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Cuarto Camino
 
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General: ¿Qué es el Cuarto Camino?
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De: Alcoseri  (Missatge original) Enviat: 24/06/2009 20:43
La idea principal de este sistema era que no usamos siquiera una
pequeña parte de nuestros

poderes y fuerzas. Por así decirlo, tenemos en nosotros una
organización grandísima y

finísima, sólo que no sabemos cómo usarla. En este grupo empleaban
ciertas metáforas

orientales, y me dijeron que tenemos en nosotros una casa grande,
llena de bellos muebles,

con una biblioteca y muchas otras habitaciones, pero vivimos en el
sótano y la cocina, y no

podemos salir de allí. Si la gente nos habla sobre lo que esta casa
tiene escaleras arriba, no le

creemos, o nos burlamos de ella, o a eso lo llamamos superstición, o
cuentos de hadas, ó

fábulas.

Esté sistema puede dividirse en estudio del mundo, sobre ciertos
principios nuevos, y estudio

del hombre. El estudio del mundo y el estudio del hombre incluyen en
sí una suerte de

lenguaje especial. Tratamos de usar palabras corrientes, las mismas
palabras que empleamos

en la conversación ordinaria, pero les asignamos un significado
levemente diferente y más

preciso.

El estudio del mundo, el estudio del universo, se basa en el estudio
de algunas leyes

fundamentales que, en la ciencia, no son generalmente conocidas o
reconocidas. Las dos leyes

principales son la Ley de los Tres y la Ley de los Siete, que se
explicarán después. Incluido en

esto y necesario desde este punto de vista, es el principio de la
escala, principio que no entra

en el estudio científico corriente, o entra muy poco.

El estudio del hombre está estrechamente conectado con la idea de la
evolución del hombre,

pero ésta deberá entenderse de un modo levemente distinto del
corriente. Por lo común, la

palabra evolución aplicase al hombre o a algo más que presuponga una
especie de evolución

mecánica; quiero decir que ciertas cosas, por ciertas leyes conocidas
o desconocidas, se

transforman en otras cosas, y estas otras cosas se transforman aún en
otras cosas, y así

sucesivamente. Pero desde el punto de vista de este sistema, tal
evolución no existe: no hablo

en general, sino específicamente del hombre. La evolución del hombre,
si ocurre, sólo puede

ser el resultado del conocimiento y del esfuerzo; mientras el hombre
sólo conozca lo que

puede conocer del modo corriente, para él no hay evolución ni la hubo
jamás.

En este sistema, el estudio serio comienza con el estudio de la
psicología, es decir, con el

estudio de uno mismo, porque la psicología no puede estudiarse, como
ocurre con la

astronomía, fuera de uno mismo. El hombre tiene que estudiarse. Cuando
me dijeron eso, de

inmediato advertí que no tenemos método alguno de estudio de nosotros
mismos y ya

poseemos muchas ideas equivocadas acerca de nosotros. De modo que
comprendí que

debemos librarnos de la ideas equivocadas acerca de nosotros y al
mismo tiempo encontrar

los métodos para estudiarnos.

¿Tal vez comprenden qué difícil es definir lo que significa
psicología? Hay tantos significados

atribuidos a las mismas palabras en los diferentes sistemas que es
difícil tener una definición

general. De modo que empezamos definiendo a la psicología como el
estudio de uno mismo.

Ustedes tienen que aprender ciertos métodos y principios y, de acuerdo
con estos principios y

usando estos métodos, tratarán de verse desde un nuevo punto de vista.

Si empezamos a estudiarnos, con lo primero que tropezamos es con una
palabra que usamos

más que cualquier otra, y esta palabra es "yo". Decimos "yo hago", "yo
estoy sentado", "yo

siento", "yo gusto", "yo no gusto", etc. Esta es nuestra principal
ilusión, pues el principal error

que cometemos acerca de nosotros mismos es considerarnos uno solo;
siempre hablamos de

nosotros como "yo", y suponemos que nos referimos a la misma cosa todo
el tiempo, cuando

en realidad estamos divididos en centenares de "yoes" diferentes. En
un momento en que digo

"yo", habla una parte de mí, y en otro momento en que digo "yo", habla
otro "yo" muy

distinto. No sabemos que no tenemos un solo "yo", sino muchos "yoes"
diferentes, conectados

con nuestros sentimientos y deseos, y que no tenemos un "yo"
controlador. Estos "yoes"

cambian todo el tiempo; uno suprime al otro; uno reemplaza al otro; y
toda esta lucha

compone nuestra vida interior.

Los "yoes" que vemos en nosotros se dividen en varios grupos. Algunos
de estos grupos son

legítimos, pertenecen a las divisiones correctas del hombre, y algunos
de ellos son

absolutamente artificiales y creados por el conocimiento insuficiente
y por ciertas ideas

imaginarias que el hombre tiene acerca de sí mismo.

Para empezar a estudiarse es necesario estudiar los métodos de
observación de sí, pero eso, a

su vez, debe basarse en cierta comprensión de las divisiones de
nuestras funciones. Nuestra

idea corriente de estas divisiones es muy equivocada. Conocemos la
diferencia entre las

funciones intelectuales y emocionales. Por ejemplo, cuando discutimos
cosas, pensamos sobre

ellas, las comparamos, inventamos explicaciones o hallamos
explicaciones reales, todo esto es

trabajo intelectual; mientras que el amor, el odio, el recelo, etc.,
son emocionales. Pero muy a

menudo, cuando tratamos de observarnos, mezclamos incluso las
funciones intelectuales y

emocionales; cuando realmente sentimos, a eso lo llamamos pensar, y
cuando pensamos, a

eso lo llamamos sentir. Pero en el curso del estudio aprenderemos de
qué modo aquéllos

difieren. Por ejemplo, hay una enorme diferencia en velocidad, pero
después hablaremos más

sobre ello.

Luego, hay otras dos funciones que ningún sistema de psicología
ordinaria divide ni entiende

del modo correcto: la función instintiva y la función motora. Lo
instintivo se refiere al trabajo

interior del organismo: la digestión de la comida, el latido del
corazón, la respiración: éstas

son funciones instintivas. A la función instintiva pertenecen también
los sentidos ordinarios:

vista, oído, olfato, gusto, tacto, sensación de frío y calor, cosas
como eso; y esto es todo,

realmente. De los movimientos externos, sólo los reflejos simples
pertenecen a la función

instintiva, porque los reflejos más complicados pertenecen a la
función motora. Es muy fácil

distinguir entre las funciones instintivas y motoras. No tenemos que
aprender nada que

pertenezca a la función instintiva; nacemos con la capacidad de usar
todas las funciones

instintivas. Por el otro lado, las funciones motoras, han de
aprenderse en su totalidad: un niño

aprende a caminar, a escribir, etc. Hay una grandísima diferencia
entre ambas funciones,

puesto que no hay nada inherente a las funciones motoras, y las
funciones instintivas son

todas inherentes.

De modo que, al observarse, primero de todo es necesario dividir estas
cuatro funciones y

clasificar de inmediato todo lo que observen, diciendo: "Esta es una
función intelectual",

"Esta es una función emocional", etc.

Si practican esta observación durante algún tiempo, podrán notar
algunas cosas extrañas. Por

ejemplo, descubrirán que lo realmente difícil de observar es que
ustedes se olvidan de ello.

Empiezan observando, y sus emociones se conectan con algún género de
pensamiento, y

olvidan observarse.

Además, luego de un tiempo, si continúan con este esfuerzo de
observar, que es una nueva

función no utilizada del mismo modo en la vida corriente, ustedes
advertirán otra cosa

interesante: que por lo general no se recuerdan. Si pudieran estar
conscientes de sí todo el

tiempo, entonces podrían observar todo el tiempo, o en cualquier caso,
tanto tiempo como

gusten. Pero, debido a que no pueden recordarse, no pueden
concentrarse; y he aquí por qué

tendrán que admitir que no tienen voluntad. Si pudieran recordarse,
tendrían voluntad y

podrían hacer lo que quisieran. Pero no pueden recordarse, no pueden,
ser conscientes de sí,

de modo tal que no tienen voluntada A veces pueden tener voluntad por
breve tiempo, pero

aquélla se convierte en otra cosa y la olvidan.

Esta es la situación, el estado del ser, el estado desde el cual
tenemos que comenzar a

estudiarnos. Pero muy pronto, si ustedes continúan, llegarán a la
conclusión de que casi desde

que empiezan a estudiarse, tienen que corregir en sí mismos ciertas
cosas que no son

correctas, ordenar ciertas cosas que no están en sus sitios correctos.
El sistema tiene una explicación

para esto.

Estamos hechos de tal modo que podemos vivir en cuatro estados de
consciencia, pero, tales

como somos, usamos sólo dos: uno cuando estamos dormidos, y el otro
cuando estamos lo

que llamamos "despiertos": es decir, en el estado actual, cuando
podemos charlar, escuchar,

leer, escribir, etc. Pero éstos son sólo dos de los cuatro estados
posibles. El tercer estado de

consciencia es muy extraño. Si la gente nos explica qué es el tercer
estado de consciencia,

empezamos a pensar que lo tenemos. El tercer estado puede llamarse
consciencia de sí, y la

mayoría de la gente, si se le pregunta, dice: "¡Somos ciertamente
conscientes!" Requiérese

tiempo suficiente o esfuerzos de observación de si, repetidos y
frecuentes, antes que realmente

reconozcamos el hecho de que no somos conscientes; que somos
conscientes sólo

potencialmente. Si nos preguntan, decimos: "Si, lo soy", y por ese
momento lo somos, pero en

el momento siguiente cesamos de recordar y no somos conscientes. De
modo que, en el

proceso de observación de sí, comprendemos que no estamos en el tercer
estado de consciencia,

que vivimos sólo en dos. Vivimos en estado de sueño o en estado de
vigilia, lo cual,

en el sistema, llamase consciencia relativa. El cuarto estado, que se
llama consciencia

objetiva, es inaccesible para nosotros porque sólo puede alcanzarse a
través de la consciencia

de sí, es decir, primero convirtiéndose en consciente de uno mismo, de
manera que mucho

después podemos disponernos a alcanzar el estado objetivo de la
consciencia.

De modo que, al mismo tiempo que la observación de si, tratamos de ser
conscientes de

nosotros reteniendo la sensación de "Yo estoy aquí", nada más. Y este
es el hecho que se le

escapó, sin la mínima excepción, a toda la psicología occidental.
Aunque muchas personas se

aproximaron muchísimo a él, no reconocieron la importancia de este
hecho y no

comprendieron que el estado del hombre, como éste es, puede ser
cambiado: que el hombre

puede recordarse, si lo intenta durante largo tiempo.

Esta no es una cuestión de un día o un mes. Es un estudio muy
prolongado, y un estudio de

cómo suprimir obstáculos, porque no nos recordamos, no somos
conscientes de nosotros,

debido a muchas funciones equivocadas de nuestra máquina, y todas
estas funciones han de

corregirse y ajustarse. Cuando la mayoría de estas funciones es
ajustada, estos períodos de

recuerdo de sí se tornarán cada vez más largos, y si llegan a ser lo
suficientemente largos,

adquiriremos las dos nuevas funciones. Con la consciencia de sí, que
es el tercer estado de

consciencia, adquirimos una función que se llama emocional superior,
aunque igualmente es

intelectual, porque en este nivel no hay diferencia entre intelectual
y emocional tal como

existe en el nivel corriente. Y cuando llegamos al estado de
consciencia objetiva, adquirimos

otra función que se llama mental superior. Los fenómenos de lo que
llamo psicología

supernomal pertenecen a estas dos funciones; y he aquí porqué, cuando
realicé aquellos

experimentos hace veinticinco años, llegué a la conclusión de que el
trabajo experimental es

imposible, porque no es una cuestión de experimentación sino de cambio
del propio estado de

consciencia.

Acabo de darles algunas ideas generales. Ahora traten de decirme lo
que no entienden, lo que

desean que les explique mejor. Traten de formular cualquier pregunta
que gusten, ya sea en

relación con lo que dije o con sus propios problemas. De ese modo será
más fácil empezar.

P. ¿Para alcanzar el estado superior de consciencia, es necesario
estar permanentemente

consciente de uno mismo?

R. No podemos hacer eso, de modo que no es cuestión de estar
permanentemente consciente.

Sólo podemos charlar ahora sobre el comienzo. Debemos estudiarnos en
conexión con" esta

división de las diferentes funciones cuando podemos, cuando nos
acordamos de hacerlo,

porque en esto dependemos de la oportunidad. Cuando recordamos,
debemos tratar de ser

conscientes de nosotros mismos. Esto es todo lo que podemos hacer.

P. ¿Hay que poder ser consciente de las propias funciones instintivas?

R. Sólo de los sentidos. El trabajo instintivo interior no necesita
volverse consciente. Es

consciente por sí, independientemente de la función intelectual, y no
hay necesidad de

acrecentar esto. Debemos tratar de volvernos conscientes de nosotros
mismos como nos

vemos, no de nuestras funciones interiores. Después de algún tiempo
podemos volvernos

conscientes de ciertas funciones interiores de las que es útil ser
conscientes; pero no todavía.

Advierta que no adquirimos sentimientos nuevos. Sólo clasificamos
mejor nuestras

impresiones corrientes, las cosas corrientes que obtenemos de la vida,
de la gente, de todo.

P. ¿Sería correcto decir que cuando aprendemos algo, como conducir un
vehículo, la función

intelectual le dice a la función motora qué hacer, y que, cuando es
eficiente, la función motora

trabaja por sí misma?

R. Absolutamente exacto. Usted puede observar muchas cosas como esa.
Primero, aprende a

través de la función intelectual.



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