La vejez
era para mi otra utopía,
algo que alguna vez sucedería.
Mas nunca pensé que dolería
de esta forma,
con la decadencia total
de los seres que amo.
Ni siquiera imaginé que un día
sufrirían el escarnio y el dolor,
de la vida, de los años.

¡Eran tan lindas de jóvenes!
Siempre estaban presentes.
Eran mis ángeles, las tías,
que venían con presentes,
con ropa, con comida,
con sobrecitos con plata
y sorpresas...en mi cumpleaños.
Eran infaltables
en todos los momentos importantes
o tristes de mi vida.

Fue tanto el amor que ellas me dieron
nunca pensé que sufrirían así...
Esperé las arrugas y la muerte.
mas nunca en el dolor de su vejez.
No estoy preparada.

Mis ángeles sufren
y se les quiebran las alas...
pero el dolor es intransferible,
no puedo hacer nada.

Si pudiera tan solo salir a recoger
en los caminos sus plumas
las cosería con hilos de plata
para que vuelen en busca de otro destino...
mas feliz.