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General: Una vez conocido y comprendido el secreto
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De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 12/01/2012 21:09
Una vez conocido y comprendido el secreto

LA ATENCIÓN EXTERNA Y LA ATENCIÓN INTERNA

http://groups.google.com/group/secreto-masonico



El Hombre tiene más sentidos interiores que sentidos exteriores. El Objeto del Trabajo finca en desarrollar los sentidos interiores. Esto, a su vez, desarrolla la percepción de los sentidos exteriores.



En lo que respecta a los sentidos exteriores, sólo notamos una fracción minúscula de lo que vemos. Observar lo que se ve es muy distinto de ver. Ve, digamos, una casa, mil y unas veces. ¿Se le ha ocurrido alguna vez contar cuántas ventanas tiene? Ve la calle donde vive todos los días. ¿Ha observado acaso sus casas, negocios, su forma, contorno, colorido, etc.? ¿Cuántos escalones lo llevan a su departamento? ¿De qué color son los ojos de fulano? Ahora bien, la pintura o el dibujo le enseñan a observar lo que ve.



Esto es la recepción de nuevas impresiones. Recibir más impresiones es acrecentar la Conciencia. El Trabajo dice: "No somos propiamente conscientes aunque nos atribuyamos una plena conciencia".



Ahora bien. si deja de recibir nuevas impresiones, no puede aprender nada nuevo. Se niega a adaptarse. Para aprender algo nuevo, que el Trabajo dice es imprescindible hacia el final de la vida, es menester recibir nuevas impresiones. Leer un libro que se refiere a un tema que no se conoce es recibir nuevas impresiones. Le imparte nuevas impresiones y así nueva fuerza. Si se niega a recibirlas, entonces no es inteligente.



El Trabajo dice que uno de los principales signos de inteligencia es un buen poder de adaptación. Cuando la gente se niega a adaptarse a nuevas circunstancias, empieza a morir. No quieren recibir nuevas impresiones, así el alimento de las impresiones no es suficiente y se convierten en muertos. "El número de muertos es de millones", dijo Gurdjieff, "que andan por las calles —si se lo conociera realmente— es increíble".



Sí —nada cuesta creerlo si se empieza a conocerse—. Si usted comprende que siempre dice las mismas cosas, siempre toma las mismas actitudes, siempre hace las mismas cosas, siempre tiene las mismas opiniones y los mismos prejuicios, se dará cuenta que en realidad está muerto.



Está muerto psicológicamente mucho antes de estar muerto físicamente. Y es extraordinario como la gente muerta psicológicamente vive a menudo mucho tiempo. Pero la comprensión de estar muerto sólo es posible en la fuerza y a la luz del Trabajo, mediante la observación de sí. Observarse a sí mismo no es la misma cosa que observar un ómnibus o un árbol. Para observar un ómnibus o un árbol se necesita atención externa. Ver simplemente un ómnibus o un árbol no requiere atención alguna. Observarlos —su color, forma y todo lo demás— requiere una atención dirigida. Todos los días se ven centenares de ómnibus y árboles pero no se los observa.



Es, en su conjunto, un cuadro vago, difuso. Del mismo modo, nuestra vida interior es un cuadro vago y difuso. Usted no la observa, sino que, por lo general, la percibe, como lo hace con los ómnibus y los árboles.



Si no tuviéramos alguna percepción de nuestra vida interior no podríamos concentrar nuestra atención interior sobre ella del mismo modo que si no percibimos el mundo externo no podemos concentrar nuestra atención sobre él. Hemos de entender que nos fue dado un punto de partida en los dos lados —exterior e interior —.



De otro modo no podríamos acrecentar nuestra conciencia con relación a los objetos exteriores o los objetos interiores. El desarrollo de ese órgano interior de percepción llamado "Yo" Auto-observante lleva al desarrollo de otros sentidos interiores que eventualmente nos conducen a una acrecentada sensibilidad de los Centros Superiores y de los continuos, mensajes que nos envían. En tal caso, ya no estamos más controlados, por así decir, únicamente por la vida exterior tal como nos es revelada por los cinco sentidos sino que tenemos una fuente de motivos que difiere de las cambiantes escenas de los aconteceres de la vida exterior.



Esto es, el calidoscopio de la vida con sus oscilaciones pendulares, sus altibajos, sus continuos cambios de posición, ya no es más el único poder-motivo. Ya nos damos cuenta de lo que debe ser trabajados desde dentro, en lugar de ser trabajado desde fuera. Obtenemos las impresiones de ambos lados —impresiones exteriores e impresiones interiores—.



La Falsa Personalidad sólo está vuelta hacia afuera. Para empezar a "oír" —en el sentido del Trabajo— ésta debe llegar a ser gradualmente pasiva. Sólo entonces "oiremos" internamente.



Si no hubiera nada que oír internamente, este Trabajo no existiría, el esoterismo no existiría, la religión no existiría, y todo el desarrollo interior sería un mero sueño ocioso y pura insensatez.



Sin embargo el Trabajo dice que no sólo tenemos partes superiores o mejores de los centros ordinarios, sino que poseemos dos centros plenamente desarrollados, que siempre están obrando en nosotros, llamados Centros Superiores, a los que no podemos "oír".



Con relación a esto, sanar al sordo en el Nuevo Testamento significa la sordera psicológica. De este modo el hombre es únicamente "sordo" para los sentidos externos. Todo lo que enseña el Trabajo, apunta prácticamente a una meta definida. No apunta a hacernos buenos —sea cual fuere el sentido que le damos— y, como se dijo muchas veces, "¿Buenos para qué?" —sino a hacer que una masa de material interpuesto se vuelva pasivo (del cual la primera capa pertenece a la Falsa Personalidad) de modo que podamos empezar a "oír"—.



Sería completamente inútil intentar ponerse en contacto con los Centros Superiores tal como somos —. Es preciso limpiar una cantidad enorme de suciedad, tal como ocurre en el mito de Hércules y los establos de Augías. La principal fuente de suciedad es el atribuirnos lo que no poseemos —tal como el "Yo" Real, la Conciencia, la Voluntad, el Poder de Hacer y todo el resto—.



Esto es, el principal origen de la suciedad está en nosotros mismos, y pertenece a la Falsa Personalidad.



Puesto que estamos internamente ha tal estado, es necesario observarnos a nosotros mismos. Poseemos el "Yo" Auto-observante que está vuelto interiormente hacia el mundo de nosotros mismos y no hacia afuera el mundo externo que nos es extraño. ¿No ha sentido alguna vez cuan extraño y ajeno le es el mundo exterior —esas nubes, esos escarabajos, esos árboles, esas montañas, esos terremotos, esos enormes y monótonos mares, esas jirafas esos tábanos, esos desiertos, esos platos de comida, el Sol, la Luna, esas Galaxias y todo el resto? ¿Tienen alguna congruencia para usted?



Hallará en la observación de sí y en el desarrollo de los sentidos interiores otro mundo al cual pertenece realmente poniéndose en contacto con las impresiones de los Centros Superiores. Se lo aseguro, hallará que este posible mundo interior es mucho más congruente, porque es a través de esos dos transmisores, el Centro Mental Superior y el Centro Emocional Superior, como le habla el Círculo Consciente de la Humanidad.



Hablaré ahora más extensamente acerca de la idea de la observación de sí. No es simplemente un fin en sí misma: es un medio, no un fin. ¿Para qué sirve un medio? Acabo de decir que la atención exterior acrecienta nuestra conciencia de los objetos exteriores y que la atención interior acrecienta nuestra conciencia de los objetos interiores.



¿Qué es un objeto interior? Un pensamiento es un objeto interior. Un sentimiento es un objeto interior. Si se observa un pensamiento o un sentimiento —y son muy diferentes y surgen de centros diferentes— nos damos cuenta que esto es algo que está en uno, pero que no es uno. Cuando no se observa la vida interior ésta está mezclada con uno y uno está mezclado con ella y todo está en la oscuridad. En esa oscuridad, se es víctima y es acosado. Por lo tanto conviene dejar penetrar un rayo de luz. Esta es la observación de sí. Llegamos a ser más y más conscientes de lo que no es nosotros. Si toma sus pensamientos y sentimientos como usted mismo —esto es, como Yo— si les dice "Yo" —está interiormente en la mayor confusión y oscuridad—. Librarse de lo que no es nosotros constituye un largo viaje —de lo que no es Yo—. Al principio cuesta decir a los pensamientos, sentimientos, sensaciones: "Esto no es Yo". Por el contrario, dirá: "Pero esto es Yo". No, no lo es, y lo prueba el hecho de poder observarlo. Pero este viaje lo conduce cada vez más cerca del "Yo" Real, al que no puede observar. Este es el fin para el cual la observación de sí es el medio. Entienda que el desarrollo del sentido interior, llamado observación de sí, no es un fin en sí mismo sino un medio conducente a un fin —esto es, separarse de lo que no es Yo. Trate de comprenderlo cuando es negativo: "Esto no es Yo". Pero si pone el sentimiento de "Yo" en el estado negativo, entonces ocurren dos cosas. 1) Usted toma "Yo" como el estado negativo y habla y actúa desde él —esto es, se identifica usted mismo con él. 2) Entonces tiene poder sobre usted. Porque sea cual fuere la cosa con la cual se identifica, exterior o interior, tiene poder sobre usted y lo obliga a servirla. El Hombre no fue hecho ni nació para ser un esclavo, sino que debido al poderoso y constante hipnotismo de la vida cae en el sueño y es entonces esclavo de todas las cosas con las cuales se identifica. De este modo, por medio de esta inteligente añagaza, la humanidad es mantenida donde está y esto produce inacabables e inútiles dolores y sufrimientos. Esto es lo que el Trabajo enseña.



- Ahora bien, deja de identificarse con aquello que puede observar internamente Este es el comienzo de la libertad interior. Entonces, por la noche, examina detenidamente todo el día y los efectos mecánicos que produjo sobre usted Por medio de la observación, al mismo tiempo presente y retrospectivo, se puede separar de todos esos efectos. Este es un maravilloso don. Y si hace uso de él. Los resultados son maravillosos. Pero, para hacerlo es preciso mantenerse despierto. Una vez conocido y comprendido el secreto, posee algo comparable a la perla de que hablan los Evangelios.



MAURICE NICOLL. COMENTARIOS PSICOLÓGICOS. SOBRE LAS ENSEÑANZAS DE. GURDJIEFF Y OUSPENSKY






Fraternalmente Vicente Alcoseri Moderador del Foro Secreto Masónico
http://groups.google.com/group/secreto-masonico


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