Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuarto Camino
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 
 
  Herramientas
 
General: EL SELLO SECRETO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 08/06/2011 19:48
 
EL SELLO SECRETO
En mis precedentes encuentros, reconfortado de medir la estima de los miembros del Alto Consejo para la Orden Rosacruz AMORC, y dichoso de saber a ésta reconocida y apreciada por las instancias más competentes de nuestro mundo, he osado algunas preguntas y, en mi gran sorpresa, no solamente han sido contestadas, sino TAMBIEN me fueron aportadas las precisiones únicas y no solicitadas. En “Encuentros con lo insólito”, di cuenta del reconocimiento y de la apreciación del Alto Consejo, pero no estaba autorizado a relatar los detalles de conversaciones cautivantes de las cuales sentía, sin embargo, lo que ellas habrían podido aportar en certidumbre y estímulo a mis lectores rosacruces. Puesto que ello me es permitido hacer hoy, algunas explicaciones fundamentales son necesarias en principio. Las monografías oficiale s de nuestra Orden, las obras publicadas bajo la égida de nuestra tradición, los artículos y conferencias de nuestro querido lmperator, tanto como mis propios escritos y explicaciones, recuerdan sin cesar que la Orden Rosacruz AMORC da a sus miembros los útiles de la iniciación visible que les permitirá un día tener acceso a la fraternidad invisible. Dicho de otro modo, es repetido a menudo que la Orden Rosacruz AMORC es el camino auténtico VISIBLE hacia la INVISIBLE fraternidad de la Rosa-Cruz. El trabajo, el celo y la perseverancia conducen al miembro sincero al estado de comprensión iniciática querida para ser admitido entre los adeptos de la invisible fraternidad en la cual son recibidos AQUELLOS QUE ESTAN PREPARADOS. Uno comprende, por vía de consecuencias, que la invisible fraternidad de la Rosa-Cruz se interesa por las actividades de su organización exterior, la Orden Rosacruz AMORC, y por el progreso de cada uno de sus miembros. Estos progresos son evaluados no a partir de la masa de las monografías estudiadas, sino a partir del desarrollo REAL realizado por el rosacruz y, de todas maneras, si un miembro sabe UTILIZAR los útiles visibles a él confiados por la Rosa Cruz exterior y si, en consecuencia él edifica una estructura interior válida, demostrando así QUE EL ESTA PREPARADO, entonces puede estar seguro que las puertas de la Rosa Cruz interior le serán abiertas llegado el momento. La responsabilidad de su propio adelanto es pues dejado a cada miembro. Él recogerá inevitablemente de un trabajo sincero más comprensión y eficacia y, en último análisis, su vida será mejor, más ordenada y más dichosa. Pero el camino de la iniciación es, sobre todo una ruda escuela de paciencia y si el rosacruz acepta las lecciones y prosigue obstinadamente su ruta, la Rosa Cruz, finalmente, dejará de ser para él un simple emblema. Ella será TAMBIEN UN ESTADO INTERIOR gracias al cual tomará asiento entre AQUELLOS QUE SE CALLAN, entre los silenciosos de la fraternidad invisible de la Rosa-Cruz. Esta es, uno lo comprende, el soporte VIGILANTE de la organización visible que es la Orden Rosacruz AMO RO y ella insufla a ésta última, VIDA, LUZ Y AMOR, al mismo tiempo que estimula a veces a los dirigentes hacia más RIGOR Y SEVERIDAD si la necesidad, individual o colectiva, se hace sentir. Hay pues, en nuestro mundo, Rosa-Cruces. Un autor ha declarado, hace algunas décadas, que ellos estaban antes retirados en Oriente y eso ha sido verdadero durante mucho tiempo, pero incluso desde Oriente, ellos han continuado desempeñando su papel por lo que toca a la Orden Rosacruz auténtica. Jamás han cesado de hacerlo y ellos han PARTICIPADO en 1909 en la instalación del nuevo ciclo fundado por el Dr. H. Spencer Lewis bajo la denominación de Orden Rosacruz AMORC. Además, ellos han conservado siempre y TRANSMITIDO a sus sucesores, las residencias que ocupaban antiguamente. En fin, en una fecha relativamente próxima, ellos han dejado Oriente por Europa y prosiguen desde lugares tradicionales y, para algunos, NUEVOS, que, en nuestros días, como antiguamente, son conocidos de los adeptos ACEPTADOS bajo el nombre de “Casas secretas de la Rosa Cruz” Es de estas “CASAS SECRETAS” que se ha tratado en el curso de ciertas conversaciones con los responsables de la A .. ., y que ellos me han enseñado a completar, a tal punto, las informaciones que mi función me autorizaba a saber antes, que una luz nueva y exhaustiva me ha aparecido en cuanto a la Rosa Cruz en su prestigioso conjunto y a la Orden Rosacruz AMORC en su importancia única en el seno del mundo actual y del ciclo nuevo que se esboza. Además, como el Alto Consejo me ordenaba hacer, he esperado el plazo que me estaba prescrito y ESTANDO TODO PREPARADO, he sido acogido en una casa secreta. Estoy autorizado a visitar aun TRES pero, en el momento en que escribo estas líneas, puedo solamente relatar mí recepción en la primera, simplemente porque las otras tres no me acogerán sino dentro de algunas semanas. Mi peregrinaje se acabará en todo caso el 3 de enero próximo y yo acabaré después de mi regreso el presente manuscrito. Sin embargo, nada se opone a esto que relato desde ahora, y antes de mi permanencia en la primera casa secreta de la Rosa-Cruz, os invito a seguirme a Viena, en Austria, para la abertura del sello secreto y un apasionante descubrimiento. VIENA Como todas las grandes ciudades, y las menos grandes, Viena, para los nativos y los emigrantes de provincias o del extranjero, es el pan cotidiano- Para el turista y hasta el viajero apremiado Viena, son los juegos del Prater y la molicie de Schoenbrunn. Para todos, nativos, emigrados, turistas y viajeros apremiados, Viena es la sonriente capital de la música y el culto de Strauss. Llego a Viena en el crepúsculo del gran festival de música de Junio de 1967. En el taxi que me conduce del aeropuerto a mi hotel, los efluvios de un vals encantan mi camino, y, apenas llegado, otro vals me acoge después del océano de verdor que hay frente al Hotel Intercontinental. Después de una rápida pausa, el tiempo de llenar las formalidades de la recepción y ser acompañado a mi apartamento, de nuevo el vals llena mi universo, pues el primer gesto del ordenanza es dar vuelta al botón de la radio- Es con música que abro mis maletas y entablo conocimiento con mi hogar provisional. Habla pedido una habitación tranquila y, efectivamente, no percibo sino en lo lejano los ruidos de la ciudad, teniendo así motivo de estar satisfecho. Sin embargo, hecho una ojeada a través de la gran ventana de vidrio que da al exterior, veo en un estadio justo bajo mi ventana, dispuesto en cuadros, con muchas sillas ordenadas y, en el centro, un ring. Creía, “quería” creer, que eran los restos desiertos de una manifestación deportiva escolar hasta que, tarde en la noche, de regreso a mi apartamento después de la cena, habié ndome atraído hacia la ventana unos clamores frenéticos, asisto algunos minutos como espectador clandestino a las contorsiones de un match de - . - catch!!! Tal es el decorado donde se agitan mis pensamientos . . . Ml PENSAMIENTO de la experiencia que viviré aquí. ¿El día J, la hora H? Sé que es mañana y que el contacto conmigo será a las 9 horas de la mañana. Sé que debo esperar en mi habitación la llamada del conserje y que es delante del pupitre de éste que el encuentro tendrá lugar. En apariencia pues, ninguna sorpresa a precaver pero, en el primer plano de las humanas condiciones, está TODO EL RESTO, un “resto” que hasta aquí ha sido para mí como para tantos otros VIRTUAL y que, pronto será REAL, ACTUAL. Mi corazón se oprime de esperanza y de impacie ncia. ¡Ah! este tiempo ilusorio, ¡cómo nos tienta! Me despierto a las 6 horas 30 minutos y estoy sorprendido, pues mi constitución física está hecha de tal forma que, como se dice, yo no soy de la mañana. Me sucede a menudo trabajar en mis artículos, en mis charlas o en la meditación hasta las dos o tres horas de la madrugada sin sentirme fatigado, pero si por la mañana me levanto demasiado pronto, mi eficacia se resiente considerablemente. ¡Qué extraña constitución es la mía en esta encarnación¡ Ni frío demasiado intenso, ni horas matinales . . . Es necesario saber tener en cuenta tales exigencias y adaptarse. Es una forma de la maestría conocerse bien. Algunos, a veces, me dicen: ¡Cómo debéis lamentar el no conocer, cada día, las bellezas de la mañana como toda la naturaleza se despierta en una explosión de alegría !l . . . y no puedo responder que: “Cómo es lástima que, de vuestra parte, no podáis conocer los esplendores de la noche cuando todo duerme alrededor vuestro y el cielo parlanchín no os tiene para contaros sus secretos!” Ya estoy preparado y dentro de algunos minutos estaré, “Al principio - . .“ Me acerco a la ventana cuando el timbre del teléfono suena - . . ES LA HORA, ME ESPERA .. . Me precipito hacia el ascensor, heme en el vestíbulo.., después cerca del pupitre del conserje. ¡EL ESTA AHI! ¡LO HABRIA RECONOCIDO ENTRE MIL! La grande, la noble figura, la agitada dulzura de su fino rostro, el resplandor de sus ojos hundidos bajo la espesura de inverosímiles cejas blancas trazadas al azar en la frente.., El ardiente magnetismo que se desprende de todo el SER a un punto tal que ÉL SABE podría tocarlo con sus dedos sensibles, HE AHI, EL ROSACRUZ, UN ROSACRUZ, UN “REALIZADO”. ¡Qué hacer, qué decir! ¿Qué habríais hecho, que habríais dicho? Me aproximo a él y sin ostentación, ligaremente, inclino la cabeza en un signo de respeto profundo y de intensa devoción, pongo la mano izquierda sobre mi corazón y murmuro: ¡SERVIR!. Una sonrisa me responde, ninguna palabra es pronunciada y le sigo hasta un inmenso vehículo negro marcado con iniciales diplomáticas y el chofer, sin una palabra, rígido y serio, conduce el vehículo a lo largo del itinerario conocido por él, hasta su destino. De paso, echo una mirada sobre la arteria frecuentada que tomamos, después sobre la ópera, luego.., pero una mano se posa sobre la mía con afecto, como para decirme: “ ¡Paz, paciencia, confianza!” y esos tres sentimientos, al mismo momento, los siento. LOS VIVO. Un poco más temprano, un poco más tarde, ¡que importa! La experiencia de tal don ¿no es en sí TODA LA EXPERIENCIA MISTICA? Me acuerdo de un sabio encontrado en el curso de un viaje que había emprendido a la búsqueda de vestigios de una iniciación antigua, me había dicho: “Repite el nombre de Dios durante cinco minutos viviendo en cada instante eso que tú dices. Si llegas a ello, ¡Serás Dios tú mismo!”. Él quería con ello demostrar que la iniciación se adquiere teniendo consciencia cada instante, haciendo de cada instante un perpetuo PRESENTE. En verdad, es bueno esto que experimento en este momento, cuando esta mano bendita está posada sobre la mía, tan presta a recibir lo que se juzgará digno de compartir. El trayecto se desarrolla en - . . no lo sé, y yo sabía que ello importa poco mencionarlo. Dónde estamos YO NO LO IGNORO pues, curiosamente, ya he venido un día por estos lugares al azar, en un paseo, pero no puedo dar aquí ninguna indicación precisa que permita encontrarlo y cada uno lo comprenderá. Esta casa Roza-Cruz, como las otras que visitaremos más tarde es SECRETA, y eso por razones ligadas a la noción misma de INICIACION y de TRADICION. Además, si relatara en estas páginas: esta casa está en tal dirección, uno va allí de tal manera, cuán numerosos serían aquellos que, en su entusiasmo místico, acudirían a sus puertas con el deseo, no de saber más, puesto que yo voy a hablar, sino por VER más y quizás divisar algunos instantes la sombra del Realizado. Entonces, eso sería el fin, la ruptura, el derrumbamiento de todo un mundo de tradición, tanto en esto verdadero, que el deseo más noble engendra algunas veces la más espantosa de las catástrofes. Por lo tanto, la “casa” está aislada con, en la lejanía, la orilla de un bosque profundo. Altos muros la cercan y a cierta distancia se percibe el tejado y el piso más abajo. La perspectiva hace suponer que hay poco espacio entre la casa y el muro,pero no es este el caso. Por delante y los lados, este espacio es por lo menos de cinco metros y veré luego que por detrás, se encuentra un magnifico jardín de aproximadamente treinta áreas... Las grandes puertas se abren a la triple llamada del claxon de nuestro vehículo y el automóvil, silencioso, penetra en la propiedad, gira a su izquierda y se para delante de una entrada al mismo nivel, protegida con un elegante techo de tejas. La “casa” parece grande. Tiene, a primera vista, dos pisos y no difiere en nada de una residencia campestre donde algún hombre de negocios quisiera periódicamente retirarse al abrigo de las obras y de las pompas del mundo. Constataré pronto que la diferencia, precisamente está en otra parte, en el interior de la casa y sobre todo en LO QUE ALLI PASA. Observé que no hay ningún medio de identificar esta casa o a aquellos que ella abriga, ninguna placa, ninguna indicación que pueda sugerir el destino de estos lugares. El chofer abre la puerta de mi lado. Yo estoy muy apresurado y me precipito hacia la otra puerta para ayudar a mi compañero de ruta, pero él está ya fuera y, tomándome por el brazo izquierdo, me conduce hacia la casa. Volviéndose hacia el chofer que lo espera sin una palabra, le dice en inglés: “Id, ahora, y dad las gracias a Ml AMIGO. Esta noche a las 8, eso es suficiente”. Una mano finamente modelada en cobre reluciente está dispuesta a la señal que le dará mi huésped. Este golpea tres veces y la puerta se abre de par en par sobre.., delante... Estoy en el más completo embotamiento, como paralizado en el umbral, incapaz de un gesto: Ahí delante de mí ELLOS SON DOCE INCLUYENDO AL QUE ME ACOMPAÑO Y AL QUE HA ABIERTO LA PUERTA, Y TODOS ESTAN EN EL INTERIOR VESTIDOS DE UNA LARGA HOPALANDA BLANCA FRUNCIDA EN EL TALLE Y AJUSTADA POR UN CINTU RON DEL MISMO COLOR. En la perspectiva de esta sala circular de dimensiones medianas, con suelo de mármol negro y blanco, cortado en triángulos regulares cuya punta está en dirección a la entrada, el cuadro que se ofrece a mi vista es impresionante. No sé cómo, en el estado en que estoy, me es posible observar tanto. Es verdad que en las circunstancias críticas o excepcionales, nuestro ser entero está a tal punto alerta que percibimos por todos nuestros sentidos a la vez y que, mudo el interior, nuestra atención respira el conjunto y el detalle. En el fondo de la sala, detrás y ligeramente a la derecha de los que mi pensamiento, ya reconoce como “LOS HOMBRES DE BLANCO”, dos columnas, una blanca y ¡a otra negra, se apoyan sobre un estrado rectangular de mármol rosa al cual, desde los tres lados se accede por tres escalones. Sobre el muro, entre las dos columnas, un inmenso retrato del Maestro Jesús, tan vivo, tan animado por un juego de luces tamizadas, que su presencia parece REAL. En el centro del estrado, dos asientos de líneas sobrias uno a cada lado de un sillón con cinceladuras graciosas que no puedo distinguir aún desde el punto donde estoy. A la derecha, perfectamente ajustadas a la curva del muro se encuentran seis sillas, y a la izquierda tres, pero la disposición está tan bien estudiada que la asimetría es inaparente, Un poco más tarde, percibiré colocado justo detrás de los hombres de blanco, un gran candelabro y veré, a la derecha y a la izquierda de la entrada, dos candelabros similares, después exactamente en el centro de la sala, EN EL MISMO SUELO, un gran triángulo violeta cuyo vértice está de cara a la entrada y sobre el cual, en cada punta, tiene colocado un candelero de la misma madera de los candelabros. Al lado de la columna negra, un ligero humo se eleva de un enorme quemador de incienso. Una mesa vestida de blanco vecina a la otra columna y sobre esta mesa, una voluminosa bola de cristal resplandece sobre su pedestal de plata. Una luz tranquilizadora desciende de pantallas fijadas en los muros. Yo contaré, en todo momento DOCE. Para entrar en la sala, después de la entrada, es necesario descender TRES escalones y ello me recuerda otro lugar bien diferente, en otras circunstancias. Algunos minutos, quizás algunos segundos solamente, han transcurrido desde que estoy en el umbral, pues es necesario más tiempo para describir que para VIVIR. Mi primer compañero ha entrado el primero y se dirige por la derecha hacia una pequeña puerta que franquea. El que ha abierto la puerta me toma a su vez por el brazo izquierdo y me conduce hacia el grupo, frente al hombre de blanco que está situado en el centro de los otros. Reparo que éste lleva una estola violeta con, como único símbolo, sobre la izquierda, una Rosa Cruz dorada, y en el centro un bordado rojo. Su cabeza está cubierta por un casquete violeta del mismo tejido que la estola y ese casquete le recubre parte de la frente. Es bajo de estatura y PARECE mayor sin que le pueda fijar edad. Su rostro, como el del primero y el de los otros, resplandece de una inefable dulzura dentro de la aureola de sus largos cabellos blancos. Sus ojos grises se posan sobre mí fijamente. Instintivamente hago el SIGNO DE SUPLICACION y me inclino cuando, llegado a mi derecha, el que me ha conducido delante del grupo se dirige en inglés al personaje que tengo enfrente: “PADRE ROSENCREUTZ, HE AQUI NUESTRO VISITANTE” y TRES VECES, él pronuncia mi nombre. La respuesta viene, vibrante, de una voz fuerte que me sorprende en un hombre de esa estatura y quizás, quien sabe, de esa edad: “SE BIENVENIDO, HIJO MIO, EN ESTE TEMPLO DEL SANTO ESPIRITU” Luego pone sus manos sobre mis hombros, cierra los ojos y concentrado en sí mismo, me sopla TRES VECES sobre la frente. Yo experimento enseguida un extraordinario sentimiento de ligereza, una impresión de TOTAL PURIFICACION y mis ojos se humedecen de lágrimas, pero ya mi conductor me impulsa hacia la derecha y la misma presentación se producirá ante cada uno de estos augustos personajes. Sin embargo, para ellos, su NOMBRE ESOTERICO será precedido de una denominación que conozco bien: la de FRATER. Entretanto, mi primer compañero ha vuelto vestido con la hopalanda blanca y reparo que sólo él, con el “Padre Rosencreutz lleva una estola, pero la suya es AZUL. Su nombre yo lo recordaré lo mismo que me acordaré del nombre de los otros. Estos nombres son PRESTIGIOSOS Y TIENEN UN SENTIDO, como veremos. El “Padre”, ahora, toma asiento en el sillón magistral. Mi primer compañero se sienta a su derecha y mi “conductor” a su izquierda. Los otros ocupan las sillas. Un pequeño taburete ha sido situado en el vértice del triángulo y soy invitado, por un gesto del Padre, a sentarme. NINGUNA PALABRA QUE YO PUEDA COMPRENDER ES ENTONCES PRONUNCIADA. El Padre, y luego todos los demás, se levantan y yo hago lo mismo. Me parece que el Padre pronuncia unas palabras y que los otros le responden PERO NO OIGO NADA. Veo a seis de los hombres de blanco dejar su silla, aproximarse al quemador de perfume y encender una pequeña antorcha en la llama de una bujía situada en un globo rojo que yo no había advertido hasta aquí y cada uno de ellos se sitúa, unos ante un candelabro, otros ante un candelero. De nuevo los labios del Padre se agitan en lo que es para mí un SILENCIO IMPRESIONANTE. Otros labios le responden y, con una sincronización perfecta, los seis porta-antorchas encienden velas y bujías. En ese momento preciso, todas las otras luces se apagan y la enorme bola de cristal se hace brillante, de un insostenido resplandor que, sin embargo, NO DA AL RESTO DE LA SALA NINGUNA LUZ. El alumbrado, de hecho, es producido por las bujías ¡Oh! ¡Extraña atmósfera de un mundo diferente, fantasmagórica visión que las llamas danzantes acentúan con sombras gigantescas de hombres inmaculados! ¿QUIÉN SOY YO? ¿DÓNDE ESTOY? ¡CUÁL ES ESE SONIDO JAMAS OIDO QUE SE PARECE A UNA CONFUSA MELOPEA, LLEVANDO LA RESPIRACION A UN RITMO LENTO, MAS LENTO AUN Y AUN - - .! Es eso CM, no, es AUM, no del todo, una mezcla de los dos quizá - . - En mi, desde luego, un VACIO TOTAL. Después la sensación de “bascular”, un torbellino de inconsciencia y nada más, como un sueño, ¡cómo la muerte! Más tarde, “vuelto en mí , me recordaré de la fase preparatoria. Ella es practicada por los miembros de la Orden Rosacruz AMORC que hayan llegado o pasado el séptimo grado del templo . . - y en otro, pero ha sido conducida, SUSCITADA de fuera y MIENTRAS YO ESTABA DE PIE. De otra parte, NO HE TOMADO CONSCIENCIA DEL OTRO PLANO, DEL OTRO ESTADO, como es el caso de una “proyección” con éxito. ¿Qué significa eso?. Creo tener la explicación verdadera. HE SIDO SOMETIDO A UN EXAMEN ESPECTRAL. Por eso era necesario mi PLENA ADHESION y el sólo hecho de haber llegado aquí’ manifestaba mi aceptación. Si me hubiera sido pedida, habría, naturalmente, dado mi consentimiento. En verdad, a tales seres, yo me entregaría TODO ENTERO Y SIN NINGUNA RESERVA MENTAL: SU OBRA ES EL BIEN SUPREMO, EL SUMMUM BONUM http://groups.google.com/group/secreto-masonico


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados