunda venida de Cristo cuando Satanás será completamente confinado a esta tierra durante mil años (ver com. Ap 20:3; cf. PE 290, DTG 455). ] 




Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 01/06/2023 23:56

Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.10-> Una gran voz. Hay gran regocijo en las cortes celestiales por la expulsión de Satanás y de su hueste. Ahora ha venido. El punto crucial de la historia es la cruz (ver com. Ap 12:7; Ap 12:9). Los habitantes del cielo bien podían regocijarse porque ahora estaba asegurada la destrucción de Satanás. Ya antes había sido así en el plan de Dios, pero ahora los seres celestiales se unían al canto porque habían visto revelada en el Calvario la malignidad de Satanás contra Cristo. Salvación. Gr. sōt’ría, “liberación”, “salvación”; aquí posiblemente “victoria”. Poder. Gr. dúnamis, “poder”, “fuerza”. Sin duda se hace referencia a la manifestación de poder que produjo la caída del dragón. Reino. Satanás había pretendido que él era el gobernante legítimo de este mundo; pero cuando no pudo conseguir que pecara el Hijo de Dios, quedó asegurado el reino de Cristo. Su Cristo. O “su Ungido”. Cristo significa “ungido” (ver com. Mat 1:1). El acusador. Satanás era el acusador de los hermanos en los días del AT (Jnb 1:8-12; Zac 3:1), y ha continuado desempeñando este papel después de la cruz, pero en escala limitada (ver com. Jn 12:31; cf. DTG 709). Los escritos rabínicos frecuentemente presentan a Satanás como el gran acusador (ver Talmud Sanhedrin 89b; Midrash Rabbah, com. Exo 32:2). Hermanos. Cf Ap 6:11. Día y noche. O siempre que se presentaba la oportunidad. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.11-> Ellos le han vencido. La mente del profeta está absorta en la contemplación de los 826 que han sido acusados por el instigador del mal. Piensa en cuánto han sufrido y en las indignidades a las cuales han sido expuestos. Recuerda cómo vencieron a pesar de las dificultades, no por su propia fuerza sino “por medio de la sangre del Cordero”. Por medio de la sangre. O “en virtud de la sangre”, “debido a la sangre”. Los santos vencieron a causa de la victoria del Calvario. En cuanto al significado de la “sangre”, ver com. Ap 1:5; cf. com. Rom 5:9. Cordero. Ver com. Jn 1:29. De la palabra. ”A causa de la palabra”, o “debido a la palabra”. Del testimonio. Es decir, su testimonio personal respecto a Jesús y el Evangelio. Menospreciaron sus vidas. ¡Qué fidelidad! Preferían morir antes que desobedecer a Dios. Ver com. Jn 12:25. ]

Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.12-> Alegraos, cielos. Había regocijo en el cielo porque los ángeles y los habitantes de otros mundos sabían que Satanás estaba condenado por la victoria de Cristo en el Calvario. ¡Ay! Para la iglesia aún habría persecución, por eso sus miembros no podían regocijarse todavía. Gran ira. El diablo está airado por su derrota. En vez de sentir remordimiento y pesar por el mal, se sumerge cada vez más profundamente en la iniquidad; sigue adelante con una malignidad intensificada y renovada en sus esfuerzos por perseguir a la iglesia del Dios viviente. Cf. 1Pe 5:8. Poco. Gr. olígos, “poco”, “pequeño”, “escaso”, cuando se refiere a un número, cantidad o tamaño; “corto”, cuando se refiere a tiempo. Olígos es un término relativo; describe aquello a que se refiere según el sentido del contexto. Olígos se usa para referirse a “unos pocos pececillos” en el relato de la alimentación de los 4.000, en comparación con la cantidad que habría sido necesaria para alimentar a esa multitud (Mat 15:34). El número de los que hallan el camino de la vida son “pocos” (olídos), comparado con el número de los que escogen el camino de la destrucción (Mat 7:14). Jesús puso sus manos sobre “pocos” (olídos) enfermos, en comparación con el número de los que podrían haber sido sanados si no hubiera habido tanta incredulidad (Mar 6:5). Olígos se usa ocho veces en el NT con referencia al tiempo. En cinco casos el tiempo está implícito en la palabra (Mar 6:31; Stg 4:14; 1Pe 1:6; 1Pe 5:10; Ap 17:10); en tres casos, el tiempo se expresa mediante una palabra modificada por olígos (Hch 14:28 dice literalmente “no poco tiempo”; Heb 12:10; Ap 12:12). La duración del tiempo expresada por olígos depende de aquello con lo cual se compara; por ejemplo, el reposo descrito en Mar 6:31 que durará olígos, probablemente continuó sólo por pocos días, o a lo sumo pocas semanas. Pero en Stg 4:14 olígos describe la duración de la vida de un hombre. En Ap 12:1 olígos define el período desde la expulsión de Satanás cuando Cristo fue crucificado (ver com. “Fue lanzado fuera”), hasta el fin de la tiranía de Satanás sobre los habitantes de la tierra. Este período se describe como olígos en comparación con el lapso de más de 4.000 años que transcurrieron antes de la crucifixión. Puede parecer que los 2.000 años que han transcurrido desde la crucifixión, durante los cuales Satanás ha estado trabajando activamente contra la iglesia, no es “poco tiempo”, ya sea en sentido absoluto o cuando se compara con los 4.000 años que precedieron a la crucifixión; sin embargo, esta expresión debe entenderse dentro del contexto de todo el contenido del libro de Apocalipsis, que presenta la segunda venida de Cristo como cercana (ver com. Ap 1:1; cf Ap 22:20). Si Jesús viene “presto”, entonces el tiempo que Satanás tiene para obrar es “poco”. Ver com. Ap 17:10. ]
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 13
[V.13-> La mujer. Ver com. Ap 12:1. Como el dragón no puede atacar ahora directamente al Hijo de Dios, procura herirlo a través de la madre, persiguiendo a la iglesia, la madre del hijo varón (ver com. Ap 12:6). Hijo varón. Ver com. Ap 12:5. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 14
[V.14-> Dos alas. El símbolo de alas de águila era familiar para el antiguo pueblo de Dios. Con esta figura se hace referencia a la liberación de los israelitas de manos del Faraón y sus huestes (Exo 19:4; Deu 32:11). Algunos ven en estas alas un símbolo del apresuramiento con que la iglesia se vio obligada a buscar refugio. Sustentada. Ver com. Ap 12:6. Un tiempo, y tiempos. Ver com. Ap 12:6. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.15-> Agua como un río. En Sal 74:13 y Eze 29:3 el dragón es identificado como un animal acuático, y tal vez por eso se usa la figura del agua como símbolo de destrucción. Satanás procuró destruir a la iglesia cristiana con la inundación de falsas doctrinas, además de la persecución (cf. Ap 17:15). ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver.
[V.16-> La tierra ayudó a la mujer. Algunos sostienen que “tierra” representa regiones donde había pocos habitantes, en contraste con 827 “aguas” que a veces representa “pueblos”, “naciones” y “lenguas” (Ap 17:15). Destacan que en el tiempo de la Reforma había millones de personas en Europa y el Lejano Oriente, pero que el continente norteamericano estaba muy escasamente poblado, e indican que esta región es la “tierra” que proporcionó alivio a la iglesia perseguida en el Viejo Mundo. Puede incluirse también a los países protestantes de Europa occidental que dieron refugio a los perseguidos. Otros señalan la Reforma protestante como el factor principal para destruir el hechizo que ejercía la iglesia apóstata. Tragó. Es decir, hizo ineficaces los medios diseñados para destruir la iglesia. ] 
Apocalipsis (de Juan) 12-> Ver. 
[V.17-> Se llenó de ira. O “se enfureció”. Su fracaso en destruir a la iglesia del desierto intensifica la ira del dragón, y por eso se prepara con gran determinación para hacer guerra contra el pueblo de Dios, específicamente contra “el resto de la descendencia de ella”. Hacer guerra. Es, sin duda, un intenso esfuerzo por destruir a la iglesia cristiana. Su empeño supremo en este sentido aún está en el futuro (ver com. Ap 13:11-17; Ap 16:12-16; cf. CS 650). El resto. Gr. loipós, “lo que queda”, de leípō “abandonar”; “dejar atrás”. Ver la Nota Adicional al final de este capítulo. Guardan los mandamientos. El hecho de que el remanente sea identificado de esta manera, indica que los mandamientos de Dios es especialmente en pugna en esta lucha entre el dragón y la iglesia (ver com. Ap 14:12; CS 498-503). Testimonio de Jesucristo. En el texto griego esta frase puede entenderse como “ testimonio” que los cristianos dan respecto a Jesús, o como el “testimonio” que se origina con Jesús y es revelado a su iglesia por medio de los profetas (ver com. Ap 1:2). Una comparación con el Ap 19:10 claramente favorece la segunda interpretación. El “testimonio de Jesucristo” se define como “el espíritu de la profecía”, lo que significa que Jesús da testimonio o seguridad a la iglesia por medio de las profecías. La estrecha relación entre el “testimonio de Jesús” y la profecía se demuestra, además, al hacer una comparación entre los Ap 19:10 y Ap 22:9. En el Ap 19:10 el ángel se identifica como un “siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús”, y en el Ap 22:9 como “siervo contigo, y con tus hermanos los profetas”. Según la razonable conclusión que estas dos expresiones del ángel son paralelas, entonces los que tienen el testimonio de Jesús pueden ser identificados con los profetas. Puesto que la obra distintiva de los profetas es llevar los mensajes de Jesús al pueblo (ver com. Ap 1:1), la interpretación de que el testimonio de Jesús se refiere al “testimonio” que él tiene para la iglesia, queda firmemente apoyada. Los Adventistas del Séptimo Día interpretan el pasaje de este modo, y creen que el “resto” (o “remanente”) se distinguirá por la manifestación del don de profecía en medio de ellos. Creen que el “testimonio de Jesucristo” es el testimonio de Jesús entre ellos mediante el don profético. Ver Nota Adicional com. cap. 19. ]






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