Desde ya están sumando sus ahorros y  construyen un pueblo para ellos, que cuenta 
con cuatro pequeñas cabinas  que dan al río Llano, a las afueras de Austin, Texas.
Sus  viviendas fueron diseñadas para ser amigables con el ambiente, tienen 
 techos inclinados con barriles para almacenar hasta 20 mil litros de  agua de lluvia,
 así como paredes reflectantes para mantener a raya el  calor en el verano.
Sus  interiores son de madera lo que brinda un ambiente cálido de hogar, y  aunque 
de momento pasan tanto tiempo allí como les es posible, la idea  es que una vez 
jubiladostodos se muden y envejezcan juntos en su  pueblo.

 
“Es  como estar en una película de Disney. Tenemos liebres, gatos monteses,  ciervos 
y todo tipo de aves. Cuanto más tiempo pasamos aquí, más cómodos  nos encontramos”
¡Qué bello es el amor!, como estos dos, que después de la tormenta ya se reconciliaron: